7/29/2007

Recondita armonia


Cuando ayer noche resonaba en todo el patio central aquello que cantaba Mario Cavaradossi:

"Recondita armonia, di bellezze diverse!...
E bruna Floria, l'ardente amante mia...
E te, beltade ignota,
cinta di chiome bionde!
Tu azzurro hai l'occhio,
Tosca ha l'occhio nero!
L'arte nel suo mistero
le diverse belleze insiem confonde;
ma nel ritrar costei
il mio solo pensiero,
il mio solo pensiero,
Tosca, sei tu!

chocaba con el entorno majestuoso y escasamente armonico del enorme patio central del mayor edifico construido en España, que duplica el espacio construido por el monasterio de El Escorial., bajo el auspicio de aquel ministro de la dictadura, Girón de Velasco, fundador de las JONS, de imponente físico y verbo fogoso y amenazador, que comenzaba sus discursos con retorica combativa donde la hubiera.

"Camaradas combatientes de Castilla: Que Dios os guarde, camaradas. Que Dios os conserve la juventud con que dais brillo a vuestras canas primeras. Camaradas de Castilla: Viejos amigos, hermanos de la hora dramática, hijos de la gleba y de la majada, que Dios os guarde para la prole, para la Patria y para la Historia..."

Lo cierto es que la representación de Tosca en el patio central de la antigua Universidad Laboral de Gijón fue un éxito, sino musical si al menos de publico y como anticipo de lo que se pretende para un futuro cercano con el desmesurado edificio, construido a la gloria de la dictadura franquista. Para los que no conocian el viejo edificio recordaran la sorpresa, después de atravesar el atrio corintio dispuesto alrededor de un patio rectangular con 10 columnas de granito de mas de diez metros, el enorme patio tan grande como la plaza de San Marcos de Venecia, donde habian dispuesto el escenario, utilizando como fondo la espectacular fachada de la iglesia y la torre giralda con ascensor renovado.

Para volver a la realidad nada mejor que el articulo de hoy de Manuel Vicent en El Pais, con el que estoy de acuerdo sobre sus preferencias a la hora de elegir como destino futuro una tertulia en el mas allá.

Salud
Al


Tertulia. Manuel Vicent
Luís Buñuel dejó dicho que después de muerto le gustaría salir del sepulcro cada diez años para comprar el periódico, leerlo en el velador de un café y una vez enterado de lo que pasaba por aquí, volver de nuevo a la tumba. Todos tenemos un designio secreto para la eternidad. Unos prefieren la absoluta oscuridad de la nada, conscientes de que si en la otra parte de la tapia existe algo, sin duda, será mucho peor de lo que ofrece este mundo. Algunos señoritos esperan que el cielo sea una prolongación de la finca de caza que poseen en la tierra, en la que ciertos bienaventurados se hayan convertido en venados de catorce puntas y los ángeles en perdices blancas a merced de sus rifles y escopetas. Muchos se conformarían con que el más allá fuera un lugar bueno o malo, pero donde se pudiera aparcar. A otros no les importaría ir al infierno si allí hubiera un garito de jazz y el fuego no licuara el hielo del whisky que uno podría tomar oyendo en directo a Charlie Parker. Por mi parte estaría dispuesto a acelerar el tránsito hacia el otro lado si en algún punto del universo pudiera montar a mi gusto una tertulia con amigos muy escogidos, inteligentes y simpáticos, entre los que, por supuesto, estaría Buñuel. La peña tendría algunas reglas. No se le preguntaría a nadie si estaba vivo o muerto, si había sido ya juzgado, salvado o condenado. Cada contertulio se sentaría a la mesa con la única condición de que se tomara la eternidad con buen humor y mucha calma. Durante cuarenta años he pertenecido a una tertulia de cómicos, periodistas, jueces, pintores y algunos fantasmas. Cada uno traía noticias de su oficio y con ellas se formaba una realidad poliédrica de teatros, tribunales, periódicos, pinturas y fantasías, sin otra esperanza que la de seguir hablando sentados hasta el final de la vida. Sería muy divertido continuar con esta tradición en el otro mundo. Unos llegarían con noticias del paraíso, otros con la experiencia del fuego eterno. La última novedad, llena de glamour, sería siempre la que se produjera cada noche en el espectáculo del infierno, aunque cada diez años se esperaría a que Buñuel regresara de la tierra con el periódico leído. Puesto que en la eternidad el tiempo se comprime en la punta de una aguja, cualquier catástrofe futura ya habría sucedido. Ninguna noticia de sangre o de estupidez acaecida en nuestro planeta tendría allí el menor interés, pero todos los contertulios guardarían silencio cuando Buñuel diera los resultados de las ligas de fútbol.

7/25/2007

La chica del gangster (y IV)

J.L. Alvite
En el sucio asunto de la trata de blancas, el remordimiento es una sensación que se confunde a menudo con la higiene. Es frecuente que las prostitutas latinoamericanas tengan una estampa de la Virgen colocada de manera bien visible sobre la mesita de noche de la alcoba en el que ejercen su oficio. Lo hacen convencidas de que en la extrema situación en la que viven, el pecado no es más que un gaje del oficio, y que, dadas las circunstancias, nada puede haber de malo en un trabajo en el que el precio que el cliente paga por el cuerpo, no incluye en absoluto derecho alguno sobre el alma. Me dijo de madrugada una fulana en un garito: "La limpieza ha hecho por mi conciencia mucho más que mis oraciones. Rezar después de haberme acostado con un hombre me alivia algo la conciencia, pero puedo asegurarte que mi alma queda más limpia cada vez que estreno bragas". Casi treinta años entre las chicas del arroyo me han ayudado a comprender que hay un fondo de razón en ese parentesco entre la conciencia y la higiene. La primera vez que me acosté con una fulana en "La Luna", comprendí que la intimidad sexual en aquel lupanar comportaba menos riesgos que remangarte la camisa en algún ambulatorio. Cuando "Baretta" inauguró "La Fuente", dotó al establecimiento de un moderno gimnasio para que las chicas pudiesen aliviar el estrés y distender los músculos, dos cosas que tanto contribuyen a disipar la sensación de sordidez moral que por lo general acarrea el ferroviario cansancio que inevitablemente produce el catre. Como ocurre con Äudrey Hepburn en la secuencia de la bañera de "My Fair Lady", en el caso de "La Fuente" las chicas de alterne modifican la apariencia de su destino añadiéndole a la acidez de sus vidas un puñado de sales de baño y esa algodonosa y celestial sensación de alivio que suele producir la crisálida espuma del gel. Como me dijo en una ocasión Manolo Rifón en "La Dama del Lago", "estas chicas, amigo mío, saben que Dios es más tolerante con los pecados que huelen bien". A juzgar por su desarrollado sentido de la limpieza, supongo que "Baretta" es de la misma opinión. "La Fuente" se llama así por el llamativo surtidor de agua que hay en su vestíbulo, donde destaca también la presencia de un reluciente coche de los años treinta cuya propiedad la propaganda oficiosa del club atribuye al mismísimo Alfonso Capone. Se supone que la higiene no tiene por qué estar reñida con la historia. Es bien sabido que Al Capone poseía gustos refinados y detestaba la ordinariez, pero es evidente que no se andaba con miramientos si a los postres de un exquisito banquete se le antojaba el criminal capricho de reventarle a un comensal la cabeza con el bate de beisbol. Una norma no escrita del hampa dice que desde el punto de vista moral la sangre es menos escandalosa cuando se empapa con una toalla limpia. En los burdeles de Ricardo Calvo Cobas el jabón estaba a veces más sucio que las manos, pero en los locales de Manuel Crego Gómez no había una sola macha que no desapareciese al soplar en ella. Sabe "Baretta" que los daños publicitarios causados al burdel por una redada policial no son nada comparados con el devastador efecto que ocasionaría la noticia de que alguien haya incubado allí su jodida gonorrea. Personalmente estoy casi seguro de que "Baretta" jamás comprometería sus manos en un ajuste de cuentas. En "La Luna" la contundencia corría a cargo de un discreto servicio de vigilancia muy del agrado de los clientes, que no querrían volver de madrugada a sus casas con un problema de dinero agravado por la sórdida publicidad de un hematoma en el rostro. Menos delicado para estas cosas, el bueno de Ricardo solía implicarse en el jaleo y procuraba que no hubiese una sola tunda en la que no se hubiesen notado sus manos. Una noche le dije que si no mejoraba el ambiente y no remitía la sangre de las peleas, me tomaría más en serio la posibilidad de ir a su local a tomarme las copas vestido con un chubasquero encarnado. Ricardo encajó le comentario con una incómoda sonrisa y no dijo nada. Una madrugada, creyendo que eran las de mi automóvil, le cortaron las cuatro ruedas de su coche a un guardia civil que me había llevado hasta allí. Lo nuestro se puso imposible y llegué a temer por mi vida. Espacié mi presencia mientras la Guardia Civil lo freía a multas por infracciones al horario de cierre. Al poco tiempo dejé la sección de sucesos y me retiré de la prostitución. No he vuelto a ver a Ricardo Calvo Cobas ni a "Baretta". Tengo noticias de que Ricardo anduvo a ratos por prisión, delegó algo de mierda en un par de testaferros y se hizo construir en A Muiña una gran casa en la que la lluvia no da recorrido el tejado. En cuanto a "Baretta", solo sé de él que todavía circula por ahí la leyenda de que en los tabiques de su casa de la playa hay tanto dinero emparedado, que si se la destruyese un seísmo, necesitaría el coche de Capone y el camión de las mudanzas para llevar el escombro al banco.

7/23/2007

Esperanzas

Comparto con Javier Marias la esperanza en la gente que nos rodea, a los que señala como "Los valiosos ocultos", como contraposición a lo que aparece en la televisión y en los medios de comunicación en general, cuya imagen es decepcionante y a menudo lamentable. Nos contaba un amigo, profesor de un conocido instituto de Oviedo, sus avatares con la "tropa" de adolescentes y sus experiencias de varios años en la enseñanza. Aún a pesar de defectos importantes en el sistema educativo, nos trasmitia su convencimiento de que tenía una mayoria de alumnos muy buenos que contradicen lo que se suele oir por ahi sobre la juventud de ahora y su predisposición a afrontar responsabilidades.



Los Valiosos Ocultos, Javier Marias
....Y sin embargo la vida real, o personal, o privada, no tiene mucho que ver con todo eso, por lo menos la mía y las de quienes tengo cerca. Bien es verdad que en ella uno ve también hordas de descerebrados reales que, sobre todo en estas fechas, apenas saben articular más de una palabra, y ésta suele ser "¡Fiehta, fiehta!", independientemente de su edad, condición y sexo. Pero también estoy harto de conocer a personas valiosas que jamás hablan de nada de lo que nos inocula o cuela sin cesar lo público, sino de sus intereses o problemas particulares. Gente sosegada, bienhumorada, culta, educada, inteligente y prudente, atenta a su propia vida, afanosa por saber más, con buena voluntad y curiosidad infinita. Y no son sólo amigos de siempre, sino personas nuevas que me escriben o con las que me encuentro, a las que acabo de conocer y que me producen una impresión excelente, aunque el trato sea breve. Y también estoy harto de descubrir a jóvenes -en esta época en la que tantos parecen cafres; bueno, como en todas- que tienen todas las trazas de ir a convertirse en ciudadanos valiosos y responsables, deseosos de hacer bien lo que les toque en suerte (no siempre van a poder elegir, bien lo saben), indiferentes a la notoriedad y la fama, sobre todo si son mal ganadas. ¿Dónde están, me pregunto al poner la televisión o la radio o abrir los diarios? ¿Por qué aquí nunca aparecen, o muy raramente? Es tan abrumadora la vociferación de lo público, y tanta su capacidad de incitación a la mímesis en los más cortos de luces, que a veces no parece existir más realidad que la que los medios muestran, cuando la suya es por fuerza una visión sesgada, incompletísima. Esas personas valiosas son precisamente las que, por su discreción y sentido del ridículo, no se presentarían nunca a un concurso o a un reality show, ni acudirían a un programa de despellejamiento, ni dirigirían unos "informativos" a mayor gloria suya (el pudor se lo impediría), ni seguramente escribirían arbitrariedades en prensa como las que yo mismo escribo (y otros muchos, no crean). ¿O bien es que, en cuanto accedieran a estos medios, o a la política, o al obispado, se contagiarían de nuestra vileza? Imposible saberlo, y hay que dar gracias por ello. Porque mientras exista esa gente discreta, con sus intereses veraces, a gusto en su anonimato, con su atención centrada eminentemente en su vida particular y en su trabajo, sin más ambición que la de su propio mejoramiento, este país y este mundo no estarán aún condenados.

JAVIER MARÍAS

La Chica del Gangster III


La Chica del Gangster III J.L. Alvite
Cuando conocí al rústico capo de la prostitución compostelana, la chica del gángster era una muchacha portuguesa ruidosa e impulsiva que administraba aquel sórdido tugurio en A Muiña como si fuese una granja de cerdos en cuya planta superior, curiosamente, vivía un sacerdote jesuita. La chica del gángster se llamaba Cecilia y ni siquiera cerraba la boca para tragar saliva. Desde luego, ni ella era la hermosa Virginia Hill, ni, por supuesto, el gángster era Benjamín "Bugsy" Siegel, el brutal pero elegante guaperas que fundó en Las Vegas el Hotel Flamingo y murió tiroteado en una mansión de Beverly Hills después de haber fracasado en el intento de convertir a su chica en una glamurosa estrella de cine. Por su actitud simplemente tosca Ricardo Calvo Cobas era más parecido a Capone que al juicioso Johnny Torrio, aunque no tuviese su liquidez ni su reconocida distinción de gourmet, seguramente porque Compostela tampoco era el ajetreado y luctuoso Chicago de "La Matanza de San Valentín" y también porque la residencia de Calvo Cobas en A Muiña distaba entonces mucho del selectivo confort del que gozaba Capone en su casa del barrio de Cicero. Conocí en el fango de la prostitución a pocos personajes cultos o simplemente delicados, pero Calvo Cobas jamás podría haber sido uno de ellos. Frecuentaba ambientes suburbiales o explícitamente indecentes y nadie recuerda haber cenado con él en cualquiera de los magníficos restaurantes de la ciudad. De haberlo hecho, estoy seguro de que la rancia mierda de sus uñas habría sido el plato más abundante del menú. Bien sabe él que a pesar de nuestras desavenencias jamás le desee la muerte, pero supuesto que Calvo Cobas cayese víctima de sus malos pasos, dudo mucho que le ocurriera como al gángster Albert Anastasia, que murió tiroteado una mañana mientras lo afeitaban como a un marqués en la barbería del Hotel Sheraton de Nueva York. De manera más coherente con sus rudimentarias costumbres de hombre con poca clase, podría ocurrirle que cayese desplomado sobre un plato de fideos con mozarella, como le sucedió a Joe "The Boss" Massería en el "Nuova Villa Tammaco" de Coney Island cuando Charlie "Lucky" Luciano se levantó oportunamente al baño dando tiempo a que en su ausencia, Siegel, Genovese y Lansky acribillasen a su compañero de mesa. Calvo Cobas podría haberse estrenado en el hampa con una chica a la altura de sus posibilidades económicas pero su falta de estilo hizo que se arrimase a Cecilia y que lo suyo con ella durase hasta que la robusta portuguesa se dio a la fuga llevándose con ella a Portugal los ahorros de su jefe y amante. Al capo de A Muiña le habrían ido las cosa de otro modo si se hubiese inspirado a tiempo en el comportamiento de Manuel Crego Gómez, "Baretta", que se ha dado siempre la habilidad que un hombre necesita para que sean otros los que se manchen las manos con las cosas que toque él. Cuando "Baretta" estrenó en Guísamo su flamante "La Luna", sus visitas al local se producían con la misma distancia y discreción que si solo fuese uno de tantos clientes del próspero negocio. Jamás hacía alardes de dinero ni la menor ostentación de su éxito empresarial. A los pocos meses de haberse instalado en Guísamo, compró un restaurante que funcionaba casi sin clientela al otro lado de la carretera. Quienes le conocíamos bien sabíamos que no hacía aquel despliegue de dinero por aparentar prosperidad, sino para blanquear en la contabilidad del nuevo negocio la negritud de las inconfesables ganancias obtenidas en "La Luna". "Baretta" no solía mancharse las manos con nada, y mientras frecuenté su trato, juraría que procuró tenerlas siempre más limpias que cualquier cosa sucia que tocase. Aquel escrupuloso sentido de la profilaxis hizo que "La Luna" prosperase con una clientela entre la que nunca faltaron importantes personajes de la vida social coruñesa y que la patrulla de la Guardia Civil se tomase allí sus copas a última hora de la noche con la misma confianza moral y reglamentaria que si estuviesen haciendo tiempo en la cantina del cuartel. Sus buenos modales y la discreción con la que lucía el dinero ayudaron a revestir la imagen de "Baretta" de un aura de legalidad y decencia, convirtiéndolo en un mafioso casi tan invisible como Meyer Lansky, aquel judío amigo de "Lucky" Luciano, de "Bugsy" Siegel y de Vito Genovese al que solo el cáncer fue capaz de pegarle un tiro cuando ya era un octogenario lacónico y prudente que había sobrevivido a los de su generación gracias a su sabia costumbre de emplear la serenidad y el sentido común para darle largas a la muerte. Como había hecho mucho antes Lansky con su amante Carmen durante su exilio en Cuba, "Baretta" supo mantener en todo momento su vida sentimental separada de los oscuros avatares de su oficio, sin duda a sabiendas de que hay pocas sensaciones tan dolorosas como pillarse los huevos al cerrar a oscuras el libro de la contabilidad del negocio. En eso, "Baretta" me recuerda mucho a Dion "Deany" O´Banion, aquel fino mafioso irlandés de hace más de ochenta años, que después de una criminal noche de lenocinio, se quitaba de encima el penetrante tufo de las fulanas estilizando por la mañana el aroma de las orquídeas con sus propias manos en la floristería que le servía de tapadera. Por desgracia para él, a Dion O´Banion lo mataron en su negocio de flores unos tipos que él creyó que habían ido allí a comprar unas coronas para el entierro de Frankie Merlo...

7/21/2007

La Chica del Gangster II

Segunda entrega del relato, novela negra de calidad y crudamente real, que nos ofrece Jose Luis Alvite sobre el submundo de la prostitución, del que a menudo se tiene una idea superficial que no va mas alla de la diversión y el deseo. Con la descripció que Alvite hace de sus protagonistas se cumple lo que dijo otro gallego, Manuel Rivas, "las personas (?) que cometen delitos mas o menos abominables, las que tiene tendencia al abuso y al matonismo, o aquellas que actúan condicionadas por mayores prejuicios de sexo y raza, suelen tener una opinión excelente de sí mismas. Una extraordinaria autoestima, a prueba de criticas".

La Chica del Gangster II J.L. Alvite

Nunca entenderé que el negocio de la prostitución tenga que mezclarse con el crimen organizado para conseguir resultados económicos saneados. Solo la voraz e insaciable codicia de algunos empresarios ha podido llevarles desde el despacho del atento director del banco, hasta el anónimo y tedioso patio de la cárcel. Aun sin aliarse con las redes del crimen a escala industrial, el negocio del sexo es inevitablemente rentable y no se puede concebir el catre sin el dinero, del mismo modo que resulta difícil entender las flores sin las abejas. Aunque se limitase a explotar los aspectos puramente hosteleros de sus negocios, Manuel Crego Gómez, "Baretta", podría permitirse los lujos más exóticos y sofisticados. Todos sus locales funcionan con la apariencia de hoteles en los que siempre está colgado el cartel de "completo" gracias a que se suelen alojarse allí las chicas de alterne, que pagan cada mes una importante cantidad de dinero por tener derecho a cama y tres comidas diarias. Con semejante índice de ocupación, cualquier empresario del sector turístico daría saltos de alegría. Pero no ocurre así con los inversores del negocio de la prostitución, que a la contabilidad del hotel añaden la escabrosa recaudación que suele dejar en caja el sórdido negocio del alterne y el catre. Perciben un porcentaje en las consumaciones de las chicas, el total del importe de las copas de los clientes y una cantidad fija por cada vez que cualquiera de sus pupilar utiliza su cama para acostarse con algún acompañante. Con razón se decía hace más de doce años que en su casa de la costa coruñesa, "Baretta" había hecho duplicar algunos tabiques para emparedar allí una fortuna cuya cuantía sería difícil de explicar en los impresos de la declaración de la renta. No me consta que el comentario fuese algo más que una razonable fantasía, pero lo mismo se decía de Ricardo Calvo Cobas, otro de los grandes del negocio en Galicia, un tipo tosco, soltero y divertido que pasa por ser uno de los mayores propietarios de terrenos en el área de Compostela. Por si el dinero no era bastante fianza para sanear su vida social, Calvo Cobas se hizo amigo personal de José María Caneda cuando la S. D. Compostela daba la impresión de ser un globo que solo podría pincharse con las alas de los ángeles. Se dice que "Baretta" quiso ampliar su dominio en el sector y que para ello le hizo a Ricardo Cobas una oferta que el turbio empresario de San Lázaro por lo visto rechazó casi sin haberla entendido. Igual que a "Baretta" en el 2001, tres años más tarde la Policía le echó el guante a Calvo Cobas con motivo de la "Operación Transilvania". Quienes le conocen bien -y yo creo haberle conocido como el que más- suponen que a Calvo Cobas la cárcel no le produce una especial sensación de ostracismo y que encaja los barrotes como si fuesen ropa entallada. De hecho, la primera vez que le recluyeron en la prisión pontevedresa de "A Parda", aprovechó el prolongado relajamiento penitenciario para dirigir desde su celda la construcción de la güisquería "San Lázaro II", en cuya explotación se calcula que, cuando el euro era todavía un cuento de hadas, obtenía beneficios anuales del orden de más de cien millones de pesetas. Calvo Cobas se hizo construir luego en A Muiña, la barriada que le vio nacer, una mansión llena de puertas y retretes de la que en broma dicen sus amigos que incluso tienen chimenea los armarios, el extintor y la nevera. Calvo Cobas careció siempre de la elegancia y el saber estar de su colega Crego Gómez, que solía moverse en ambientes que le habrían venido anchos a Ricardo, un tipo muy trabajador y muy amigo de sus amigos, pero cuya falta de sensibilidad y de modales haría creíble que fuese capaz de cortar el jamón con el cerdo todavía vivo. Quienes tuvimos un trato cercano con Calvo Cobas, habremos de reconocer que se trata de un hombre cuyos impulsos, a veces criminales, no hacen sino encubrir una infancia sin resplandores en medio de una familia numerosa en la que él sigue siendo el retrato más luminoso de lo que para alguien con sus principios podría ser el éxito. Al contrario que su colega "Baretta", el carnal empresario de San Lázaro es un hombre sin formación académica, con un lenguaje directo y a veces contundente, capaz de interrumpir cualquier sosegada racha de felicidad sacando de detrás de la barra el bate de béisbol con el que se ha encargado de seleccionar una clientela que acude a sus negocios convencida de que si hubiese el menor altercado, el bueno de Ricardo Calvo Cobas no tendría inconveniente alguno en limpiar personalmente la sangre con las hojas del cuaderno en el que arrastra bajo la luz de un flexo las cuentas del ir y venir de sus chicas, que, dicho sea de paso, sienten por el jefe una extraña mezcla de admiración y desprecio, sin duda sabedoras de que si alguien les tocase un pelo, el rudo soltero del hampa reaccionaría como si el faltón de turno se hubiese propasado con su caja registradora. Realmente conocí a pocos hombres con tanta capacidad para el dolor. A veces creo que no me mentía el tipo que una madrugada me contó que cuando caía enfermo, a Ricardo Calvo Cobas le ponían las inyecciones con un tojino...

7/20/2007

Relatos de Verano

A la baja actividad veraniega de nuestra tertulia quincenal hay que ponerle un relleno , como hace la prensa para seguir vendiendo papel sin que se note demasiado que desaparecen las noticias habituales en manos de becarios y becarias que bastante tienen con redactar pequeñas historias costumbristas y de nulo interes mas que para el protagonista y su familia, que vienen de tal o cual provincia castellana a tomar las agua a la bonita playa de Gijón, Antromero o el Sablon ("parez mentira que seas de Llanes, y que te bañes en el Sablón, si te bañares en Puertu Chicu, serias llaniscu de corazon" canta Kiko Butifarra por estas fechas.
Si a las vacaciones judiciales, que tiene peso en la tertulia casi tanto como las sanitarias y las funcionariales, les sumamos ese "veraneo clásico en una aldea de mar, tipicamente cantábrica..." en palabras de Serrat, plantearemos alguna minitertulia a salto de mata para ir preparando la apertura del nuevo curso tertuliano, que se promete jugoso, al menos desde el punto de vista gastronómico, si Vicente no se echa atras de su promesa culinaria.
El primer relato se lo encargamos a nuestro amigo Jose Luis Alvite, aficionado a la publicación por capitulos, que seguimos ahora en El Faro de Vigo y que no decepciona con su maestria para contar historias sordidas y tiernas.

LA CHICA DEL GANGSTER I J.L. Alvite
A finales de febrero del año 2001 se presentó en Madrid a los medios informativos la Asociación de Empresarios de Locales de Alterne, ANELA, que nacía, según sus promotores, para dignificar el ejercicio de la prostitución, lo que suponía ponerse del lado de quienes luchaban contra el proxenetismo, la ignominia sexual y la dudosa higiénica moral de un sector productivo en el que solo era sensible el somier del catre, sin descuidar los redactores fundacionales un claro alegato en favor de convertir el sexo profesional en una noble actividad económica sometida a las correspondientes obligaciones laborales, sanitarias y fiscales, reduciendo la odiosa trata de blancas a una especie de dulce gimnasia de mantenimiento. En la publicidad de la asociación se proclamaba ya en aquel momento un rotundo "No a la retención de mujeres". El eco informativo fue entonces más grande de lo que los asociados esperaban y al ciudadano medio aquella brisa cargada del jabón y dignidad le pareció una verdadera y grata revelación. Seis meses más tarde, una operación policial se encargó de demostrarnos que "Anela" solo era un vistoso folleto turístico y que debajo de aquella sutil capa de dignidad y gel de baño seguía agazapado el sórdido y próspero negocio mafioso de toda la vida. En la redada que la Policía practicó a mediados de julio en varias ciudades españolas, se detuvo, entre otros, a mi viejo conocido Manuel Crego Gómez, que no solo aparecía implicado en oscuros asuntos criminales, sino que, por otra parte, resultaba ser el secretario general de "Anela". Manuel Crego Gómez, alias "Baretta", había nacido en Vila de Cruces (Pontevedra) y no era ningún desconocido en el hampa de la carne. Antes de proyectarse como propietario de los clubes "La Luna", "Olimpo" y "La Fuente", regentó "O Cruceiro" en Ponte Ulla, cerca de Compostela, donde empecé a relacionarme con él hace algo más de veinte años, cuando Manolo no había cumplido los treinta, vivía con su pareja en la compostelana calle Fernando III El Santo y alternaba de madrugada en los mejores círculos de la bohemia compostelana procurando que su aspecto no delatase su turbia profesión. Compensaba su corta estatura con unos modales más largos que sus brazos y una generosidad que le hizo ganarse a no pocos amigos. Fuera del antro que regentaba a medias con el odioso Suso Táboas, "Baretta" nunca se metía en problemas y solía moverse en solitario, jamás acompañado de mujeres, plantado siempre en el extremo de la barra más cercano a la puerta, con ese agudo sentido que los hampones con clase tienen de la discreción y de la seguridad. Si he de ser sincero, para mantener las distancias Manolo Crego no necesitaba insinuar su indudable capacidad para la violencia. Le bastaba con su aspecto resuelto y aquel aplomo rebosante de gentileza y de salud. Lo cierto es que conocí de madrugada a seminaristas más impulsivos que aquel tipo lacónico y moreno que empezó a perderme parte de su encanto natural cuando supe que se rizaba el pelo. También se resintió su imagen cuando saltó lo de aquella chica portuguesa retenida con malos modos en el local que "Baretta" regentaba en Ponte Ulla. El incidente sirvió de paso para que mi relativa amistad con Manolo Crego empezase a resquebrajarse. Rosalía Maria da Silva, alias "Marta", era una de las dos docenas de chicas de su negocio, pero en cierto modo, era también "mi chica". La publicación de un reportaje sobre lo que le ocurría a "Marta" desencadenó una intervención de la Guardia Civil, que no pasó de ser suave pero liberó a la cautiva. Rosalía se marchó de camarera a una parrillada en Xinzo de Limia y mis relaciones con "Baretta" entraron en el principio de la cambiante oscuridad que, con diversas alternativas, las marcaría para siempre. Sabedor de su aversión a mi trabajo en la prensa, una madrugada que coincidimos de copas en la elegante penumbra de "Tifanny", dirigí la mirada a la joyería que lastraba sus manos y le dije: "No dudo de que puedas acabar conmigo a tiros, pero albergo la esperanza de que, por culpa de llevar tanto hierro encima, a ti te fulmine en cualquier momento un puto rayo". "Baretta" encajó el mal gusto de aquella broma si pestañear. He de reconocer que su entereza estaba muy lejos de ser vulnerable a mis frases. Aquel tipo iba ya camino de escalar los peldaños que le llevarían a lo más alto del negocio y había adquirido el aplomo que solo a veces tienen los tontos y los muertos. Cuando me recuperé del sudor que me produjo haberle desafiado con la premonición del "puto rayo", pensé que el implacable "Baretta" era sin duda la clase de hombre al que incluso la ira le enfriaba la cabeza...

7/19/2007

Torpezas

Cocteau dijo aquello de que "Dios no habría alcanzado nunca al gran público sin ayuda del diablo" y eso es lo que estan empeñados en demostrar una buena parte de los miembros de la Iglesia católica y apostólica. A la noticia sobre el montante de las indemnizaciones que tiene que pagar la diocesis de Los Angeles, para evitar llegar a juicio por las denuncias de abusos a menores por parte de sacerdotes de esa diocesis, el nuncio de SS en España, Monteiro de Castro, no se le ocurre otra cosa que decir a la prensa, a cierta prensa claro, en que paginas deben salir este tipo de noticias y, a ser posible, que hagan como La Razón o el ABC que o no las dan o ponen una escueta nota en pagina impar para que pase desapercibida. El escandalo no es tanto descubrir que un número determinado de religiosos han sido denunciados por abusos a menores, sino el papel encubridor de sus superiores (Episcolandia, según Maruja Torres), algunos como el obispo de Boston, en una sucesion de torpezas ha tenido que dimitir porque reconociendo que estaba al tanto de los hechos no solo no hizo nada para detenerlos sino que los ha encubierto y protegido, al contrario que a las victimas...

Como torpezas las que trae la prensa sobre el reciente seismo en Japon que ha originado una averia importante en una de las mayores centrales nucleares del mundo, y cuyos responsables han querido minimizar los daños al explicar que se habia vertido una mínima cantidad de agua contaminada, cuando el realidad ha sido mucho mas y ha obligado al gobierno a cerrarla para evaluar el alcance de los daños. Ahora se dice que la central está construida sobre una falla, y no de Valencia precisamente...

La Editorial de El Pais lo dice así:

(...)"Japón es una referencia para la seguridad nuclear porque sufre terremotos frecuentes. El Gobierno de Abe tiene que investigar a fondo las razones del retraso en la información sobre la fuga radiactiva, por qué se mintió sobre su importancia -la empresa aseguró primero que sólo se había vertido al mar un litro y medio de agua contaminada y reconoció luego el vertido de 1.200-, cuáles son los riesgos secundarios, si existe contaminación radiactiva entre los obreros de la planta y cuál es la probabilidad de que la población resulte afectada..."

Episcolandia

MARUJA TORRES

Estupefacta. Desconcertada. Decepcionada, podría añadir. No entiendo a la Conferencia Episcopal de este país nuestro (quiero decir que no sólo es suyo). Tenían una nueva ocasión de salir a la calle a manifestar su iracundia (mezcla de santa indignación y carcundia) y, al parecer, la están desaprovechando. Me siento defraudada.

Y es que yo ya les visualizaba, como ahora se dice, todos juntos yendo de Sol a Génova (o por do les plazca exhibir sus mensajes) y enarbolando pancartas con eslóganes parecidos a estos: "No a la persecución de los sacerdotes pederastas de Los Ángeles", "Basta de relatar maltratos sexuales masivos tapados por los obispos", "Devuelvan a Sus Eminencias los 478 millones de euros que les han sacado de indemnización", "Abajo los niños provocativos y las niñas indecentes", "Nosotros consagramos, nosotros ocultamos", "Mi cuerpo es mío", "La sacra pederastia unida jamás será vencida" y "Volveré y seré millones". El último me gusta especialmente porque, aunque parece una frase pronunciada por Che Guevara en premonición de su actual abundancia de efigies, su autora fue Eva Perón, desdeñada en su día por el Vaticano por haber sido actriz y mujer de costumbres entretenidas.

¿Les parezco brutal? Pues ni la décima parte de lo brutal que podría ponerme cada vez que pienso en la Injerencia Episcopal. Lo que pasa es que me contengo.

Si no me contuviera les preguntaría, por ejemplo, por qué alzan tanto la voz para proteger a los niños de este país (suyo, de los niños) de una educación ciudadana impartida en las escuelas; y por qué callan tanto cuando se descubren casos de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes en los colegios y parroquias. Les diría pero mirad que son ustedes distraídos. El pío frenesí ciega sus ojos. ¿Es que no comprenden que unos niños que crecen en la equivocación (la ética) son mucho más provocadores para la sodomía, y unas niñas educadas en la aberración (los derechos y deberes) resultan irresistibles?

Pero no pienso ponerme así de brutal, pues ello es una actitud impropia de mí. De modo que continuemos con el tema de la manifestación pro-clero pederasta de Los Ángeles. Tienen ustedes el tiempo justo para prepararla de aquí al sábado.

7/14/2007

¿Para que sirve la ONU?

Una de las anécdotas mas comentadas de los tiempos de las Cortes franquistas, el remedo de Parlamento de "procuradores en Cortes" de designacion directa, la protagonizaron un ministro andaluz que era conocido como "la sonrisa del régimen" y un intelectual falangista (en el caso de que eso no sea una contradición). El tal ministro, José Solis Ruiz, en un discurso sobre educación hacía una preguna retorica "¿me pueden decir, señorías, para que sirve el latín?" para argumentar una frase que él creia feliz: "Mas deporte y menos latin". El que fuera Rector de la universidad Complutense y profesor de filosofia, Director general de prensa y censor general del régimen, Adolfo Muñoz Alonso, se levanto y le espetó: "Por lo pronto, para usted señor Ministro, que nació en Cabra, sea egabrense y no otra cosa" (el tal Muñoz Alonso habia estado en el seminario y por poco no vistio habitos).

Hoy que nos preguntamos a menudo para que sirve la ONU, visto la cantidad de frentes abiertos y lo enquistados que estan algunos conflictos, El artículo de Joseph S. Nye nos da claves para entender algunas cosas y probablemente la pregunta debería ser ¿Podriamos prescindir de la ONU?

¿Para que sirve la ONU? JOSEPH S. NYE JR.

Con 192 miembros y un mandato que lo abarca todo, desde la seguridad hasta los refugiados, pasando por la salud pública, Naciones Unidas es la única organización global del mundo. Pero los sondeos realizados en Estados Unidos muestran que dos tercios de sus ciudadanos opinan que la ONU hace mal su trabajo.

Otros muchos culpan a la ONU por no haber sabido resolver los innumerables problemas de Oriente Próximo.Sin embargo, esas opiniones reflejan un desconocimiento de lo que es verdaderamente la ONU. Más que un actor independiente en la política mundial, la ONU es un instrumento de sus Estados miembros.

Es cierto que el secretario general, Ban Ki-Moon, tiene capacidad de pronunciar discursos, convocar reuniones y proponer acciones, pero su papel es más de secretario que de general. Equiparado en ocasiones a un Papa laico, el secretario general de la ONU puede emplear la persuasión, pero no tiene poder económico ni militar. La única fuerza con la que cuenta la ONU es la que le prestan los Estados miembros a base de mucho pedir y rogar. Y, cuando los Estados no pueden ponerse de acuerdo en una forma concreta de actuar, es difícil que la organización pueda hacer algo.

El coste total del sistema de la ONU es de aproximadamente 20.000 millones de dólares (poco más de 14.000 millones de euros), menos que las primas anuales que se pagan en un buen año en Wall Street. De esa suma, la secretaría en Nueva York absorbe sólo el 10%. Algunas universidades tienen presupuestos mayores.

Otros 7.000 millones de dólares se dedican a mantener las fuerzas de paz de la ONU en lugares como Congo, Líbano, Haití y los Balcanes. El resto -más de la mitad- lo utilizan los organismos especializados de la ONU repartidos por el mundo y que desempeñan un papel importante en la organización del comercio mundial, el desarrollo, la salud y la ayuda humanitaria.

Por ejemplo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados contribuye a aliviar los problemas de las personas desplazadas, el Programa Mundial de Alimentos socorre a niños malnutridos y la Organización Mundial de la Salud sostiene los sistemas de información sobre salud pública que son cruciales para hacer frente a la amenaza de pandemias como la gripe asiática. La ONU no dispone de los recursos necesarios para resolver problemas en áreas nuevas como el sida o el cambio climático, pero sí puede empujar a los gobiernos para que actúen. Incluso en el campo de la seguridad, la ONU conserva un papel importante. El concepto original de seguridad colectiva ideado en 1945, según el cual los Estados estarían dispuestos a aliarse para disuadir y castigar a los agresores, fracasó por el enfrentamiento entre la Unión Soviética y Occidente durante la guerra fría.

Hubo un breve periodo, después de que en 1991 se formase una amplia coalición de países que obligó a Sadam Husein a salir de Kuwait, en el que pareció que ese viejo concepto original de la seguridad colectiva iba a convertirse en "el nuevo orden mundial". Pero las esperanzas pronto se vieron frustradas. La ONU no logró alcanzar el consenso ni sobre Kosovo en 1999 ni a propósito de Irak en 2003.

Los escépticos llegaron a la conclusión de que la ONU se había vuelto irrelevante en materia de seguridad. Sin embargo, en 2006, cuando Israel y Hezbolá se enfrentaron en Líbano y la lucha acabó en punto muerto, los Estados miembros se mostraron más que dispuestos a establecer una fuerza de paz de la organización.

Lo irónico es que las labores de paz no figuraban de forma específica en la carta fundacional. Se las inventaron el segundo secretario general, Dag Hammarskjold, y el ministro de Exteriores canadiense, Lester Pearson, cuando Gran Bretaña y Francia invadieron Egipto en la crisis de Suez de 1956. Desde entonces, las fuerzas de paz de la ONU se han desplegado en más de 60 ocasiones. En la actualidad hay aproximadamente 100.000 soldados de diversos países que portan los cascos azules de la ONU en todo el mundo. El mantenimiento de la paz ha tenido sus altibajos. En los años noventa, Bosnia y Ruanda fueron sendos fracasos, y el entonces secretario general, Kofi Annan, propuso una serie de reformas para hacer frente al genocidio y los asesinatos de masas.

En septiembre de 2005, la Asamblea General de la ONU aceptó la existencia de una "responsabilidad de proteger" a las poblaciones vulnerables. En otras palabras, los gobiernos no podían seguir tratando a sus ciudadanos como les pareciera bien.

Asimismo se creó una nueva Comisión de Consolidación de la Paz, cuyo fin es coordinar acciones que puedan ayudar a evitar la repetición de actos de genocidio. La ONU resultó fundamental en Timor Oriental durante la transición a la independencia, y hoy está elaborando planes para Burundi y Sierra Leona. En el Congo, las fuerzas de paz no han podido acabar del todo con la violencia, pero sí han ayudado a salvar vidas. El caso actual más delicado es el de la región de Darfur, en Sudán, donde se llevan a cabo esfuerzos diplomáticos para establecer una fuerza conjunta de paz de la ONU y la Unión Africana. En la atmósfera política envenenada que asedia a la ONU desde la guerra de Irak, no es extraño que el desencanto esté extendido. Ban Ki-Moon tiene una tarea difícil por delante. Pero es probable que, en vez de dudar sobre la ONU, los Estados se den cuenta de que necesitan un instrumento mundial de ese tipo, con su poder inigualable de convocatoria y legitimación. Aunque el sistema de la ONU no es perfecto, ni mucho menos, el mundo sería un lugar más pobre y caótico sin la organización.

© Project Syndicate, 2007.

Joseph S. Nye, Jr. es profesor en Harvard. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

7/12/2007

Misterios

Ya tardaba en llegar que el Vaticano recompusiera el rito tridentino en la misa, después del disparate de la misa en las lenguas nacionales como consecuencia de la apertura del concilio Vaticano II, y a la consiguiente invasión de toda suerte de variaciones para acercar el misterio teologico a la nuevas modas de la sociedad. Con las mismas podian haber vuelto a la misa en griego de los primeros tiempos del imperio romano que lo tenia como oficial, o incluso a la original en arameo de los primeros cristianos, ya metidos en misterios que nos los recuerden en lenguas muertas. Imagino la alegría con que han recibido la noticia los chicos de Lefevre y demás tendencias conservadoras dentro o en los aledañós de la Iglesia católica, que con esta medida verán abiertas otra vez las puertas a la Santa Casa.
Mucho menos misteriosa ha resultado ser la sentencia que condena al cura madrileño, vicario del arzobispado con Monseñor Rouco, por abusos sexuales a un menor y al propio arzobispado por permitir y ampara al clerigo, al quedar probado que sus superiores conocian de sus andanzas desde el años 2000. Si estos reclaman su exclusividad en la formación moral y en la educación de la conciencia a nuestros escolares, como repiten para oponerse a la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, deberían ser mucho mas cuidadosos con sus ovejas descarriadas y ejercer la caridad antes con las victimas de la pederastia que con los delincuentes propios.

7/04/2007

El Menos malo

No albergo muchas esperanzas de que abordemos en la tertulia tema tan arido y complejo como el propuesto sobre la democracia y su futuro, en que medida es perfeccionable su sistema de representación y sobre lo que se dice siempre refiendose a esta como "el menos malo de los regimenes politicos" en palabras de aquel, pero seguro que surge una vez mas debate sobre la nueva corporación municipal que nos atañe directamente y el papel del nuevo partido creado desde una plataforma ciudadana en el gobierno del concejo, o al menos en el apoyo que parece han dado al partido que gobierna a cambio, se supone, de algunas de las cuestiones por las que fue apoyado masivamente en las ultimas elecciones, mas policia, instalaciones deportivas, mejores comunicaciones... Algunos ya piensan que lo de mas policia no era para que pongan mas multas o prohiban algun giro indebido, pero esto hay que pensarlo antes.
Mientras aqui va el articulo de hoy de Savater en El Pais, impecable y del que seguro que salen cuestiones para debatir, hasta incluso su postura politica sobre el nacionalismo y los nuevos partidos surgidos de plataformas ciudadanas .


Salud

¿Ciudadanos o feligreses?

FERNANDO SAVATER 04/07/2007

En los últimos tiempos han proliferado los libros en torno al fenómeno religioso o, más bien, contra la religión: Daniel Dennett, Richard Dawkins, Michel Onfray, Sam Harris, André Comte-Sponville, Christopher Hitchens... En ese catálogo, los autores anglosajones destacan por su agresividad y también por un cierto candor misionero en su refutación de las viejas creencias. Incluso dedican numerosas páginas a demoler las pruebas tradicionales de la existencia de Dios (que no han mejorado desde Tomás de Aquino), empeño que a estas alturas del siglo XXI, y con Hume, Kant y Freud a nuestras espaldas, resulta casi conmovedor de puro antiguo, como bordar fundas para almohadas o algo así. Al parecer dan por descontado que aportando razones lograrán librar a los ilusos de convicciones que, ay, ninguno de ellos ha adquirido por vía racional. Dicho sea en su descargo, los autores citados son más bien científicos (o partidarios de subordinar la filosofía a la ciencia, como antaño fue "criada de la teología"), o sea, expertos en el manejo de los números y en la experimentación con los hechos, pero deficientes en la comprensión de los símbolos.

También hace simpática su irritación la obstinación oscurantista con que los creyentes norteamericanos se emperran en convertir la Biblia en un tratado de geología o de paleontología inspirado por la divinidad. Que hoy todavía, cuando tanto ha llovido ya desde el Diluvio, en el país científicamente más desarrollado del mundo, el llamado "diseño inteligente" tenga el triple de aceptación popular entre la población que lo enseñado por la biología actual sobre la evolución de las especies es como para impacientar a cualquiera. Sobre todo cuando este abuso de piedad tiene efectos prácticos peligrosos, pues uno de cada tres norteamericanos piensa que no es urgente tomar ninguna medida contra el cambio climático porque en esas cosas hay que fiarse de la voluntad de Dios...

Como en Europa tal uso fundamentalista de la religión no es corriente, el acercamiento que incluso los más críticos tenemos al fenómeno de la creencia religiosa suele ser más matizado. A mi libro La vida eterna algunos le han reprochado un planteamiento demasiado comprensivo de la fe (otros muchos lo han censurado por lo contrario, desde luego). Una reseña acaba con gracia lamentando que "a este paso, acabar con la religión nos va a costar Dios y ayuda". La verdad es que no considero tal liquidación un objetivo deseable (además de que lo tengo por imposible). Me parece que la religión es un tipo especial de género literario, como la filosofía, y combatirla como una plaga más sin atender los anhelos que expresa es empobrecedor no sólo para la imaginación, sino hasta para la razón humana. Temo que tan crédulos son quienes utilizan la Biblia para combatir a Darwin como los que dan por sentado que una dosis adecuada de neurociencia disipará todas las brumas teológicas. Además, he vivido lo suficiente para no pretender privar a nadie de ningún consuelo que pueda hallar frente a la desbandada del tiempo y el dolor, aunque yo no lo comparta. El único consejo adecuado que se me ocurre para los que padecen exceso de celo religioso es el que, inútilmente, ya formuló hace mucho Santayana: "Las doctrinas religiosas harían bien en retirar sus pretensiones a intervenir en cuestiones de hecho. Esta pretensión no es sólo la fuente de los conflictos de la religión con la ciencia y de las vanas y agrias controversias entre sectas; es también la causa de la impunidad y la incoherencia de la religión en el alma, cuando busca sus sanciones en la esfera de la realidad y olvida que su función propia es expresar el ideal".

Sin embargo, parece que los jerarcas eclesiásticos no están dispuestos a que nos olvidemos en España de los aspectos más nefastos de la influencia religiosa en el orden social. La campaña contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que incluso lleva a algunos orates de confesionario a promover nada menos que la objeción de conciencia de alumnos y profesores, constituye una muestra abrumadora de la manipulación descarada de la ignorancia popular que ha sido durante siglos marca de la Santa Casa. Se engaña con descaro a la gente diciendo que esta materia interfiere con el derecho de los padres a educar moralmente a sus hijos, que sólo los padres poseen tal derecho y que, si el Estado intenta instruir en valores, se convierte en totalitario o al menos en partidista (esto último por culpa de Gregorio Peces-Barba, al que creíamos un bendito). ¡Cuánta ridiculez! Por supuesto, no faltan los que invocan enseguida a la Constitución en su apoyo. Después de que ciertos abogados del Gobierno de Zapatero nos han enseñado asombrosamente que los ciudadanos españoles tienen derecho constitucional a votar a partidos que excusan o amparan el asesinato de sus adversarios ideológicos, he aquí que los antigubernamentales pretenden que la Constitución reserva el monopolio de la educación moral a los padres, sean de la ideología que fuere. A este paso, la gente terminará cogiendo miedo a la Constitución, a la que se presenta como cueva original de tales disparates...

Afortunadamente, en este caso basta con consultar el texto constitucional para salir de dudas. En efecto, el punto tercero del artículo 27 de nuestra Carta Magna establece que "los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". Pero antes, el segundo dice que "la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales". Los padres tienen derecho a formar religiosa y moralmente a sus hijos, pero el Estado tiene la obligación de garantizar una educación que desarrolle la personalidad y enseñe a respetar los principios de la convivencia democrática, etc. ¿Acaso esta tarea puede llevarse a cabo sin transmitir una reflexión ética, válida para todos sean cuales fueren las creencias morales de la familia? También los padres tienen derecho a alimentar a sus hijos según la dieta que prefieran, pero, si el niño a los ocho años pesa 100 kilos o sólo seis, es casi seguro que los poderes públicos intervendrán, porque -más allá de los gustos de cada cual- existe una idea común de lo que es un peso saludable. De igual modo, existe una concepción común de los principios de respeto mutuo y de pluralismo valorativo en que se funda la ciudadanía, y hay que asegurar que sean bien comprendidos por quienes mañana tendrán que ejercerlos. La libertad de conciencia, por fin aceptada por la Iglesia tras perseguirla durante doscientos años, admite perspectivas morales distintas, pero enmarcadas dentro de normas legales compartidas, como mínimo común denominador democrático.

Este planteamiento nada tiene que ver con los excesos del sectarismo izquierdista, como creen o fingen creer los ultramontanos. En su libro La justicia social en el Estado liberal, Bruce Ackerman lo describe así: "El sistema educativo entero, si se quiere, se asemeja a una gran esfera. Los niños llegan a la esfera en diferentes puntos, según su cultura primaria; la tarea consiste en ayudarles a explorar el globo de una manera que les permita vislumbrar los significados más profundos de los dramas que transcurren a su alrededor. Al final del viaje, sin embargo, el ahora maduro ciudadano tiene todo el derecho a situarse en el punto exacto donde comenzó, o puede también dirigirse resueltamente a descubrir una porción desocupada de la esfera". El proyecto de Educación para la Ciudadanía va en esta dirección liberal, y probablemente hará falta cierto rodaje hasta que perfile sus contenidos y los profesores acierten con el método de enseñanza. No todos los manuales serán igual de adecuados (ya rueda alguno deplorable por ahí, junto a otros buenos), pero lo mismo pasa en historia, literatura... o ética, asignatura que nadie consideró totalitaria a pesar de que "competía" con la enseñanza moral familiar.

Lo que me asombra es la postura del PP en este asunto. La presidenta de la Comunidad de Madrid se enorgullece (entrevista en Abc, 1-VII-07) de haber dispuesto de tal modo los asuntos educativos en sus dominios que no se dará Educación para la Ciudadanía. ¡Enhorabuena! Pero ¿qué diríamos si escuchásemos tal muestra de rebelión imbécil a Ibarretxe o Carod Rovira? Si los defensores de la unidad de España -que es la igualdad ante la ley del Estado de Derecho- piensan así, no es raro que prospere el separatismo. Por lo demás, lo de esta asignatura no es más que un síntoma de la complacencia con lo peor del clericalismo y el integrismo antiliberal. Ya he tenido ocasión de leer a César Vidal y a algún otro carca apologías de los gemelos polacos por su firmeza reaccionaria frente al "pensamiento único" progresista. ¿Son realmente éstos los ideólogos de choque del PP? ¿Su proyecto político va a dirigirse hacia la sana y vaticana "polaquización" de España? Pues si es así nada, con su pan se lo coman.