Parece que ha caido muy mal el que el PP se haya desdecido de lo que dijo, o entendieron que dijo, el asesor que se habian buscado para que explicara en el Senado de donde viene los homosexuales. No han tardado nada la Razon, Epoca, el ABC y el resto de la "brunete mediatica" en dejar claro que lo que dijo Polaino es muy cientifico y nada que ver con la interpretacion interesada que hicieron los progres. Ramon Pi, que va de ideologo de la derecha, dice que el PP es como un pollo sin cabeza, en cuestiones de valores y convicciones. Alla ellos.
Salud
Alvaro
Pollo sin cabeza
Ramón Pi
Ya se conoce, porque circula profusamente por la Red (www.hazteoir.org, por ejemplo), el contenido literal de lo que el profesor Aquilino Polaino dijo en su comparecencia en el Senado a propósito de la homosexualidad y de la adopción de niños por parejas de esta tendencia sexual. Como era de temer, lo que se publicó en un primer momento -quien da primero da dos veces- tiene sólo un remotísimo parecido formal con lo que dijo y cambia por entero su sentido desde el punto de vista material. Se podrá estar de acuerdo o en desacuerdo, pero la opinión de Polaino, que era lo que se le pedía, es perfectamente legítimo expresarla.
Era previsible que el 'lobby' homosexual reaccionase como lo hizo. Lo que dije que también estaba cantado, y me equivoqué, fue que los proponentes de cada experto estarían de acuerdo con lo que dijera. Error mío, y de los gordos. A la vista de la escandalera formada por el 'lobby rosa', el Partido Popular corrió a desdecirse, a denigrar a 'su' experto y, en algún caso clamoroso como el del senador Conde Bajén, a negarse a sí mismo: tras la intervención de Polaino, lo felicitó efusivamente por su "magnífica" exposición; luego dijo que su felicitación era "de cortesía", pero que en realidad está en total desacuerdo con lo que oyó. Enorme.
Y a la hora de votar, el Partido Popular, sin embargo, votó contra el proyecto de ley del Gobierno, lo que, junto a los votos de Unió Democràtica de Catalunya, hizo que el Senado rechazase la ley. Ahora el texto volverá al Congreso y la Cámara lo aprobará, demostrando una vez más que el Senado, como dijo una senadora de Unió, es una pérdida de tiempo. Pese a ser esto cierto, esta vez ha servido para algo: para mostrar las desnudeces oportunistas de un Partido Popular que va por el mundo de los valores y las convicciones como un pollo sin cabeza.
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