8/30/2006

Fantasias de colores

A veces nuestra relacion con los politicos es como aquello que dice aquel tango: "Aquel tapado de armiño, todo forrado de lamé, que tu cuerpo abrigaba al salir de cabaret, me resultó a fin de cuentas mas durable que tu amor; el tapao lo estoy pagando y tu amor ya se acabó..." le das el voto a estos y cuando te das cuenta del pelaje del personaje es demasiado tarde y sigues pagando el error toda la legislatura. Muchos habrán tenido esta sensación con el actual gobierno del Principado cuando se enteran que la lujosa publicación que llega a sus manos (Construyendo Asturias en ....) sobre los logros pasados, presentes y futuros del gobierno, con la supuesta intención de saltarse las normas de publicidad y propaganda institucional, se pretende ocultar como una iniciatica particular de una imprenta madrileña ajena al gobierno regional. Hoy Lorenzo Cordero en La Voz de Asturias escribe brillantemente sobre el particular.

Salud

FANTASIAS DE COLORES

La propaganda debe convencer al súbdito de que es un ´ciudadano´ y además alegrarle la vista.
  • LORENZO Cordero (30/08/2006)

La batalla de los liberales del PS(O)E-FSA para lograr la conquista de la mayoría absoluta en las próximas elecciones autonómicas (2007) acaba de recrudecerse con un espectacular despliegue propagandístico, disfrazado de literatura administrativa , que les ha puesto la carne de gallina a los conservadores de la antigua Alianza Popular; ahora, más brevemente, PP. Casi un kilo de papel cuche impreso con polícromas autocomplacencias (exactamente: 800 gramos cada ejemplar) está siendo distribuido estratégicamente por la región; probablemente, para que todos los asturianos tengan las mismas oportunidades para fundamentar sus respectivas reflexiones prácticas sobre cuál de los dos divinos partidos, que se reparten el pastel electoral, es el que les ofrece más y mejores garantías --porque obras son amores... -- y más confianza en la posibilidad de realizar el milagro que se espera aquí desde hace más de treinta años: la resurrección económica y social de esta deprimida --y exprimida-- región autonómica septentrional.

A los conservadores , que siguen fielmente la línea trazada por su inefable maestro -- Cánovas Aznar--, les perjudica evidentemente el despliegue de propaganda institucional subrepticia (nadie quiere asumir la paternidad del parto literario; al parecer, ha sido una iniciativa espontánea de una imprenta madrileña. Hay que ver cómo está el patio editorial en este país...) y, lógicamente, cargan las tintas para condenar lo que algunos definen como "un libelo costeado por filántropos políticos" (IU). Pero lo que molesta de verdad en el patio político es el golpe de mano , la ocurrencia audazmente anticipada; porque no se trata de una genial innovación propagandística de los liberales del PSOE asturiano, con la cual hayan revolucionado el sistema pseudopublicitario de los partidos políticos que se disputan el poder; esto es algo que ya se inventó cuando a los españoles los estaban adiestrando para ser consumistas (ojo: dice "consumistas"; no comunistas...) en los tiempos de los planes de desarrollo.

Este folleto editado en cuatricomía para hacer más atractiva su lectura, con el que ahora atascan los buzones de los asturianos, me recuerda uno más antiguo --cronólogicamente, pero no editorialmente -- con el que un día cierto ministro español (don Gonzalo Fernández de la Mora), que proponía el Estado de Obras para aliviar la carencia de un Estado de Derecho, llegó a esta región repartiéndolo a diestro y siniestro y sentando las bases de unos principios filosóficos que, a partir de entonces, sustentan el pensamiento global de los asturianos: las carreteras son la base principal del bienestar social y económico... Aquel régimen --cuyo nombre conviene no olvidar-- basó sus éxitos políticos, sociales y económicos en la propaganda política. Esta clase de literatura --cuyo auge coincide con la plenitud de los totalitarismos en Europa-- alcanzó en este país su apogeo con la llegada de los tecnócratas del Opus Dei al poder: del blanco y negro de la tipografía se pasó a la cuatricomía. La propaganda política no solo debe convencer intelectualmente al súbdito de que es un ciudadano , sino también tiene que alegrarle la vista. De alguna manera, esta novísima literatura que distribuyen los duendes de la propaganda política institucional autonómica, facilita además de información, optimismo visual. Por ahí --por el ojo-- también se empieza a convencer al personal de lo bien organizado que está su mundo...

La difusión universal de esta obra editorial, que nació espontáneamente , está sobradamente justificada: la propaganda política tiene como misión principal aumentar la clientela, además de aportar razones nuevas para que sus veteranos militantes reafirmen su fidelidad política al partido. Hacer propaganda en círculos de convencidos es un gasto --dialéctico y económico-- innecesario. La intensa difusión colorista, que, al parecer, se le ocurrió a una empresa editorial madrileña, tiene esa finalidad que es, en realidad, la clave para el posible éxito electoral que se pretende: obtener la mayoría absoluta. O sea, la hegemonía política. Es decir, el paraíso del poder absoluto. Es verdad que las mayorías absolutas en un sistema democrático pluripartidista son una tremenda contradicción etimológica e ideológica. Porque, cómo se ensamblan las diferencias piezas de una sociedad democrática inorgánica, cuando estás no están preparada para encajar las unas en las otras? Cómo equilibrar una sociedad que quiere ser básicamente democrática, con un poder que se esfuerza para ser esencialmente absoluto...?

En este país --y en Asturias sobre todo-- hay por lo menos un par de generaciones de (supuestos) ciudadanos nacidos aproximadamente entre los años finales de la década de los 50 y el primer quinquenio de la de los 70, que han desarrollado su conciencia política en medio de permanentes presiones ideológicas contradictorias. Reconozco que hay que ser muy raro para madurar políticamente al margen de las influyentes contradicciones que determinan el sistema político que hoy gobierna en este país. Pero si uno no es raro en sí mismo, necesarimente acabará siendo tremendamente contradictorio. Vivimos en un país en donde dos partidos mayoritarios --casi por decreto, o sin el casi...-- monopolizan las contradicciones ideológicas que configuran pensamiento ortodoxo del sistema. Es un lugar en donde el debate político consiste en discutir si el PS(O)E tiene razón, o quien la tiene es el PP. Pero sin utilizar razones ideológicas, sino intereses tácticos. Pero en estas disputas sobre las tácticas y las estrategias electorales nadie piensa en la necesidad de liberar a la democracia de las servidumbres oligárquicas que la prostituyen. Nadie distingue entre las necesidades de la democracia de las libertades y los intereses de los partidos, los sistemas y los regímenes. Nadie piensa en que lo que es bueno para un partido, a lo peor es malo para la democracia.

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