10/17/2006

Sola, perduta, abbandonata

Al intenso drama de Manon Lescaut, basado en la obra del abate Prevost "Histoire du chevalier des Grieux et de Manón Lescaut", que se desarrolla en la Francia de la segunda mitad del XVIII la temporada de Opera de Oviedo lo traslada al París recien liberado de los nazis, ahora al parecer ocupado por un sospechoso somaten con brazalete del PCF. No parece importar nada para el drama que se trastoque la accion de la corrupta policia de la Regencia a ese somaten comunista que persigue colaboracionistas avidamente. Los criticos, algunos, nos advierten que han de actualizarse los montajes para hacer mas accesible la opera al gran publico y así, donde el libreto original señala una posada con parada de diligencias, nos montan el "Hotel de la Gare" enfrente de la estación, el papel de recaudador de impuestos del señor Geronte di Ravoir, pasa a ser el jefe del somaten (que naturalmente hace una fortuna con su actividad), por decir que la pena del exilio se traslada de la Luisiana norteamericana a la Guayana francesa (donde uno espera encontrarse a Papillon intentando escapar a Barranquilla) para hacernos ver el triste final de Manón, cuando canta eso de "Sola, perduta, abbandonata", en lo que deberia ser el desierto en el que se perdieron cuando escapaban de la Luisiana.
Un derroche de imaginación que desluce la buena interpretación de los dos protagonistas y decepciona a los espectadores, que tambien se encuentran un poco solos, perdidos y abandonados despues de pasar por taquilla.
Algunos son mas criticos y lo hacen público, como esta carta de hoy en La Nueva España.

Salud

LOS AMIGOS DE LA OPERA EN OVIEDO

Sr. Cosme Marina, debería Vd. controlar ese exceso de admiración que muestra hacia los actuales dirigentes de la Opera de Oviedo y todas sus actuaciones, pues en aras de su adulación, esta Vd. perdiendo el mínimo de objetividad exigible a quien firma como crítico musical. Leer sus cometarios supone descubrir que la Opera de Oviedo ha alcanzado el cenit de los aciertos. Desde luego ¡qué suerte tenemos los socios de la AO que no nos hace falta ir a otros teatro del mundo ya que lo mejor esta aquí! El problema es que los globos, cuando tanto se hinchan, suelen explotar y cuando lo hacen lo ponen todo perdido. Claro que hay cosas bien hechas ¿por qué no?, pero también las hay mal hechas y debe decirse porque, entre otras cosas, de esta forma se contribuye a mejorar-de verdad no de fantasía- la opera de Oviedo.
Aplaudir cualquier desubicación temporal de puesta en escena indiscriminadamente sin reconocer los absurdos que eso provoca en relación con el texto y el desarrollo de la historia o repetir hasta la saciedad las bondades del Coro de la AO sabiendo que necesita refuerzos en todas las operas programadas porque por sí solo no tiene capacidad para hacerse cargo, que carece de voces graves, que en Il Viaggio tuvo que ser reforzado con cuatro tenores y en Manon casi la mitad de los cantantes del coro que aparece en escena son profesionales contratados ajenos al mismo, supone, sin lugar a dudas, ocultar la verdad. Los socios que pagamos religiosamente lo que cada año deciden exigir los dirigentes de la AO tenemos derecho a que no se nos engañe.

CARMEN GARCÍA. Oviedo

No hay comentarios: