1/12/2005

Familia, Iglesia, boda...


Este jueves a las 20 horas celebrarase tertulia en donde siempre, con el siguiente orden del dia:

- Recepcion y saludos
- Petición de consumiciones, patatas, panchitos, picoteo de muestra.
- Dicterios al Gobierno reaccionario (y auguran que vendran los liberales, cual torna la cigüeña al campanario...), los neo-liberales de Jimenez Losantos, Neira y compañia, los NEO-CON en terminologia americana, por el letrado A. Gonzalez de Mesa.
- Impresiones de un viaje a Suecia, sobre un programa previo de Mrs. Alf, por el doctor V. G. Peinador
- La familia unisexual, o la regulacion de los matrimonios voluntarios o vocacionales, por el profesor E. Fernandez, de la Fundición Nodular.
- El congreso del PP, por nuestro enviado especial (si no está perdido) doctor F. Enterría
- Gastronomia y agujetas en alta montaña, (o como acordarse de la familia de los que organizan salidas de montaña despues de una comida de la Peña gastronomica), por el licenciado A. Alvarez.
- Varios
- Ni ruegos ni preguntas.


Familia, Iglesia, boda Por Francisco Umbral El Mundo (05/10/04, 08.34 horas)

La familia no es que vaya a decaer con la licencia del matrimonio homosexual, sino que viene decayendo desde hace muchos años y por muchas razones. Vamos hacia el modelo americano de la familia de uno solo. Los americanos han descubierto la familia de uno solo, pero repetido: la familia de dos, a poder ser del mismo sexo. Psicológicamente, el invento es muy interesante. Demostrado que los dos sexos no pueden convivir y acaban llamando a la Guardia Civil para que les separe, no nos parece mal hacer la experiencia con un solo sexo para dos.

En cuanto a la Iglesia, no podemos tomar en serio su escándalo ante el matrimonio homosexual, pues la Iglesia se ha revelado como un vivero de homosexuales que vivían en los armarios de la sacristía. La Iglesia se presenta anciana como la señora Fernández de la Vega, se permite atuendos suntuarios como dicha señora y no se ha casado nunca, también como la ministra. La señora Fernández de la Vega va a resultar la alegoría del cristianismo laico vestida por Emidio Tucci, o sea un testaferro muy útil para afeitarle la barba laica y liberal a don Mariano Rajoy.

La boda homosexual es más formal que la boda católica. Lo que estaba mal era eso de meterse juntos en la cama dos personas de distinto sexo. Ya sabemos en qué va a acabar el ménage. Resulta mucho más sobria, casta y civil la unión de dos personas del mismo sexo. La aparición de un niño en el matrimonio heterosexual es la delación de que en ese matrimonio ha pasado algo raro, indebido y pecaminoso. Los niños hay que adoptarlos con todos los requisitos para que sean unos niños limpios, asépticos y monos, sin nostalgia llorona de las defecaciones intrauterinas y las mutilaciones del parto.

El matrimonio homosexual es tan favorable a la sociedad que no sabemos por qué no se ha inventado antes. Bueno, sí que se inventó: Julio César confesaba haber sido el marido de casi todos sus soldados, y sin embargo nunca nacieron soldaditos llorones. Las ventajas del matrimonio homosexual nos llevan a la castidad, pues con un camionero de uñas sucias no hay muchos notarios dispuestos a hacer el amor. Los matrimonios homosexuales siempre los bendice un juez. Y eso queda mucho más legal que el barroco matrimonio católico, donde la novia va vestida de soufflé y el novio va vestido con el traje de boda de su padre, que huele a naftalina y tabaco rancio del que ya no se fuma.
Los homosexuales van a conocer las amarguras de la convivencia, el tedio compartido de los domingos, las cenas de matrimonios donde se pone a parir al matrimonio que se ha disculpado a última hora. Es lo que Luis Cernuda llamó «el aguachirle conyugal».Ese aguachirle suele durar de 40 a 50 años, hasta que la pareja, por las fotos, parecen los abuelos de sí mismos. Baudelaire odiaba las fotografías por razones estéticas, pero nosotros las odiamos por razones históricas. No se puede uno despertar con una abuela en la cama, como me dijo hace poco un personaje muy ilustre.Yo prefiero acostarme con la nieta, pero es que uno es el inmoralista de la familia, como dijo André Gide.

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