7/21/2007

La Chica del Gangster II

Segunda entrega del relato, novela negra de calidad y crudamente real, que nos ofrece Jose Luis Alvite sobre el submundo de la prostitución, del que a menudo se tiene una idea superficial que no va mas alla de la diversión y el deseo. Con la descripció que Alvite hace de sus protagonistas se cumple lo que dijo otro gallego, Manuel Rivas, "las personas (?) que cometen delitos mas o menos abominables, las que tiene tendencia al abuso y al matonismo, o aquellas que actúan condicionadas por mayores prejuicios de sexo y raza, suelen tener una opinión excelente de sí mismas. Una extraordinaria autoestima, a prueba de criticas".

La Chica del Gangster II J.L. Alvite

Nunca entenderé que el negocio de la prostitución tenga que mezclarse con el crimen organizado para conseguir resultados económicos saneados. Solo la voraz e insaciable codicia de algunos empresarios ha podido llevarles desde el despacho del atento director del banco, hasta el anónimo y tedioso patio de la cárcel. Aun sin aliarse con las redes del crimen a escala industrial, el negocio del sexo es inevitablemente rentable y no se puede concebir el catre sin el dinero, del mismo modo que resulta difícil entender las flores sin las abejas. Aunque se limitase a explotar los aspectos puramente hosteleros de sus negocios, Manuel Crego Gómez, "Baretta", podría permitirse los lujos más exóticos y sofisticados. Todos sus locales funcionan con la apariencia de hoteles en los que siempre está colgado el cartel de "completo" gracias a que se suelen alojarse allí las chicas de alterne, que pagan cada mes una importante cantidad de dinero por tener derecho a cama y tres comidas diarias. Con semejante índice de ocupación, cualquier empresario del sector turístico daría saltos de alegría. Pero no ocurre así con los inversores del negocio de la prostitución, que a la contabilidad del hotel añaden la escabrosa recaudación que suele dejar en caja el sórdido negocio del alterne y el catre. Perciben un porcentaje en las consumaciones de las chicas, el total del importe de las copas de los clientes y una cantidad fija por cada vez que cualquiera de sus pupilar utiliza su cama para acostarse con algún acompañante. Con razón se decía hace más de doce años que en su casa de la costa coruñesa, "Baretta" había hecho duplicar algunos tabiques para emparedar allí una fortuna cuya cuantía sería difícil de explicar en los impresos de la declaración de la renta. No me consta que el comentario fuese algo más que una razonable fantasía, pero lo mismo se decía de Ricardo Calvo Cobas, otro de los grandes del negocio en Galicia, un tipo tosco, soltero y divertido que pasa por ser uno de los mayores propietarios de terrenos en el área de Compostela. Por si el dinero no era bastante fianza para sanear su vida social, Calvo Cobas se hizo amigo personal de José María Caneda cuando la S. D. Compostela daba la impresión de ser un globo que solo podría pincharse con las alas de los ángeles. Se dice que "Baretta" quiso ampliar su dominio en el sector y que para ello le hizo a Ricardo Cobas una oferta que el turbio empresario de San Lázaro por lo visto rechazó casi sin haberla entendido. Igual que a "Baretta" en el 2001, tres años más tarde la Policía le echó el guante a Calvo Cobas con motivo de la "Operación Transilvania". Quienes le conocen bien -y yo creo haberle conocido como el que más- suponen que a Calvo Cobas la cárcel no le produce una especial sensación de ostracismo y que encaja los barrotes como si fuesen ropa entallada. De hecho, la primera vez que le recluyeron en la prisión pontevedresa de "A Parda", aprovechó el prolongado relajamiento penitenciario para dirigir desde su celda la construcción de la güisquería "San Lázaro II", en cuya explotación se calcula que, cuando el euro era todavía un cuento de hadas, obtenía beneficios anuales del orden de más de cien millones de pesetas. Calvo Cobas se hizo construir luego en A Muiña, la barriada que le vio nacer, una mansión llena de puertas y retretes de la que en broma dicen sus amigos que incluso tienen chimenea los armarios, el extintor y la nevera. Calvo Cobas careció siempre de la elegancia y el saber estar de su colega Crego Gómez, que solía moverse en ambientes que le habrían venido anchos a Ricardo, un tipo muy trabajador y muy amigo de sus amigos, pero cuya falta de sensibilidad y de modales haría creíble que fuese capaz de cortar el jamón con el cerdo todavía vivo. Quienes tuvimos un trato cercano con Calvo Cobas, habremos de reconocer que se trata de un hombre cuyos impulsos, a veces criminales, no hacen sino encubrir una infancia sin resplandores en medio de una familia numerosa en la que él sigue siendo el retrato más luminoso de lo que para alguien con sus principios podría ser el éxito. Al contrario que su colega "Baretta", el carnal empresario de San Lázaro es un hombre sin formación académica, con un lenguaje directo y a veces contundente, capaz de interrumpir cualquier sosegada racha de felicidad sacando de detrás de la barra el bate de béisbol con el que se ha encargado de seleccionar una clientela que acude a sus negocios convencida de que si hubiese el menor altercado, el bueno de Ricardo Calvo Cobas no tendría inconveniente alguno en limpiar personalmente la sangre con las hojas del cuaderno en el que arrastra bajo la luz de un flexo las cuentas del ir y venir de sus chicas, que, dicho sea de paso, sienten por el jefe una extraña mezcla de admiración y desprecio, sin duda sabedoras de que si alguien les tocase un pelo, el rudo soltero del hampa reaccionaría como si el faltón de turno se hubiese propasado con su caja registradora. Realmente conocí a pocos hombres con tanta capacidad para el dolor. A veces creo que no me mentía el tipo que una madrugada me contó que cuando caía enfermo, a Ricardo Calvo Cobas le ponían las inyecciones con un tojino...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Dedónde es Ricardo Calvo Cobar? Creo que conozco a su hermano

Anónimo dijo...

La hija de manolo creyó, el tarjeta se casó en agosto de 2011 en Coruña con un prensado llamado Roberto Rodríguez García, piloto de aviación del ejército español, el cual has se mueve en los negocios de su suegro, montando el hotel los olivos en Coruña, y negocios en Colombia. Otro listillo ambicioso que le encanta el dinero. Valla panda de chulos.