Mangueira de xardin

Cuenta Camilo José Cela de su tio abuelo, el coronel Charles David Trulock, que encontrandose mal la última tarde de su vida le dijo a su ama de llaves: "me retiro a mi habitación, a morirme; no me pase usted ningún recado y procure que nadie me moleste; si mañana a las nueve no le he pedido el desayuno, disponga lo preciso para el entierro". Efectivamente, al día siguiente no pidió el desayuno. Un hombre de palabra, como Bin Laden cuando amenaza a occidente con mas atentados, aunque su coranzoncito late por Withney Houston como un adolescente, como lo cuenta hoy Maruja Torres:

"Y ya que estamos hablando de asesinos impunes y encima cursis -otro ejemplo: el coordinado capilar a lo Anasagasti que usa Ehud Olmert-, si hay algo para lo que no me encuentro preparada es para enterarme de
que Bin Laden estuvo obsesionado con Withney Houston y albergó planes para deshacerse del marido y convertirla al wahabbismo extremo. Como dice una amiga mía, considerando cómo han acabado ambos, "mira tú si se hubieran conocido, igual les hubiera salvado el amor". Pero no quisiera terminar este artículo con semejante nota de esperanza retrospectiva, sino haciéndoles sufrir convocando una imagen tan repugnante como las más arriba descritas: Bin Laden en el fondo de su madriguera, viendo y volviendo a ver El guardaespaldas".

Hablando de cursis, el que se lo ha ganado a pulso es el secretario del PP gallego y su atuendo de bombero en la pasada crisis de incendios de Galicia. Está claro que sus asesores no han calculado el efecto de las fotos de Nuñez Feijoo haciendo de voluntario en traje de verano y con mangueira de xardin, por la que, por cierto, salen un debil chorro de agua que no valdría ni para regar las resecas hortensias. Entre esto y el calculo de hectareas quemadas que ha realizado su partido, han hecho buenos hasta los errores del gobierno gallego.

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