11/21/2012

L'infanza di Gesù

El nuevo libro del Papa Ratzinger nos descubre una realidad sorprendente en la que se prescinde de la imagen idílica del niño en el portal rodeado de la  mula y el buey y una estrella en lo alto anunciando la buena nueva. De eso nada, dice Ratzinge, en el portal no había animales (?) y la estrella, una supernova. Cagate lorito, de un plumazo nos deja sin iconografía para nuestro nacimiento, ya solo nos va a quedar el "caganer" catalán, previsiblemente independiente para las Navidades del año próximo, y el arroyo de papel de plata con las lavanderas en sus tareas. Afortunadamente  no toca un ápice la doctrina de fe sobre la virginidad de María o la intervención del Espiritu Santo en la concepción de Jesús, que son según él,  Historia, historia real, acontecida, historia interpretada y comprendida con base a la Palabra de Dios”.  Una curiosa forma de hacer pasar por historia real detalles imposibles de comprobar y creencias religiosas.
Lo de la campaña para las elecciones en Cataluña va camino de convertirse en profesión de fé, tanto en los autenticos deseos independentistas como en la honorabilidad de los propios dirigentes de CIU sobre sus dineros en bancos suizos y su procedencia.
  
Salud y República

¿Una mayoría indestructible?

En la fase final de la campaña, sucede que los que infunden miedo a disentir de la ola populista se presentan como víctimas

Artur Mas, candidato de la coalición Convergencia i Unió (CiU), se lanzó el 29 de septiembre a la búsqueda de una “mayoría indestructible”, que considera necesaria para llevar a cabo el referéndum y la subsiguiente secesión de Cataluña. Pero las mayorías en democracia carecen de esa virtualidad, están por su propia naturaleza sometidas a los agentes de la erosión, se oxidan, se alteran, cambian de sentido. Las mayorías que se llamen indestructibles quedan fuera de los sistemas democráticos, donde se forjan como suma de voluntades individuales sometidas a mutación. La negación de ese margen de oscilación es ajena a las democracias. Allí, ningún resultado está predeterminado y los electores tienen la capacidad de ejercer su derecho inalienable a enviar a los partidos a la oposición o al gobierno según sus cambiantes preferencias

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Son otros sistemas bien conocidos, originados en caudillismos y totalitarismos varios y especializados en la tergiversación electoral mediante candidaturas únicas y otras simulaciones falsarias, los que se sustentan en mayorías indestructibles. Se conciben para durar milenios, piensan haber descubierto el movimiento continuo, como sucedió entre nosotros, pero resultan en el caso más favorable incapaces de sobrevivir a sus fundadores, desaparecidos los cuales surgen inevitables los fenómenos de la desestalinización, desmaoización, desfranquización y así sucesivamente. En democracia ninguna opción partidista se vota de una vez para siempre. La libertad de opción regresa intacta al elector concluido el periodo establecido, para que reconsidere a favor de qué contendiente quiere echar su papeleta.
Ya se sabe que las campañas electorales producen excitaciones que empujan hacia posiciones en el borde de la irracionalidad, donde cunde la preferencia por las exageraciones y la descalificación de los adversarios, con escasa consideración a los electores y a sus intereses directos, que muchas veces desaparecen en la polvareda de la propaganda sectaria. El cruce de acusaciones distorsiona la realidad y se opta por rehuir los esclarecimientos reclamados con la invocación de la santidad de los propios objetivos. Se cumple así la leyenda de aquella viñeta de El Roto de que “una buena bandera lo tapa todo” y se ocultan las consecuencias que subrayaba esa otra según la cual “los sueños de la nación producen exilios”.
Como sucede con los periódicos y otros medios de comunicación, que andan siempre exigiendo transparencia y ofreciendo opacidad, los partidos contendientes en las elecciones sospechan de la honradez de sus rivales, pero guardan ominoso silencio sobre los abusos registrados en sus propias filas, que han tenido buen cuidado en pasar por alto sin procurar remedio. Porque los partidos, a los que tanto se incita al consenso para buscar las mejores salidas al interés general, prefieren mantener abiertas sus hostilidades, que solo deponen en casos excepcionales, cuando calculan los beneficios mutuos derivados de la oscuridad, a costa de los contribuyentes.
Por eso, muchas veces el antagonismo es luminoso y, como sucedía con las antiguas máquinas de proyección cinematográfica, de la chispa del arco voltaico que cerraba el circuito entre ánodo y cátodo salía 
 a la  luz merced a la cual los espectadores veían la película en el patio de butacas. Mientras que, cuando se anula la diferencia de potencial, es decir, cuando se opta por el consenso encubridor, todo queda a oscuras y los espectadores ciegos para seguir la cinta. Como decía Cuco Cerecedo, los gánsteres que discuten en un garaje por el reparto del botín huyen juntos en el mismo coche al oír la sirena de la policía. Nos falta saber qué sirena se oyó el 25 de febrero de 2005 en el Parlament, pero el presidente Maragall, denunciante de las comisiones del 3% en las adjudicaciones de la obra pública durante los Gobiernos de Pujol, y el denunciado Mas, entonces líder en la oposición de CiU, convinieron ese día un apagón indefinido. La amenaza de Mas fue que dejarían de ser posibles las cosas importantes que requerían un cierto círculo de confianza entre PSC y CiU. Así que, en aras del nuevo Estatuto, Maragall pulsó el interruptor y fuimos a negro.
Ahora, en la fase final de la campaña, sucede que los que infunden miedo a disentir de la ola populista, los que han inducido el silencio de los discrepantes, los que han engrasado con subvenciones la adhesión inquebrantable de los medios de comunicación, se presentan como víctimas. Porque, como escribió Orwell, “el buen nacionalista, además de rehuir la desaprobación de los errores cometidos por su propio bando, desarrolla una notable capacidad de sordera para percibirlos”. Atentos.

10/31/2012

Muchas de las cosas que pasan en nuestro monte tienen que ver con los intereses de la industria, que raramente coinciden con las necesidad reales de la conservación del medio natural, un ejemplo de ello es el mito de la limpieza de los bosques para evitar incendios, como si no supieramos que mas del 90 % de los incendios son provocados, que en el caso del bosques autóctonos debe ser del 100%, y en eso desgraciadamente somos lideres destacados. El artículo de este especialista aporta un poco de conocimiento sobre el tema.

Salud y república

Limpiar el monte para evitar que se queme

Eliminar el matorral y el sotobosque para protegerlo de posibles incendios es un contrasentido

ROLANDO RODRÍGUEZ MUÑOZ INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD DE EXETER, REINO UNIDO
Algunos profesionales y empresas del sector forestal llevan años afirmando que la solución al problema de los incendios forestales está en «limpiar»» el monte. No se trata de que éste esté lleno de basura, sino que quienes hacen esta afirmación consideran al matorral y el sotobosque como residuos vegetales. Su propuesta consiste en retirar toda esa vegetación, rasurando el monte hasta dejarlo como un parque urbano. Unos recomiendan que esa limpieza se haga mediante el uso de maquinaria, y que se utilice la vegetación como biomasa pare la producción de electricidad. Otros sugieren que se utilicen medios más «ecológicos», incrementando la cabaña ganadera para convertir nuestros montes en una inmensa granja de vacas, caballos, ovejas y cabras. Una tercera opción es la denominada «quema controlada», que se diferencia de una quema incontrolada en que la superficie calcinada es menor y se evita dañar el arbolado. Por lo demás, ambos tipos de quemas tienen las mismas consecuencias, erosionan el suelo y destruyen el sotobosque y el matorral.


La limpieza mediante maquinaria fue materia de un artículo de «Europa Press» publicado en este diario el pasado mes de agosto. La multinacional Ence describía como residuos forestales o combustible abandonado todo lo que no sean árboles, afirmando que su existencia es desencadenante de incendios. La empresa cuenta con una planta de biomasa en Asturias, y sugiere que la mejor manera de conservar nuestros montes sería quemar toda esa vegetación en una planta de ese tipo para producir de electricidad. Sin duda, una buena manera de evitar que alguien queme el monte es adelantarse y quemarlo antes. Esto puede generar importantes beneficios económicos a la empresa propietaria de la central de biomasa, pero es un sinsentido plantear la roza y quema de vegetación como estrategia de conservación de la naturaleza. De hecho, numerosos ejemplos han demostrado que la «limpieza» del monte o la construcción de cortafuegos y pistas de acceso son medidas poco eficaces a la hora de prevenir o controlar el fuego, si tenemos en cuenta los graves daños ambientales que conllevan. Sorprende que mientras lanzan al aire este tipo de propuestas, tanto Ence como algunos profesionales del sector forestal continúan fomentando la expansión de las grandes plantaciones de pino y eucalipto sobre las que se concentran la inmensa mayoría de los incendios forestales.


Calificar al matorral y el sotobosque como residuos tiene poco que ver con la realidad. El sotobosque es un componente fundamental de las zonas arboladas. En él se concentra una buena parte de la diversidad vegetal del bosque y de él dependen numerosas especies animales, incluyendo algunas tan importantes desde un punto de vista de conservación como el urogallo. Si eliminamos el sotobosque gran parte de la fauna y flora forestal desaparecen. Lo mismo ocurre con los brezales y piornales, formaciones vegetales que contribuyen a retener la humedad y proteger el suelo de la erosión, facilitando además la regeneración natural del arbolado. Por estos motivos, para una amplia mayoría de la sociedad, matorrales y arbustos son mucho más valiosos en el monte que transformados en electricidad en la caldera de una central de biomasa.


Aunque se trata de una labor muy difícil, identificar y procesar judicialmente a quienes provocan incendios parece la solución más eficaz. En algunos lugares, las mismas zonas son quemadas una y otra vez durante décadas sin que se detenga al causante. Descubrir a los incendiarios sería más sencillo si se incrementase la vigilancia, algo que a su vez contribuiría a la detección del fuego antes de que se extienda. Por desgracia la sociedad no parece estar aún muy concienciada sobre las graves consecuencias derivadas de los incendios, y la colaboración ciudadana para detener a los incendiarios es insuficiente. Seguir informando a la sociedad y educando a los niños desde que comienzan en la escuela parece una buena alternativa para lograr esa concienciación. Paralelamente, resulta lógico pensar en la necesidad de evitar que alguien pueda sacar provecho de un incendio, por ejemplo prohibiendo el uso ganadero de las zonas quemadas, tal y como se está haciendo en algunas lugares en la actualidad. Como medida preventiva, cabría racionalizar el uso del territorio evitando la existencia de masas continuas de especies foráneas muy susceptibles al fuego, como pinos y eucaliptos. Intercalar áreas de bosque caducifolio dentro de estas plantaciones rompería esa continuidad y dificultaría el avance del fuego en caso de incendio.


Resulta tan sorprendente como necesario tener que recordar que los montes son sistemas naturales y no meros almacenes de materias primas. Describir la frondosidad de un monte como combustible acumulado es como calificar de montón de carne a una manada de venados.

10/10/2012

Vente a Alemania Pepe

Como soy contrario a las cosas que circulan por la red sin "control de calidad", o lo que es lo mismo, sin conocer el origen de la información, de ahí las tonterias que circulan sobre el número de empleados públicos, el origen de la margarina, los médicos que cumplen el horario (jejeje) o el fin del mundo según los mayas, tomo lo siguiente con cierto escepticismo aunque el argumento es bueno, si bien precisamente el título es lo más falso y deberíamos aplicarlo a todos los mitos que se han ido construyendo sobre mentiras interesadas, y aqui la Iglesia (la Santa Iglesia Católica y Apostólica romana) se lleva la palma, por supuesto. Pero no solo esto, la semana pasada dieron un documental en televisión (programa "Versión española" de TV2) sobre la emigración de los años 50 y 60 a Alemania impresionante, y no exagero nada porque pone en evidencia las mentiras que se han contado sobre el supuesto prestigio de los trabajadores españoles en Alemania, el buen trato que se les dispensó, la seriedad de los contratos de trabajo y tantas otras cosas que teniamos como ciertas. El documental se titula "El tren de la memoria" y es muy recomendable. 
http://www.rtve.es/alacarta/videos/version-espanola/version-espanola/613134/ 

http://periodismohumano.com/migracion/la-mitad-de-los-emigrantes-espanoles-se-fueron-sin-contrato-de-trabajo.html

Salud y República
LA HISTORIA NO PERDONA MITOS

 Soy un barcelonés de 30 años que, como mi generación, creció con el Club Super 3, el Tomàtic, la Bola de Drac, la Arare , Sopa de Cabra, Els Pets, Els Caçafantasmes, “Regreso al Futuro”… Veíamos la  predicción del tiempo en la TV 3, con los dibujos de soles y nubes sobre un mapa de los Países Catalanes.

En la escuela nos explicaban la historia de las cuatro barras, pintadas por el emperador franco con la sangre de Wilfredo el Velloso sobre un escudo o tela de color amarillo-dorado: así nació nuestra  bandera ( la Senyera ). Los domingos por la mañana bailábamos sardanas en la plaza de la Iglesia , y daba gozo ver en un mismo círculo a los abuelos y los nietos, cogidos de la mano. En Navidad hacíamos cagar al  “Tió”, y poníamos un “Caganer” con barretina en el Nacimiento. Así, disfrutábamos de una auténtica Navidad catalana como Dios manda.

En la primavera cogíamos las Xirucas ( Chirucas , marca de calzado ], y nos íbamos  a nuestros Pirineos a disfrutar de nuestras  montañas y sierras, en nuestra tierra. Celebrábamos la “Diada”, con ánimo de no olvidarnos de la derrota de nuestro pueblo contra Felipe V y los españoles.

Somos un pueblo trabajador, con carácter, distinto del resto. Tenemos la Caixa , el RACC, los Mozos de Escuadra y los Ferrocarriles Catalanes. ¿Qué más queremos? Pues queremos, queremos, queremos…


Pero la verdad no se puede ocultar siempre. Te vas de Erasmus a Londres, y descubres que existe vida fuera de nuestro pequeño planeta catalán. Que también hay trabajadores con carácter en otros territorios. Que la Caixa no es tan importante, si se compara con el Comercial Bank of China. Que solamente una ciudad como Shanghái tiene 20 millones de personas (tres veces toda Cataluña).

Descubres la verdad: que lo de las cuatro barras de Wifredo el Velloso sólo era una leyenda, un mito, sin fundamento histórico. Ni Wifredo fue contemporáneo del emperador, ni se usaba la heráldica en ese siglo. Además, hasta la unión con Aragón, el emblema de los condes de Barcelona fue la cruz de San Jorge (una cruz de gules sobre campo de plata).

Descubres que la sardana la inventaron en el año 1817. Fue un tal Pep Ventura, que tampoco se llamaba Pep sino José, nacido en Alcalá la Real, provincia de Jaén, e hijo de un comandante del Ejército español.  Se la inventaron, porque no podía ser que la jota de Lérida o del Campo de Tarragona fuese el baile nacional. Y tampoco podía serlo el baile denominado “El Españolito”. Por eso se inventaron la sardana a comienzos del siglo XIX: para crear una identidad nacional  inexistente hasta entonces. La sardana, otro mito.

Descubres que en 1714 no hubo ninguna guerra catalana-española, que Cataluña no participó en ninguna derrota bélica. Fue una guerra entre dos candidatos a la Corona de España, vacante desde la muerte de Carlos II sin descendencia: entre un candidato de la dinastía de los Borbones (de Francia) y otro de la de Austria (de tierras germánicas). En todos los territorios de la Corona de España hubo austracistas y borbónicos: por ejemplo, Madrid, Alcalá y Toledo lucharon en el mismo bando que Barcelona. No fue, como intentan venderlo, una guerra de secesión, sino de sucesión: ningún bando aspiró nunca a romper la unidad dinástica entre Castilla y Aragón, ni la separación de Cataluña. La Diada , otro mito.

Descubres que el “Caganer” del belén es una “tradición” que no se generaliza hasta el siglo XIX, como la sardana. Y que el “Tió” es otra milonga identitarias y absurda. La Navidad catalana, otro mito.

Te das cuenta que [los nacionalistas] nos han tomado el pelo. No nos han educado, sino adoctrinado. Que nos han alimentado, sin darnos cuenta, de una “ideología total” que se encuentra por encima de todo y de todos. Lo abarca todo: permite pisar el derecho de las personas, modelar la Historia a su gusto, y determinar qué está bien o mal.

Te das cuenta que [los nacionalistas] nos han adoctrinado a través de mitos, leyendas, mentiras. Que han construido o falseado una realidad, con tal de fundamentar su ideología. Intentaré poco a poco ir comentando esos mitos. Pido ayuda y la colaboración de todos, para tratar de encontrar otras mentiras. Así, [los catalanes] podremos liberarnos de esos mitos, y ser libres de verdad.

Está claro que eso de viajar, es para algunos, una estupenda vacuna contra la estupidez y el aldeanismo.
 

10/03/2012

la bicicleta en el imaginario adolescente

Tenía que ser mi admirado Jose Luis Alvite el que recupere aquella imagen erótica y carnal de la mujer y la bicicleta que inundó nuestra adolescencia.


Sexo con hormigas 
3 Octubre 12 - - José Luis Alvite
He sentido desde muy joven verdadera fascinación por la sexualidad de las mujeres y he llegado a la conclusión de que si resultan excitantes es porque no hay en la feminidad un solo misterio cuya resolución no suponga la aparición de algún misterio nuevo, como en esas obras de teatro inglesas en las que al abrir una puerta el personaje se encuentra frente a tres puertas con las que no contaba. En mi primer acercamiento a la sexualidad de las mujeres tomé como modelo a tía Pepita, que era comadrona en Cambados y había tenido un novio que decidió meterse cura. Nunca supe que tía Pepita tuviese relaciones sexuales con alguien y el único indicio de felicidad acaso erótica que recuerdo en ella es su sonrisa al pedalear en la bicicleta en la que acudía a los partos. Cuando después de un largo pedaleo arrimaba la bicicleta a una pared en el vestíbulo de casa, yo me acercaba a oler el sillín mientras también lo rondaba una jadeante rondalla de perros. En una ocasión reuní un puñado de hormigas sobre el sillín y los bichos se quedaron  casi dormidos, seguramente saciados por el almíbar suculento, seroso y puerperal del cuero. A tía Pepita no le gustaba mucho que yo le pidiese la bicicleta para salir de paseo y a mí entonces me parecía que lo que le preocupaba al negármela no era mi integridad física, sino mantener a salvo el secreto de su sexualidad, la marroquinería de aquella lujuria a la que yo creo que renunció justo el día que decidió no ir a los partos pedaleando y retiró su «Orbea» a un lejano poyete suspendido del techo. Años más tarde, ella decidió descolgar la bicicleta, salí a dar un paseo en ella y me di un batacazo. Y tía Pepita me puso la cena y se me quedó mirando con su abacial severidad victoriana, como si supiese que lo mío con la bicicleta hubiese sido incesto.

9/14/2012

De bicicletas


Recupero un correo antiguo de nuestro ácrata de cabecera, en el que se hacía homenaje de justicia a la bicicleta, ortrora modesta compañia de obreros en tiempos de escasez y hoy objeto de consumo y deporte, aunque infrautilizada en esta España falsamente opulenta.

Como habia prometido, envio el soneto a La Bicicleta de nuestro poeta Laureano.

Dos cíclopes al suelo encadenados
a un Zeus tronante y sudoroso,
alido de pedales musculosos,
cabalgan furiosos por los llanos.

los dientes laboran apretados
y, cual toro alocado y muy furioso,
desbocados sus cuernos tan airosos,
los aires corta en brios desatados.

cual pegaso veloz en raudo vuelo,
la maquina de acero al viento daba
alientos y suspiros de deseo

de escribir el esfuerzo en vega llana
para ser, cual un nuevo Prometeo
ascético titán en monte extremo.

 A continuación e instalado en la modestia os envio otro soneto a la bicicleta datado en los años noventa del siglo pasado,  de autoría compartida entre Lola Mateos y el que suscribe, Soneto naturalmente inacabado...

Jamás encontré montura discreta,
mas fuerte y mansa que el percherón 
en la que monta el aldeano y el Borbón
que tu hermosura oh! bicicleta
Tú por la espesura marchas coqueta,
por monte, prado,rio y malecón
Frenos, manillar, catalina y piñón,
cual alegre viajero sin maleta.
Tu belleza, el coche envidia,
tu ligereza al tren espanta.
Emúlas al toro de lidia,
Centauro; carne y acero que canta.

Naturalmente dedicada a Horacio
F. Enterría

6/22/2012

Hostias consagradas

Ya dijo Borges que la Teologia es la rama mas excelsa de la ciencia ficción, estoy seguro que Ana Esther como experta en el tema, (de la ciencia-ficción, claro) no le llevará la contraria. Asi lo expone Borges en esta interesante charla con Sábato. Viene a cuento por el artículo de Ponte hoy en El Faro de Vigo, sobre el robo de hostias consagradas en una iglesia gallega  y las disquisiciones teológicas que conlleva la posible caducidad de sus propiedades benéficas.  
 
                                         Charla entre Jorge Luis Borges y Ernésto Sábato

(...)
- Borges: No se que escritor dijo: "Las ideas nacen dulces y envejecen feroces"

- Sábato: ¡Hermosa frase! Además son siempre los pensadores los que mueven la
historia.

- Borges: Pienso que toda la historia de la humanidad puede haber comenzado en
forma intrascendente, en charla de cafe, en cosas así, no?

- Sábato: Perdone que me quede tocado por esa frase que usted cito. Recordemos
las cosas feroces que se hicieron en nombre del Evangelio. Y las atrocidades
que hizo Stalin en nombre del Manifiesto Comunista.

- Borges: ¡Que extraño!... nada de eso a ocurrido con el Budismo.

- Sábato: (Con tono esceptico) Pero digame, Borges, ¿A usted le interesa el Budismo
en serio?. Quiero decir como religion. ¿Ó sólo le importa como género literario?

- Borges: Me parece ligeramente menos imposible que el cristianismo (ríen). Bueno,
quiza crea en el Karma. Ahora, que haya cielo e infierno, eso no.

Por un instante las risas se confunden con las palabras. Los dos se divierten

¿Y qué opina de Dios, Borges?

- Borges: (Solemnemente irónico) ¡Es la máxima creacion de la literatura
fantastica!. Lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada comparado
con lo que imagino la teologia. La idea de un ser perfecto, omnipotente,
todopoderoso es realmente fantástica.

- Sábato: Si, pero podria ser un Dios imperfecto. Un Dios que no puede manejar
bien el asunto, que no haya podido impedir los terremotos. O un Dios que se
duerme y tiene pesadillas o accesos de locura: serían las pestes, las
catastrofes....
- Borges: O nosotros (Se ríen). No se si fue Bernard Shaw que dijo: "Dios esta
haciendose"

- Sábato: Es un poco la idea de Strindberg, la idea de un Dios histórico. De
todas maneras las cosas malas no prueban la inexistencia de Dios, ni
siquiera la de un Dios perfecto. Usted acaba de insinuar que cree mas bien
en los budistas. Si un niño muere, de modo aparentemente injusto, puede ser
que este pagando la culpa de una vida anterior. También puede ser que no
entendamos los designios divinos, (que pertenecen a un mundo transfinito).

- Borges: Eso coincide con los ultimos capitulos del libro de Job.

- Sábato: Pero digame, Borges, si no cree en Dios ¿Por que escribe tantas
historias teologicas?

- Borges: Es que creo en la teologia como literatura fantastica. Es la perfección
del genero.

- Sábato: Entonces, suponiendo que fuera el Gran Bibliotecario Universal, ese
bibliotecario que toda la vida soño ser. Borges pondria en el primer lugar la
Biblia, no?

- Borges: Y sobre todo un libro como Summa Teológica. Es una obra fantastica muy
superior a la de Wells.
(...)

Cuando se roban hostias

José Manuel Ponte



Viene en la prensa. En un pueblo de Galicia, de cuyo nombre no conviene acordarse, se produjo no ha mucho un robo en una iglesia del rural. Las iglesias no abundan en dineros constantes y sonantes, los cepillos ya no se llenan como antaño y a poco que suene algo de calderilla dentro de ellos hay que aliviarlos de peso rápidamente (con la diligencia propia de un buen recolector de huevos de gallina), para evitar tentaciones a los amigos de lo ajeno. Que son muchos, cada vez más, por culpa de la crisis. No obstante, las iglesias acumulan todavía otros objetos de mucho valor artístico que encuentran salida en el mercado clandestino de arte, como muy probablemente ocurrió con el famoso Códice Calixtino hurtado en la catedral compostelana y del que no se ha vuelto a saber nada. Cada poco nos dan la triste noticia de que una iglesia ha sido asaltada y los ladrones se han llevado una imagen, una pintura, un copón, una cruz, o algún otro objeto dedicado al culto. Desgraciadamente, el patrimonio artístico español, incluido el eclesiástico, está muy mal defendido y no hay medios bastantes para conservarlo dignamente. En algunas iglesias se ha llegado al recurso de sustituir el original por una copia, pero incluso esa solución es demasiado onerosa en los tiempos que corren. O inconveniente porque el material de que está hecho el sustituto no posee las condiciones milagreras del anterior que las recibió seguramente de alguna piedra o madera antiguas que fueron objeto de idolatría en los tiempos oscuros del paganismo. En el robo de la iglesia gallega que comentamos, a falta de dinero, los ladrones se llevaron un copón bañado en oro, y lo que es peor, según la crónica del periódico, las hostias consagradas que contenía. Lo del copón tiene arreglo porque el párroco ya ha evaluado su coste y espera sustituirlo en breve a poco que funcione una colecta popular que ha puesto en marcha. Pero lo de las hostias consagradas, ya preocupa más. No tengo a mano un teólogo de confianza para que me explique cuánto tiempo dura la consagración en una hostia que queda sin repartir, y me queda la duda de si esa condición de sagrada se esfuma con el tiempo o, por el contrario, permanece perenne por los siglos de los siglos. Unas hostias consagradas en manos de unos ladrones que no saben de su condición son una mercancía de alto valor energético que habría que transportar con el mismo cuidado que utiliza la Iglesia Católica en sus desplazamientos, bien para acudir en auxilio de enfermos o moribundos, bien para ser llevada en solemne procesión rodeada de señoritas con mantilla, dignísimas autoridades, bandas de música y bizarros militares. Yo estoy por apostar que, en cualquier caso, la energía que desprenden esas hostias será positiva y propiciará la bonhomía de quienes estén cerca de ellas. Si todavía viviese mi buen amigo el jesuita José María Díez Alegría, le interrogaría sobre el dilema de si la consagración tiene un efecto duradero sobre la hostia o, muy al contrario, la va perdiendo con el tiempo. Como era hombre de humor, supongo que se hubiera reído.

6/19/2012

Calamares en su tinta

Estoy seguro que desde Madrid, o desde Berlín, donde se toman algunas decisiones que afectan negativamente a Asturias, no se tiene en cuenta que pasada la cordillera Cantábrica desde la meseta el cielo se vuelve plomizo y que nuestro espectáculo natural tiene relación directa con este fenómeno meteorológico, que a pesar de repetido siempre nos pilla de nuevos, y lo que es peor, nos induce una melancolía próxima a la depresión que no es buena compañera de nuestra extrema situación económica. Con las cosas así, la radicalización de la lucha en las cuencas es cuestión de tiempo y de actitudes como las de este gobierno.
Entretanto, Jose Luis Alvite nos cuenta sus historias por capítulos...
Salud y República     

 

Guiso de calamares (I); por José Luis Alvite


17 Junio 12 - - José Luis Alvite
Me esperaba casi cada noche al amparo de la oscuridad, en el callejón por el que salía del periódico después de haber entregado mi crónica de sucesos. El gitano Dimas Gabarri había asesinado años atrás a un hombre en la ciudad de A Coruña y con la prisión se había vuelto casi razonable. A veces me contaba cosas y no le importaba delatar a otro a cambio de una pequeña suma de dinero que yo pagaba de mi bolsillo. Ni él ni yo teníamos dudas morales sobre eso. Yo vivía de escribir y él y los suyos tenían que comer. Una noche el bueno de Dimas me dijo que él tenía conciencia, pero que cuando apretaba el hambre, en las advertencias de Dios se le mezclaba, como una tentación insuperable, el recuerdo de haber olido un guiso de calamares al pasar por la puerta de una tasca. Después me dio la noticia de un atraco sin importancia, un asunto de medio pelo que no habría merecido una sola frase en el periódico, y rehusé pagarle. Entonces detuvo sus pasos, me sujetó de un brazo y me dijo: «¿Qué quieres que haga? Vivimos en una ciudad pequeña. Hay gente decente por todas partes. Joder, colega, esta ciudad es más tranquila que su cementerio. No puedo traerte un cadáver cada noche. Estamos pasando un bache, hermano. El otro día atraqué a un hombre de madrugada en una calle desierta. El tipo tenía los bolsillos vacíos. Me dio pena. ¿Sabes?, me dio mucha pena, así que me largué antes de que, por culpa de sentir compasión, el jodido atraco me costase dinero. Vivo en un chamizo con mi mujer y tres hijos que se  suben a la mesa para que no los muerdan las ratas. Necesito dinero, hermano, y resulta que vivimos en una ciudad decente. Te traigo lo que tengo. La gente tiene últimamente el jodido vicio de no matar. ¿¡Qué coño quieres que haga!?»… 

Guiso de calamares (II); por José Luis Alvite

18 Junio 12 - - José Luis Alvite
No era fácil entender las razones por las que aquel tipo había asesinado a un hombre y se dedicaba a delinquir. Al gitano Dimas Gabarri su conciencia le aconsejaba no matar, pero resultaba que su dignidad le impedía mendigar, así que casi sin que me diese cuenta se convirtió en una especie de becario al que me vi en el compromiso de costearle una parte de sus gastos y algunos vicios. Al menos la mitad de mi sueldo acababa en sus manos. Con razón una madrugada entró exultante en un céntrico pub de la ciudad y presumió de vivir del periodismo. Entre mi cobardía y su verborrea, aquel tipo había conseguido invertir los papeles y yo me sentía como el ventrílocuo al que su muñeco le metiese de vez en cuando la mano por el culo. Naturalmente, Dimas lo veía de otro modo. Para él nuestra relación se trataba de una perfecta muestra de buena vecindad, la demostración de que el periodismo podía alimentarse de la realidad por su cercanía a las fuentes, sin recurrir a la Policía, algo así como  comprar el pescado en la cubierta del palangrero sin necesidad de pasar por la lonja. A cambio de arruinarme por culpa de Dimas, reconozco que gracias a aquella vecindad nadie me pisaba una noticia. Todos los datos que me traía aquel tipo eran fiables. Dimas tenía la mirada sesgada como si me viese a través de los ojos despoblados de un muerto y yo a veces pasaba miedo al enfrentarme a sus ojos en la oscuridad del callejón. También él temía que los otros criminales descubriesen que era un delator y no comprendiesen que lo suyo no era traición, sino periodismo. Una madrugada me dijo: «Tendrás que arreglártelas sin mí. No puedo traicionar a mis colegas. Puede que no lo entiendas, pero en este caso mi conciencia no me permite ser decente».
 

Guiso de calamares (y III); por José Luis Alvite

 19 Junio 12 - - José Luis Alvite
Una tarde me dijeron en comisaría que el gitano Dimas Gabarri había aparecido muerto en extrañas circunstancias en otra ciudad y confieso que por primera vez en mi carrera no quise saber nada de un asunto turbio que se presentaba interesante. Recordé su tensa amistad, los delirantes momentos de furia  y tantas  noches compartidas. Visité a su viuda en el ahumado chamizo a las afueras de Compostela. Me contó que Dimas llevaba un tiempo ilusionado con la posibilidad de cambiar de vida y me agradeció que le hubiese servido de ayuda. La chica de Dimas se llamaba Fabiola, olía a sexo con calamares  y vivía con dos hijos muy pequeños en un sitio miserable en el que en caso de incendio a mí me pareció que con el asco hasta se habría extinguido el fuego. Era mediodía y la viuda de mi amigo había puesto agua al fuego para cocer unas verduras con la esperanza de que supiesen remotamente a jamón gracias a la sabia decisión de no lavarlas. Recordé que una noche Dimas me había dicho que su mujer era una chica estupenda que le atraía mucho porque se lavaba «lo justo para no echar a perder su excitante olor de hembra». A pesar de ser un tipo imprevisible, capaz de matar a un hombre en un repentino arranque de furia, el gitano Dimas era muy sensible para lo carnal y muchas veces al hablar de mujeres me había asegurado que cuando tenía sexo con Fabiola se insultaban como si se odiasen y él sabía que su chica estaba al borde del orgasmo porque al mirarla a ella a los ojos los perros rompían a ladrar. Aquella tarde de verdura y tristeza Fabiola me invitó a que esperase a su lado para la cena. Iba a comprometerme, pero rehusé. La besé en la mejilla y marché al periódico. Creo que los perros de Dimas tardaron mucho tiempo en ladrar.


 

5/16/2012

Iglesia y justicia

             En España la excepción es norma, en un país "normal" esta imagen es inaceptable.

4/23/2012

soga, cordel, maroma, cabo, bramante, correa...

Osea, Cuerdas. Esa  es la denominación de la teoría que intenta unificar las dos grandes teorías con las que hemos convivido durante los 50 últimos años para explicar lo pequeño (la teoría cuántica) y lo grande (la relatividad). Para esos tuvimos la fortuna  que contar con nuestro amigo y contertulio en el exilio levantino, Vicente G. Peinador, que ha cumplido la promesa de intentar meter en nuestras mentes racionalistas asunto tan difuso como la existencia de más de cuatro dimensiones que subyacen en la formulación de esta nueva teoría que se ha abierto paso en el mundo científico, no sin cierta oposición. 
Para pasar de lo inmaterial a lo concreto, nada mejor que dar cuenta de una ración de callos que nos devuelven a la realidad sin solución. Una estupenda conferencia con unos cuantos invitados y el reencuentro siempre agradable con nuestro amigo.





  

4/17/2012

El Muro de las Lamentaciones

Una reportera de CNN escuchó hablar de un anciano judío que había estado yendo a orar al Muro de las Lamentaciones durante muchos años, todos los días, sin faltar uno. Así que fue para allí a comprobarlo. Identificó al hombre fácilmente mientras se acercaba al Muro de los Lamentos.

Lo observó mientras oraba. Después de 45 minutos y cuando el viejito se estaba dando vuelta para irse, ella se acercó para hacerle una entrevista.

"Discúlpeme, señor. Soy Rebecca Smith, reportera de CNN. ¿Cuál es su
nombre?".

"Morris Fishbein," respondió el hombre.

"¿Cuánto tiempo ha venido usted, señor, al Muro de los Lamentos?".

"Alrededor de 60 años".

"¡60 años! ¡Es asombroso! ¿Y por quién ó por qué reza?".

"Rezo por la paz entre cristianos, judíos y musulmanes.”
“Rezo porque terminen todas las guerras y los odios entre la gente.”
“Rezo para que los niños crezcan como adultos responsables, amando a sus
semejantes".

"¿Y cómo se siente usted después de estos 60 años?"

" Como si le hubiera estado hablando a una pared "

3/08/2012

Señora!, le cambio la hija por un piano y así tocamos los dos

Hoy es el día internacional de la mujer, dicho así puede parecer que se la equipara con cualquier celebración destinada a despertar la conciencia sobre un asunto determinado, como puede ser el día internacional del glaucoma, de la tuberculosis, del riesgo cardiovascular, del sueño, de la poesía, del detenido, del agua o del teatro. Pero las mujeres, que se sepa, no son una enfermedad, mucho menos un bien escaso o en vías de extinción, afortunadamente, son ni más ni menos que seres humanos que tienen que demostrar casi cada día que son tan listas, torpes, mediocres o brillantes como el resto de "bípedos implumes".
Coincide la celebración con una serie de debates suscitados en torno a la condición femenina, como el artículo del académico Ignacio Bosque sobre el lenguaje sexista, apoyado sin fisuras por la exigua minoria de mujeres que participan en la Academia ( "La desigualdad de las mujeres no se soluciona forzando el lenguaje. Pero también es cierto que el lenguaje es muy permeable, muy sensible al cambio, y cuando éste se vaya produciendo en la sociedad, progresivamente, podrá modificar el modo en el que nos expresamos", en palabras de Soledad Puértolas). Se suman urgentemente a la celebración las declaraciones del recien ministro de Justicia, que no de Gracia, en las que señala cual es el camino de su reforma respecto a la ley vigente sobre el aborto ( "...el legislador no debe ser indiferente a la situación de muchas mujeres que ven violentado su derecho reproductivo por excelencia, que es la maternidad, por la presión que ejercen a su alrededor determinadas estructuras.") , donde al parecer los derechos de las mujeres no pintan nada). No menos curiosa ha sido la imagen del presidente de los periodistas de Granada que se saca el cinturon para amenazar a una manifestante, para pedir perdón seguidamente porque se le había ido la cabeza. Pero la perla de la semana se la lleva el asunto del iman de Terrasa y sus recomendaciones para tratar a la mujeres díscolas o "desviadas", un tema recurrente al que ni siquiera los musulmanes más moderados son capaces dar una respuesta convincente.
Yo lo celebraría con un piropo desde el andamio: "Señora!, le cambio la hija por un piano y así tocamos los dos" a riesgo de que me tachen de machista irredento.

El imán de Terrassa orienta a sus fieles para no dejar huellas al castigar a sus mujeres

De acuerdo con la tradición musulmana, el imán es el encargado de dirigir la oración canónica de los fieles. Se trata de una figura respetable y respetada, aunque sólo sea porque tiene capacidad para aleccionar a la comunidad del Corán. Dicen los mossos d’esquadra que el imán de Terrassa, Abdeslam Laarusi, dedica el tiempo de la oración a impartir sugerencias sádicas o humillantes. Con el fin de corregir las “conductas desviadas” de las mujeres (las de sus fieles, se entiende), recomienda la aplicación cuidadosa de la violencia física más brutal combinada con la torsión psíquica de graduación media. Los golpes a las esposas deben aplicarse con el puño o el bastón, pero sin romper huesos ni hacer sangre; mejor repartirlos en todo el cuerpo, para no dejar señales; las esposas díscolas deben ser recluidas en el hogar y se las puede coaccionar negándose a mantener relaciones sexuales. El imán Laarusi carece de magnetismo y rebosa de ferocidad. La descripción del castigo selectivo y oculto, probablemente una concesión a un entorno democrático que no permitiría este tipo de prácticas, es más propia de un torturador de la Escuela de Mecánica de la Armada de los tiempos de Videla que de un servidor de Alá.

Para evitar una enfadosa discusión teológica o antropológica sobre lo que entiende el Corán por amonestar a las mujeres rebeldes, lo pertinente es centrar la cuestión en el único punto posible: en España es ilegal agredir a las esposas en el ámbito conyugal (y a cualquier persona, desde luego). Quien practica esa perversión o la recomienda debe ser imputado penalmente, juzgado y, si el tribunal lo considera culpable, condenado. No hay burladeros culturales, ni coartadas sociales, ni emplastos teológicos que mitiguen el desmán.

No hieras a una mujer ni con el pétalo de una rosa” reza el tópico lírico árabe. El imán de Terrassa y el de Fuengirola (Mohamed Kamal Moustafa, condenado a prisión por hechos similares a los atribuidos a Laarusi) no cultivan la lírica; probablemente ni siquiera la prosa, con lo que tendrían que aprender (y enseñar a sus fieles) de Averroes o Avicena. Responden más bien a la tipología del imán de herradura, armados para cocear.

2/29/2012

¡Hagan juego!

Antes era todo más previsible y desde luego los timos eran de andar por casa, pero funcionaban, vayan si funcionaban, todavía hoy de vez en cuando sale una noticia de alguien al que le vendieron la catedral de Burgos o le hicieron el timo de la estampita, que viene a ser el timo patrio por excelencia y en el que el timador explota la codicia del incauto, que suele ser el motivo habitual de volverse gilipollas ante las situaciones más absurdas. En otros casos, como con los políticos, el timador tiene que acudir a la vanidad, afán de protagonismo y a la ambición desmedida del incauto para tener éxito. Los resultados ya los conocemos y los soportamos, porque en estos casos no solo sufre la credibilidad personal del papanatas, sino también la de la propia institución que representa, o que cree representar.
En esas estamos ahora con la propuesta de crear una delegación de Las Vegas en España.


¡Hagan juego, señores!

Desde '¡Bienvenido mister Marshall!', la sucesión de timos en macro proyectos se ha disparado


Sheldon Adelson, presidente de Las Vegas Sands Corp., ha sido recibido por las máximas autoridades de Madrid y de Cataluña, que han escuchado impávidas las condiciones bajo las cuales invertiría 30.000 millones de dólares (23.000 millones de euros) en un complejo de casinos y hoteles, cuyo emplazamiento a la vera de las dos primeras capitales de España está en disputa. Mister Adelson quiere que se le conceda un limbo legal donde quede exento de cumplir la legislación vigente en materias como tabaco, extranjería, menores, prostitución, blanqueo de dinero, urbanismo y otras cuestiones.

Nada que objetar a unas pretensiones de parte que hubieran podido llegar más lejos. Lo que asombra es que sus primeros interlocutores —la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y la alcaldesa de la Villa, Ana Botella— hayan salido a continuación a los medios para cantar las excelencias del proyecto, subrayar que crearía 261.000 empleos y reclamar la necesidad de que todas las Administraciones públicas —central, autonómica y municipal— colaboren en su puesta en marcha. Y que lo hicieran sin un asomo de vergüenza, sin referir que ante semejantes exigencias procedieron a llamar a la policía para que el osado yanqui fuera desalojado del despacho. Lo mismo ha sucedido días más tarde en Barcelona, donde Adelson fue recibido en el Palau de la Generalitat por el president, Artur Mas; el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell; el conseller de Territori i Sostenibilitat y por un escogido grupo de empresarios sin que se requiriera a los Mossos d’Esquadra.

El semanario Alfa y Omega, que edita la Archidiócesis de Madrid y encarta los jueves el diario Abc, al explicar lo que traerá a España Las Vegas Sands explica que la citada corporación es propietaria de casinos en distintos lugares del mundo y da cuenta de algunos de sus avales. Por ejemplo, la detención que hizo la policía china en el interior de uno de ellos, ubicado en Macao, de más de 100 prostitutas y sus correspondientes proxenetas, lo cual ha originado una investigación por las autoridades de Hong Kong.

Interesante anotar que otro colega de Adelson en Macao es Stanley Ho, un avispado portugués que es figura relevante del juego y la prostitución en ese enclave, al que la Conferencia Episcopal Lusa vendió en 1997 la cadena de televisión que le había sido concedida. También señala el citado semanario que la agencia Reuters informa de la investigación por la Autoridad Reguladora de los Casinos en Singapur de varias denuncias contra Las Vegas Sands por actividades ilegales.

La cuestión del juego —“España, se ha dicho, se ha convertido en un gran casino”— ha movido al diligente Obispado de Alcalá a publicar una nota oficial, fechada el 26 de enero de 2012, donde alerta sobre las consecuencias que la implantación de los casinos de Adelson tendría en particular sobre las 2.350.000 personas que son jugadores patológicos en España, según señaló el jefe de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre, Miguel Ángel Jiménez Arriero, en su comparecencia ante la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados el 17 de marzo de 2011. El doctor, que había sido citado en relación con el proyecto de ley de regulación del juego en tramitación, señalaba allí cómo a la ludopatía, que según las últimas investigaciones va en aumento entre los jóvenes y la población femenina, va asociada otra serie de hechos como ausencias del trabajo, robos para financiar el juego, problemas judiciales y detenciones, ruina, bancarrota y otros, como el riesgo de suicido, que se cuadriplica.

Pero volvamos al cuento de los casinos de Las Vegas Sands para recordar que desde aquella memorable película de Luis García Berlanga ¡Bienvenido, mister Marshall!, la sucesión de timos en forma de macro proyectos ha ido creciendo imparable. Baste mencionar sus ruinas como la de Los Monegros, un complejo que iba a ser construido en un lugar de Huesca con 650 habitantes; o como la Ciudad Don Quijote en Ciudad Real, para cuyo servicio se construyó el aeropuerto sin sentido que hundió a Caja Castilla-La Mancha.

Otros fallidos podrían añadirse, como el de Isla Mágica en Sevilla, que recibió inyecciones de fondos públicos y de las cajas de ahorros por importe de 34 millones de euros para llegar a la suspensión de pagos; el del Petromocho en Asturias, con refinería fantasma; el Paramount Park, en Murcia; el de Terra Mítica en Alicante, que cerró 2009 con pérdidas de 16,4 millones de euros por cuenta de Bancaja y CAM, obligadas a invertir en tiempos de la presidencia de Zaplana; o el Parque Warner en Madrid, sufragado por inversores cautivos y que fue vendido con una deuda de 240 millones de euros. ¿Hasta cuándo abusarán de nuestra paciencia?

2/13/2012

Sembrando cultura en La Fresneda

Aunque la tertulia no tiene más pretensiones que reunir un grupo de amigos para charlar sobre lo divino y, sobre todo, lo humano, ajenos a otro interés que el de entenderse y a pesar de que algún veterinario lerdo, que ejerce de concejal sin saber, dice que aqui se presume de objetividad porque no entiende lo del soborno de los imparciales, la Voz de Asturias se suma al cumpleaños de nuestra modesta tertulia con un extenso artículo. Únicamente puntualizar que falta por nombrar a otro de los miembros fundadores, ahora en el luminoso "exilio" mediterraneo, entre minas de sal y palmeras levantinas, nuestro amigo Vicente G. Peinador, que ha prometido dirigirnos una charla próximamente.

11/02/2012 00:00 /

La tertulia de La Fresneda cumple 9 años este mismo mes. Corría el 2003 cuando un grupo de amigos decidió dedicar un día de la semana a charlar sobre la actualidad de su entorno. La tertulia fue creciendo y de tres o cuatro de esos amigos han llegado a juntarse una docena de interesados en “lo que pasa por el mundo para intentar abrir la mente lo más posible y dejar de lado esa costumbre tan española de no dejar hablar e imponer nuestras opiniones a los demás”, explica Álvaro Álvarez, uno de los miembros del grupo y geólogo.

“Intentamos, desde puntos de vista distintos, darle sentido a las cosas que pasan y al tiempo, pasar un rato agradable”, añade. Los puntos de vista los aportan en muchas ocasiones desde sus diferentes profesiones. “Básicamente los miembros del grupo son Fico Enterría, médico; Horacio Pérez, ingeniero industrial; Victor Aparicio, psiquiatra de la Organización Mundial de la Salud destinado transitoriamente en Panamá y que volverá en un par de años; Carlos Simarro, cardiólogo; Arturo Gonzalez de Mesa, abogado; Victor Folgueras, químico; Ana Esther Díaz, psiquiatra; Jose Carlos González, ingeniero de minas y yo mismo, que soy geólogo. En ocasiones hacemos extensiva la invitación a personas interesadas en temas concretos, pero basicamente esa es la composición de la tertulia de La Fresneda, relata.

La voz de los expertos De vez en cuando invitan a un experto para que de una conferencia sobre su especialidad y acerca de un tema que despierte la curiosidad del grupo. Hasta ahora, han contado con charlas sobre historia, política, relaciones internacionales, ecología o salud, entre otros muchos temas, y han contado con personajes como el catedrático de Historia de la Universidad de Oviedo, Ignacio Ruiz de la Peña; el profesor Miguel Arbizu, el Fiscal de Medioambiente, Joaquín de la Riva; el diplomático Amaro de Mesa o el gerente de COGERSA, Santiago Fernández. “También hemos contado con la presencia del catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo, Ricardo Anadón, que nos habló del cambio climático, o la del doctor Carlos Ponte, jefe de la UVI del Hospital General, sobre los cuidados paliativos, Francisco Cadórniga nos habló de su experiencia en los campos de refugiados saharauis y la última fue de Angel Villa sobre los resultados de 20 años de excavación en el castro Chao Samartin”, indica.

Se trata de una serie de mesas redondas que pretenden continuar a lo largo de este año, con nuevos temas relacionados para este año 2012 con el Museo Arqueológico, la gastronomía tradicional, la política local o la Teoría de las Cuerdas de la Física, el intento más reciente por dar respuesta a la pregunta sobre de qué está hecho el mundo.

Todo en un ambiente agradable, “en petit comité”, y desde su sede oficiosa, que han situado en la cafetería La Coccinea, de la plaza de La Fresneda, donde aprovechan para tomarse algún tentempié que otro con la excusa.

El grupo de teatro La evolución a lo largo de estos nueve años les ha llevado a crear una agrupación cultural nacida de las cenizas de un anterior grupo de teatro. La Asociación Cultural Fraxinus ha potenciado todo esto.

Bajo este nombre, Fraxinus, un género de planta conocido como fresnos, indican su arraigo a la urbanización y organizan representaciones y otras actividades culturales que desarrollan en el Centro Cultural La Fresneda. Fuera de este también se han sumergido en presentaciones literarias, audiciones de poesía o conciertos musicales de diversa índole. Los pasos en los próximos años son aún inciertos. De momento, expresa, seguir “unidos al teatro”. No obstante, son ambiciosos y piensan en una futura escuela de música.

2/03/2012

20 años de excavaciones en el Chao Samartin

Este es el título de la conferencia que nuestro amigo Ángel Villa Valdés impartió en la sede de la Tertulia de la Fresneda, organizada por la Asociación Cultural Fraxinus, con asistencia de los miembros habituales y algunos invitados. La pretensión era que este experto arqueólogo de la Dirección General de Patrimonio del Principado de Asturias nos hablara de su experiencia como anterior director de la excavación y la aportación trascendental de los descubrimientos en cuanto al conocimiento de la cultura y poblamiento de Asturias previo y posterior a la conquista del NW de la peninsula por el Imperio Romano. Una conferencia interesantisima, que también tuvo su reflejo en algunos medios de comunicación, que recorrió el estado de conocimiento de la cultura castreña hasta entonces y la evolución originada por la romanización, en buena medida gracias a la abundantisima colección de restos encontrados en este castro. Muchas gracias a Angel Villa por su presencia y por compartir sus grandes conocimientos y su simpatía.

1/19/2012

Arquitectura milagrosa


Hemos de convenir que, al margen de los grandes arquitectos estrella y de los movimientos estéticos con nombres rimbombantes, como funcionalismo, racionalismo, brutalismo, postmodernismo, deconstructivismo, Hig tech, regionalismo crítico, conceptual...etc., había que obligar a todos los arquitectos a vivir una larga temporada en los pisos y casas que realicen, para que comprendan el alcance y las consecuencias de sus elucubraciones sobre la vida doméstica y la estabilidad familiar. Ajenos a la realidad, se premian entre ellos a ver quien hace el chalet con los aleros más pequeños o la cubierta invertida en el clima más lluvioso, o la escalera más estrecha y oscura o el bajo cubierta menos habitable. Como ejemplo de una soberbia muy extendida en la profesión, y sintomático de una superioridad que se atribuyen, se resisten a retirar una ridícula visera construida sobre un palacete del siglo XIX que han restaurado como sede del Colegio profesional en Oviedo, a pesar de que el tribunal Supremo le obligara a ello, después de un largo pleito con los sufridos vecinos.

Sobre los otros arquitectos, los "estrellas", alguno de ellos bien conocido en Oviedo, y también sobre sus "mecenas", ha escrito Muñoz Molina no hace mucho.

Salud

P.D.: He estado esta semana en una conferencia-presentación de un libro sobre los Astures y las minas de oro, y al margen de algunas consideraciónes sobre el autor del libro, ha salido en el debate el término "Ginecocracia", referido a la organización social que Estrabón adjudicó a las tribus Cántabras, y por extensión a los Asturies. Creo que tendremos oportunidad de hablar sobre esto.


Milagros ruinosos
ANTONIO MUÑOZ MOLINA 07/08/2010

Hay muchas diferencias entre el trabajo de los arquitectos y el de los escritores, pero a mí me llaman especialmente la atención dos de ellas. La primera, la escala diversa de nuestras equivocaciones: una novela mala no hace mucho daño, y se olvida muy pronto; un edificio atroz o una plaza mal diseñada pueden ser un tormento para la vida práctica de muchas personas durante muchísimo tiempo. La segunda diferencia es que a un escritor casi nunca deja de alegrarle que se critique a un colega en su presencia, mientras que un arquitecto, si oye a un lego criticar a otro arquitecto, de manera inmediata sale en su defensa, con una mezcla muy curiosa de altanería y condescendencia. Con raras excepciones, los arquitectos piensan que el hecho de que casi todos nosotros nos veamos afectados muy directamente por los trabajos que hacen no nos da derecho a opinar sobre ellos. Si decimos algo negativo, o inconveniente, nos mirarán de inmediato como a penosos retrasados mentales. Igual que padres benévolos, pero firmes, ellos saben mucho mejor que nosotros mismos lo que más nos conviene. Sonríen con fatigada paciencia cada vez que nos quejamos de sus plazas sin árboles pavimentadas de cemento o granito, tan adecuadas para los climas mesetarios y para las fotos de las revistas de arquitectura, de sus bancos públicos sin respaldo, o con respaldo en forma de afilada cuña metálica.


Yo no sé si a Llàtzer Moix los veinte años que lleva escribiendo sobre arquitectura en La Vanguardia le conceden alguna autoridad a los ojos de un gremio tan quisquilloso, pero el viaje que ha hecho por la España de los arquitectos estrella, la apoteosis del pelotazo y las obras descomunales y con mucha frecuencia insensatas que se han ido levantando en los últimos diez o quince años, quedará como la crónica veraz de un tiempo que muy pronto se verá muy lejano y se habrá vuelto imperdonable. El libro de Moix, Arquitectura milagrosa, es a la vez un relato escrito en el presente del mejor periodismo y el testimonio de un pasado que la quiebra de la economía ha precipitado a la ruina. Lo propio de los espejismos, incluso los colectivos, es su fugacidad. Ayer mismo políticos idiotizados por la vanidad y la sensación de poder seguían sintiéndose emperadores o príncipes de las artes al pagar cualquier precio a las estrellas internacionales de la arquitectura. Para esos arquitectos, dice Llàtzer Moix, "España ha sido, y es todavía hoy, algo parecido al paraíso terrenal". Parecía que no hubiera límites, ni para la escala de las edificaciones ni para los presupuestos destinados a ellas, y menos aún para las minutas de los arquitectos, divos globales que viajan en jet privado de un extremo a otro del mundo, requeridos y halagados por dictadores de Asia Central, magnates ex comunistas del petróleo, jeques del golfo Pérsico, alcaldes y presidentes autonómicos españoles.

El origen de todo, explica Moix, fue el éxito del Guggenheim de Bilbao. Porque el edificio de Frank Gehry se convirtió en un triunfo casi instantáneo no hubo ya alcalde o aspirante a sátrapa regional que no aspirara a repetir el ya cansino efecto Guggenheim. Por algún motivo uno de los efectos del poder, incluso en una democracia, es la inclinación a los proyectos que llevan adherido como con una pinza el adjetivo faraónicos. No hay gerifalte que no aspire a la aparatosa inmortalidad de un gran mausoleo. La escala, no la utilidad, es lo que importa. Y como el esplendor funerario ya no es aceptable como coartada para el grandilocuente disparate, ahora se lo adorna con la legitimidad de la cultura. Los dos capítulos más cómicos y más desoladores del libro de Moix tratan precisamente de dos centros "culturales" agigantados en una metástasis de arbitrariedad y despropósito: la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en Valencia, y la Ciudad de la Cultura, de Santiago de Compostela. Un auditorio, un teatro, un museo, ya no son suficientes para la megalomanía de los políticos y los arquitectos: han de levantar ciudades enteras, como Akenatón en el desierto egipcio, como los príncipes incas en Machu Picchu.

La "Ciudad" valenciana, obra íntegra del inagotable Santiago Calatrava, estaba previsto que costara, en los primeros años noventa, 30.000 millones de pesetas, unos 175 millones de euros; en 2007, todavía muy lejos de su terminación, se habían invertido ya en ella 1.137 millones de euros. Su edificio central, el Palau de les Arts, tiene forma, según Moix, "de huevo, de cabeza de tiburón, de coleóptero, de casco de ciclista". En 2008 su mantenimiento anual suponía ya 30 millones de euros. A Calatrava, que se ve a sí mismo como un Leonardo diestro por igual en todas las artes, y a sus patronos, sin duda semejantes a los Médicis, las preguntas sobre dinero les irritan. ¿Nos preguntamos ahora cuánto costaron las catedrales góticas, las pirámides de Egipto? A Michael Bloomberg, el plutócrata alcalde de Nueva York, que se gasta sin pestañear cien millones de dólares de su bolsillo para pagarse él solo una campaña electoral, Santiago Calatrava le parece un arquitecto caro: no así a las autoridades autonómicas de Valencia.

En Galicia, Manuel Fraga también quería levantarse un monumento a sí mismo, quizás inspirado por el ejemplo del Valle de los Caídos en el que tanta ilusión puso su paisano y antiguo superior jerárquico. De nuevo había que reclutar a un arquitecto estrella, en este caso Peter Peter Eisenman. En las afueras de Santiago, una ciudad de 90.000 habitantes, la otra Ciudad de la Cultura ocupa una parcela de 700.000 metros cuadrados. Nadie hizo un estudio serio de la demanda a la que tendría que atender, o de las carencias que hubiera debido corregir. En 1999 su presupuesto, calculado más bien a voleo, era de 108,2 millones de euros: en 2007 ya se predecía que iba a costar más de 500 millones. En uno de esos rasgos de humildad que caracterizan a las estrellas del oficio, el arquitecto Peter Eisenman aseguró que cuando esté terminada su grandeza sólo será comparable con la del Escorial.

Moix es un cronista meticuloso, más propenso a la ironía que a la ira. En su galería de barbaridades, que es la historia de un país lanzado a una espiral de delirio por el mangoneo y la corrupción política y la efervescencia de la especulación inmobiliaria, resaltan más algunas opiniones razonables, como la del arquitecto Patxi Mangado: "Quiero que mis edificios sean un paradigma de la arquitectura comprometida, donde confluyan el uso sensato de materiales y recursos, la inteligencia ingenieril y la lógica del diseño. La belleza debe basarse en la inteligencia de la actuación. Lo demás son estridencias, caligrafías extremas hoy en boga".

Llego al final del libro y me sorprende una ausencia: la de cualquier síntoma de rebelión ciudadana ante tanto despilfarro. En una democracia sin pulso cívico ni controles legales efectivos de la acción política cualquier aspirante a sátrapa regional o municipal sabe que sus abusos quedarán impunes. Y quizás si alguien prestara atención a las voces de las personas comunes que han de sufrir o disfrutar la arquitectura los disparates no llegarían tan lejos. -

Arquitectura milagrosa. Llàtzer Moix. Anagrama. Barcelona, 2010. 257 páginas. 18 euros. antoniomuñozmolina.es

1/04/2012

Keynes y las tórtolas

Duelo sin fin entre economistas, por un lado el nobel Paul Krugman dice que "Keynes tenía razón":
"La expansión, no la recesión, es el momento idóneo para la austeridad fiscal". Eso declaraba John Maynard Keynes en 1937, cuando Franklin Delano Roosevelt estaba a punto de darle la razón, al intentar equilibrar el presupuesto demasiado pronto y sumir la economía estadounidense -que había ido recuperándose a ritmo constante hasta ese momento- en una profunda recesión. Recortar el gasto público cuando la economía está deprimida deprime la economía todavía más; la austeridad debe esperar hasta que se haya puesto en marcha una fuerte recuperación..." http://www.elpais.com/articulo/economia/Keynes/tenia/razon/elpepieco/20120103elpepieco_9/Tes
Por otro los anti Keynesianos dicen que ni idea:

"Me hace mucha gracia la reciente beatificación del Nobel Paul Krugman por parte de algunos (tirando ya a muchos). K. ha publicado hoy un artículo en El País diciendo que Keynes tenía razón y que en época de crisis, la receta de la austeridad provoca más crisis. Bien. Eso es así. Pero mi duda es ¿cuál es la alternativa?

El Estado español se gasta cada año casi 500.000 millones e ingresa algo menos de 400.000 millones (redondeo grueso). Ese dinero que falta (unos 100.000 millones) hay que pedirlo prestado a los inversores. Llega un momento en que acumulamos tanta deuda y nuestro déficit se reduce tan lentamente (si no es que crece), que el interés que nos piden los inversores es insostenible y no podemos acudir al mercado a pedir dinero sin agravar todavía más el problema (véase Grecia, Irlanda y Portugal, y tal vez España e Italia si el BCE no hubiera comprado bonos).

Entonces es cuando tenemos un problema gordo. No hay dinero para pagar y no podemos pedir prestado. ¿Qué hacemos? "¡Seguir gastando, estúpidos!, que lo dice Krugman". Pero yo me pregunto ¿y quién paga esos gastos? ¿Qué parte de "ni hay dinero ni nos lo prestan" no hemos entendido?..." http://www.expansion.com/blogs/roig/2012/01/03/que-lo-ha-dicho-krugman-una-reflexion.html

Y nosotros en el medio de la tormenta sin saber si debemos quedarnos en casa y no gastar ni en pipas o fundir los ahorros (?) en un viaje o hacer esa obra de casa que tenemos pendiente. Mientras, las tórtolas turcas nos invaden sin saber siquiera si son comestibles...

La tórtola turca

El canto de un ave como aliciente para profundizar en el conocimiento







La tórtola turca
FRANCISCO GARCÍA PÉREZ Soy portador de buenas noticias: el mundo no se acaba en este 2012 y la curiosidad cultural sirve para no aburrirse nunca. Voy por partes. Este verano, hallándome en las soledades de un balneario, noté que me perseguía, allá adonde fuese, el canto o la voz o lo que fuere de un pájaro. Decía dos veces seguidas «cu», pausaba un segundo y remataba con un tercer «cu». Durante los desayunos salutíferos, los paseos entre encinas, los vapores y baños curativos, las siestas sin sobresalto, las tardes al sol, las noches en vela lectora, allá donde estuviese, oía y escuchaba el «Cucú... cu». Rompiendo mi voto de silencio, telefoneé al naturalista Luis Mario Arce, que es quien más sabe de pájaros. Oculto, muerto de ridículo, imité el «Cucú... cu» dichoso y le pregunté de qué ave se trataba: «Es una tórtola turca, sin duda», sentenció Arce. Pero un servidor, que, en su ignorancia, no distingue una tórtola de un buzón de correos y no tenía ni idea de que Turquía produjese tales animales, echó mano de su curiosidad, pasó las horas entretenidísimo y se sosegó sobre el fin del mundo sabiendo que la «Streptopelia decaocto» no decía en griego «diecinueve».

Originaria de Asia Menor, dicen que la primera tórtola turca se vio en Asturias en 1960 y que veinte años más tarde había conquistado toda la península Ibérica, de donde pasó a África y Canarias. Dicen también que, desde siempre, se vio como una maldición... suavizada. En «Bichos y demás parientes», el entretenidísimo Gerald Durrell escribe al respecto: «Al cabo, la altura y el calor del sol nos decían que era hora de almorzar, y volviendo a nuestros olivos nos sentábamos a comer y a beber gaseosa, arrullados por el soñoliento canto de las primeras cigarras del año y el suave cucú interrogante de las tórtolas turcas. "En griego -dijo Teodoro, masticando metódicamente su emparedado- la tórtola turca se llama 'deka-octur', ¿sabe?, 'dieciochera'. Cuenta la leyenda que cuando Jesucristo subía al Calvario con la cruz a cuestas, un soldado romano, viéndolo exhausto, se apiadó de Él. A la vera del camino estaba una vieja que vendía leche, conque el romano fue y le preguntó que a cómo vendía la taza. Ella le contestó que a dieciocho monedas. Pero el soldado no tenía más que diecisiete. Así que trató de convencer a la mujer de que le diera una taza de leche para Cristo por diecisiete monedas, pero ella, codiciosa, no quiso bajar de las dieciocho. Conque, cuando Cristo fue crucificado, la vieja quedó convertida en tórtola, y condenada a repetir 'dekaocto, dekaocto' (dieciocho, dieciocho), hasta el fin de sus días. Si alguna vez consiente en decir 'dekaepta' (diecisiete), recobrará su forma humana. Y si, por empecinamiento, dice 'dekaennaea' (diecinueve), entonces se acabará el mundo». No conforme con tan grata nueva, pues les aseguro a ustedes que, oído aguzado, no decía la tórtola «diecinueve», ni en griego ni en español, me entregué a buscar la etimología de «tórtola», del latín «turtur», el cual, en cierta zona de Italia, derivó en los apodos de «Turturo» y «Tortore», que, más tarde, derivaron en apellidos e incluyeron la variante «Turturro». Como no podía ser de otra forma, fui recordando películas y escenas del actor John Turturro, uno de mis preferidos: el protagonista de «Barton Fink»; los pocos minutos en que interpreta al descacharrante Jesús Quintana, vestido de morado o de azul, en «El gran Lebowski» y que valen por doce películas; el Bernie Bernbaum de la grandiosa «Miller's Crossing» (¿recuerdan?: «¡Mira en tu corazón, mira en tu corazón!»); el perplejo e idiotizado y extraordinario Pete de «O Brother».

Aún con la sonrisa puesta, salí a darme un paseo. Anochecía ya en el balneario. Un par de clientes comentaron a mi paso: «Es que no sabe uno qué hacer aquí, coño, no hay nada; qué aburrimiento». La verdad, pensé, es que no entiendo muchas veces al personal. Curiosidad, investigación, cultura: ¿quién demonios se puede aburrir con esos ingredientes?