6/23/2009

Expertos

Ya lo dejo dicho Marx, ""inteligencia militar es una contradición en sus términos", y nos lo han demostrado sobradamente que como expertos no tienen precio, lo mas probable es que apuesten por el caballo perdedor como nos dice Rosa Montero en su artículo. Pasa igual que con los economistas y la crisis global, no solo no han sabido adelantarse, no saben lo que pasa y desde luego no saben que hay que hacer para arreglar el desaguisado. Es seguro que esta crisis, si algún día se supera, se estudie en la universidades dentro de 50 años, el resto una incognita.

Expertos

ROSA MONTERO 23/06/2009

En enero de 1979, pocos días antes de que Jomeini volviera a Irán aupado por las masas, entrevisté al ayatolá en su refugio en Francia. Me pareció un viejo borrascoso y pétreo. Para hablar con él tuve que ponerme un pañuelo que no dejara asomar ni siquiera las cejas y mantener todo el rato mi cabeza más baja que la suya. Como Jomeini era un anciano menudo y estaba sentado en el suelo, esto me obligó a hacerle la entrevista prácticamente tumbada sobre la alfombra. Todo lo cual no me hizo demasiada buena impresión, para qué negarlo. Pero cuando regresé y escribí en EL PAÍS sobre esa banda de fanáticos recibí bastantes cartas de protesta de los lectores, porque, por entonces, Jomeini era considerado progresista y revolucionario. Y no se trataba sólo de los lectores de a pie: los especialistas hablaban maravillas de la revolución chií, y luego hemos sabido que los servicios secretos occidentales apoyaron a Jomeini, creyéndolo un fermento democratizador. Pero cuando el ayatolá llegó al poder empezó a cortar cabezas, instaurando un largo régimen de sangre y de plomo.

Hoy los iraníes vuelven a hacer retumbar las calles con su protesta heroica, como con el sha; pero, al contrario que entonces, ahora los expertos no hacen más que arrugar la nariz y desconfiar de Musaví y de la revuelta. Lo cual debe de ser una buena señal, porque los expertos y los servicios secretos siempre se equivocan. La pifiaron, ya digo, cuando Jomeini. Y cuando el muro de Berlín, y a la hora de analizar los síntomas previos del 11-S, y cuando armaron hasta los dientes a los talibanes o a Sadam Husein, considerándolos amigos de Occidente, y luego ya vieron la guasa que tuvo todo eso. ¿Que ahora dicen que Musaví y Ahmadineyad son dos caras de lo mismo? Estupendo: entonces hay que apoyar la algarada iraní, porque probablemente traerá la democracia.

6/16/2009

La Memoria de la Tierra

Me llega a las manos, regalado por uno de sus autores, nuestro amigo y vecino Eloy Alonso, que ha prometido presentarlo en la tertulia, el libro La Memoria de la tierra, un libro de fotografia extraordinario, emocionado y terrible que retrata las exhumaciones de los asesinados por la represión franquista, durante y después de la guerra civil. Al margen de los debates que han provocado, las imágenes que muestra producen una sensación de impotencia, pero también de liberación por las personas asesinadas y abandonadas en las zanjas abiertas de las cunetas, y por sus familiares.

Foto de Eloy Alonso
El cantante canario Pedro Guerra les ha dedicado una canción impresionante.



Huesos, por Pedro Guerra

Podrían ser, a simple vista, sólo huesos,
desvencijados huesos
enterrados al borde del camino.
Abandonados huesos, no acariciados huesos
de un dolor no amortajado.

Pero no son, a simple vista, sólo huesos,
desvencijados huesos.
En el calcio del hueso hay una historia:
desesperada historia, desmadejada historia
de terror premeditado.

Y habrá que contar,
desenterrar, emparejar,
sacar el hueso al aire puro de vivir.
Pendiente abrazo,
despedida, beso, flor,
en el lugar preciso
de la cicatriz.

Podrían ser, a simple vista, sólo huesos,
amoratados huesos,
olvidados sin fecha, en el camino.
Abaratados huesos, invertebrados huesos
de un adiós no reclamado.

Pero no son, a simple vista, sólo huesos,
amoratados huesos.
En el calcio del hueso hay una historia:
acaudillada historia, desmemoriada historia;
el horror no solventado.

Y habrá que contar,
desenterrar, emparejar,
sacar el hueso al aire puro de vivir.
Pendiente abrazo,
despedida, beso, flor,
en el lugar preciso
de la cicatriz.

6/11/2009

Bibliófobos

No estoy del todo de acuerdo con lo que dice Joan Barril, de hecho es imparable la sustitución del libro por los soportes digitales, pero es cierto que el libro ha tenido un exito enorme, aunque el libro no es irrompible, es fungible y decididamente inflamable, como nos demostró Ray Bradbury en su novela Fahrenheit 451 (los 233 grados centigrados en los que arde el papel), y desde luego no es el mismo libro para todos, cada uno nos hacemos uno para nosotros, el libro ha transmitido tantos errores, dogmas y disparates como supuestamente hará su sucesor, sus autores siempre son conocidos, o al menos los autores de un libro se conocen siempre a través de lo que escriben. La misma luz de la que depende los libros tradicionales alumbrará a los nuevos, y por supuesto se podrán subrayar, copiar, consultar, cambiar el tamaño de letra, de idioma y forma. Los libros se prestan y la mayoria de las veces no vuelven, tiene su propio orgullo, seguro que en adelante van a estar mas a gusto siendo compartidos.


P.D.: Hoy (San Bernabé, que significa "hijo del consolador" (?) , aquel judio que murio lapidado por judios de la diáspora en Salamina (¡cágate lorito!) tertulia et gran inauguración de las Fiestas del Corpus Christi, Mercado mediaval, pulpeiras, gigantes y cabezudos locales... (ya sabeis aquello de que con un vaso de vino en la mano, nos miramos a los ojos (Arturo dixit) y decimos: "Sangre de Cristo, cuanto ha que no te he visto, y ahora que te veo, GLORIA IN EXCELSIS DEO").


Mundo de bibliófobos

JOAN BARRIL

Por lo visto, ese sabio del mamporro llamado Arnold Schwarzenegger, gobernador electo del estado de California por el partido republicano, ha decidido que los libros desaparezcan de las escuelas. Schwarzenegger fundamenta su decisión en el presupuesto: lo de los libros es caro y, además, dice, con el soporte digital por internet los alumnos californianos conseguirán una mejor formación.

Lejos de esta humilde pluma poner en duda las innumerables ventajas de los sistemas digitales. Unas ventajas que incluso llegan a multiplicar el error. La información no es lo mismo que el conocimiento. La información es la capacidad de aprender muchos datos en poco tiempo. El conocimiento consiste en hacer pasar esa información por el cedazo de nuestra experiencia, de la socialización, del debate y de la duda mutua.
La latría debida a la tecnología nos está desviando de ese tipo de aprendizajes. Tener acceso a demasiadas cosas a veces comporta la incapacidad de comprenderlas.
Pero esa es la tendencia. No solo Schwarzenegger, sino también Rodríguez Zapatero prometió que todos los alumnos españoles contarían con un ordenador portátil en breve.
Afortunadamente para nosotros, lo que suele prometer Zapatero no se acaba de cumplir jamás. De tal manera que, probablemente, los libros tradicionales continuarán siendo una bonita herramienta de la transmisión del saber, de la historia y de la belleza.
Sin embargo, ahí está una curiosa obsesión: la sustitución del libro por la pantalla. La tecnología es tan invasiva que solo acepta relaciones de sustitución. Quítate tú que me pongo yo. En las ciudades comparten espacio bicicletas y autobuses. La tierra fructifica con la azada o con el tractor. Pero el uso del e-mail ha desplazado al número de teléfono. Y ahora se entiende el ordenador portátil no como un complemento del libro, sino como su definitivo enterrador.
Hace muchos años, un grupo llamado The Buggles cantó aquello de Video kills the radio star, o sea, que el vídeo debía asesinar a la estrella de la radio. Se acabaron los vídeos y los vídeo clubs, pero las estrellas de la radio continúan en nuevos firmamentos. Cuidado, pues, con las tecnologías de sustitución que no prevean el armisticio con los soportes de toda la vida.
Son tan obvios los méritos del libro, que no hace falta recordarlos. Pero el libro es irrompible. El libro es el mismo libro para todos. El libro no comporta más fascinación que su contenido. El libro tiene un autor conocido y una editorial que da la cara. El libro no es anónimo. El libro se reedita. El libro se presta, se subraya, se conserva y se consulta sin necesidad de fluido eléctrico.
Solo es un libro, es cierto. Pero a los adalides de la tecnología supuestamente formativa habríamos de preguntarles cuál ha sido el pecado del libro para que ahora se le quiera apartar de las aulas.
Una de las características de todas las religiones universales consiste en su voluntad de asimilación en nombre de la verdad y de marginar a los idólatras del error. Así ha sido en la cristiandad o el islam. Hoy, la verdad, no es otra cosa que la religión de una tecnología tan potente como frágil.

La falsedad de una pantalla se multiplica en pocos segundos de forma acrítica por todo el mundo. La verdad libresca, en cambio, exige al menos otro libro para rebatirla. Con la pantalla, sabemos. Con el libro, aprendemos a saber.

6/07/2009

Moscow Nights

A petición de nuestro contertulio Carlos, nos adentramos en los secretos de la música coral rusa, en concreto con la cancion Las noches de Moscú, de la que tenemos aqui una grabación clásica de los Coros del Ejercito Ruso y la transcripción de su letra, que amablemente nos hizo nuestra amiga ukraniana Olga. Nos hemos comprometido a ensayarla con ella para mejorar la pronunciación y la entonación.

(Una de las más famosas canciones rusas del siglo XX fue "Podmoskovnye Vechera", que significa literalmente "la noche cerca de Moscú", pero normalmente se llama "Noches de Moscú" o "Medianoche en Moscú" en Inglés. La canción fue compuesta en 1955, con música de Vasili Solovyev-Sedoy y letra de Mikhail Matusovsky, estrenada en el Festival de la Juventud en Moscú 1956)


Poema de amor

Como habiamos abierto publicamente un apartado a la bicicleta, nos entregan un notable poema de amor... a la bicicleta, firmado por "Bebiendo agua".

6/04/2009

Europa (por, para, con, contra, de...)

A unos días de las elecciones, y en medio de un enorme griterío de politicos y medios de comunicación, es bueno que nos recuerden lo que ha significado y significa Europa para nosotros. De los resultados se derivarán en orden interno las consecuencias que se quieran, pero seguro que lo mas importante es que se refuerce la idea de Europa como oposición a los localismos nacionales.

Que mejor que un europeista convencido ("a Felipe no me lu toqueis", decía alguien) para ilustrarnos.

Salud
P.D.: Lo del espectáculo en la plaza de ayuntamiento de Oviedo, con la celebración del ascenso a 2ª B del Oviedo, debería hacernos meditar sobre la deriva del futbol y sus protagonistas.

Por Europa
FELIPE GONZÁLEZ 04/06/2009

Siempre pensé que el destino de España era integrarse en lo que hoy, tras el Tratado que negociamos hace 20 años, llamamos la Unión Europea. Era y soy un europeo europeísta, que es algo que trasciende a determinadas posiciones ideológicas, pero que impregna a la inmensa mayoría de la corriente socialdemócrata de Europa. Porque europeos somos todos, pero europeístas somos menos, incluso parece que cada vez menos.

Se decide si la mayoría del Parlamento es europeísta o favorable a menos Unión y más nacionalismo

¿Cómo mantenemos la ceguera localista en el debate?

Nosotros, los españoles, somos europeos con los mismos derechos y obligaciones que los demás componentes de la Unión desde el 1 de enero de 1986, cuando nos integramos en la entonces Comunidad Europea. Dentro de nuestro país, el impulso integrador fue muy amplio, aunque parece que estemos perdiéndolo cuando más lo necesitamos.

Europeístas son los europeos que creen en la Unión Europea como un espacio público compartido por los países integrantes. Algo más, con ser importante, que espacio de mercado único o incluso que una moneda única. Ese algo que nos permita avanzar hacia una forma de ciudadanía compartida, compatible con las de cada Estado-nación.

Si esto era así, cuando pugnábamos por dejar de ser los súbditos de una dictadura que nos alejaba del destino común con la Europa de las libertades y de la justicia social, lo debería ser más ahora, contra la corriente de los nacionalismos conservadores y antieuropeístas que parecen dominar el escenario, frenando la construcción de una Europa capaz de enfrentar unida los grandes desafíos de la globalización.

Por eso, el compromiso de entonces, que me llevó a luchar para romper las barreras que nos separaban y a ser de los más activos en la construcción de una Europa más integrada, más solidaria, más política, más relevante para sus ciudadanos y para el mundo, se ha reforzado hoy ante la crisis y la recesión mundial que estamos viviendo. Se ha reforzado desde el conocimiento racional de los desafíos globales que enfrentamos. Con Europa podemos hacer cosas relevantes, sin Europa seremos insignificantes en la situación mundial. Esto vale para nosotros, pero también para los demás países de la Unión, grandes, medianos y pequeños.

Por eso participo en la campaña electoral para el Parlamento Europeo, explicando su importancia, velada por un griterío sin sentido, cargado de lugares comunes y de demagogia localista.

Seguimos viendo a Europa como algo ajeno y distante, no como algo nuestro, que condiciona nuestro destino, para lo bueno si se hacen las cosas que deben hacerse, o para lo malo, si se renuncia a utilizar el único gran

instrumento que tenemos frente a la crisis financiera global, frente a la recesión mundial, o ante los desafíos como la energía y el cambio climático, como el paso de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento a la que tendrá que adaptarse nuestra cohesión social. O para afrontar problemas y necesidades como la regulación de los flujos migratorios. O para enfrentarse al reto de la criminalidad organizada y del terrorismo internacional.

Domina la noticia de la quiebra de General Motors, icono norteamericano y mundial de la industria más representativa de la era industrial. Vemos su repercusión europea y asistimos al problema como algo que nos afecta, pero sin relacionarlo con las elecciones del día 7, con las posibilidades y las dificultades de Europa. ¿Cómo mantenemos la ceguera local y localista en el debate? Miles de puestos de trabajo en juego, el futuro de una industria, que como otras, han sido la esencia del modelo europeo de desarrollo y bienestar como potencia industrial. Aquí discutimos las medidas de ayuda del Gobierno y dispersamos, en algunas comunidades autónomas, el esfuerzo necesario. Debería ser europeo, pero no lo concebimos ni siquiera como nacional. ¡Qué absurda percepción de los problemas!

Como la americana, la industria europea del automóvil se tendrá que plantear su capacidad para competir en ese escenario mundial, si no, las ayudas serán pan para hoy y hambre para mañana, a costa del contribuyente. No es un desafío al que pueda hacer frente España como país. Ni Francia o Alemania o Italia. Tiene que hacerlo Europa, como trata de hacerlo Estados Unidos. Del mismo modo hay que abordar la crisis financiera y las normas de control del sistema y de las entidades. Debe haber un marco regulatorio europeo, para unas entidades que trabajan en toda Europa, y en el mundo. Además, hay que negociar este marco regulatorio con los demás: Estados Unidos, Japón, China, Brasil, México, etcétera. De lo contrario, tras esta crisis ya estaremos incubando la siguiente.

Europa depende de las energías fósiles en porcentajes semejantes a EE UU y ha contribuido al cambio climático en correlación a su uso y consumo. ¿Es posible continuar cada país por su lado a la hora de elaborar una estrategia energética que sea respetada, que induzca a un nuevo modelo de producción y consumo, que nos dé ventajas en la lucha contra el cambio climático?

Así podríamos seguir con todos los problemas, con todos los desafíos que debemos enfrentar y siempre nos encontraremos con el espacio europeo como necesario para articular estrategias exitosas: migraciones, seguridad, política exterior...

El Parlamento Europeo colegisla para todos nosotros en el 70% de las normas que nos afectan. Ahora aumentará su poder presupuestario y legislativo. Tenemos que decidir si las mayorías que lo integren estarán a favor de la Unión Europea con los objetivos que condicionarán nuestro futuro o estarán en contra, con políticas de menos Europa y más nacionalismo.

El voto importa, para enfocar la salida de la crisis, para conseguir un Parlamento capaz de hacer propuestas de diálogo social, económico y político que nos acerquen a los pactos que necesitamos en las materias que he mencionado.

Lástima que no seamos capaces de crear una conciencia ciudadana para que todo el mundo desee votar. ¡Y decidir el destino de Europa que es el nuestro!

Felipe González es ex presidente del Gobierno español.