4/11/2005

Torpedo en la linea de flotacion de la modernidad

He leido por ahi que el ejemplo de miles de jovenes que llegan a Roma, cargado con mochilas y se ponen a rezar el rosario en medio de la calle son un torpedo en la linea de flotacion de la modernidad, osea, de la progresia (de los "rogelios", como dice Capmany). Y es que se escriben muchas cosas en estos tiempo mediaticos y globales, algunos cumplen a rajatabla lo que dijo Bernard Shaw de un colega, "la naturaleza, no contenta con negarle la facultad de pensar, le confirió el don de escribir".
Ya se que en estos momentos no es de buen tono ser materialistas, pero lo cierto es que el sorteo del euroMillon de hoy tiene un bote de 62 millones de machacantes, osea, mas de diez mil millones de pesetas. Naturalmente yo llevo una apuesta, una manera como otra cualquiera de tirar dos euros al cagañal, mejor estarian invertidos en una buena copa de vino. De cualquier forma, al que le toque no debería olvidar lo que dice Alvite sobre esto, "No es bueno derrochar el dinero a manos llenas para impresionar a la gente. Lo que te da empaque no es que se te vea, sino que se te presienta". hay otras formas de impresionar, o mejor, de chuleria, como la de aquel ladrón que en el atraco a un banco ofreció una importante cantidad de dinero para que lo sacaran a hombros hasta el coche los empleados de la sucursal.
Hoy me quedo con el articulo de Millás, por si la linea de flotación está tocada.

Salud
Alvaro


Conmoción
Por Juan José Millás
El País

Llevabas razón, madre, si te significas demasiado, al final te quedas más solo que la una. No volveré a hacerlo. Ahí van, como muestra de mi arrepentimiento, estas líneas hondamente sentidas sobre el Papa: ha muerto un campeón de la libertad, un hombre que llevó a la Iglesia a cotas increíbles de democracia interna y que reconoció los derechos de los colectivos tradicionalmente perseguidos u olvidados, fueran pobres, mujeres, homosexuales o filatélicos (en el caso de que la filatelia sea una opción venérea, que ahora no caigo).
Su odio a las tiranías fue tal que administró la eucaristía a Pinochet, también conocido como el libertador del Cono Sur, con el que la Iglesia de Juan Pablo II colaboró activamente y sin complejos. Y hablamos de Pinochet por no mencionar a héroes menores como Videla, que llevó a cabo su misión redentora gracias a la eficaz ayuda de los obispos argentinos.
Ojalá que la Iglesia no aproveche este óbito para relegar de nuevo a la mujer a la condición servil de la que Wojtyla la rescató. Ojalá que el Vaticano continúe apostando por las comunidades de base, por los desheredados de la Tierra, como hizo Juan Pablo II al apoyar a los teólogos más comprometidos con la difusión del mensaje de Cristo entre los pobres.
Pido a Dios que ilumine a los cardenales para que elijan un sucesor capaz de continuar la revuelta que este hombre llevó a una institución ya de por sí avanzada.

¿O acaso podremos olvidar los españoles la complicidad, dicho sea en el mejor sentido de la palabra, de la jerarquía eclesiástica con Franco, cuyas torturas aplaudió hasta quedarse sin manos? Y es que también Franco, como ha demostrado la historia, era otro campeón de la libertad. ¿Para cuándo su beatificación?
No volveré a quedarme solo. En el futuro repetiré lo que ordene la tele, aunque contradiga mi experiencia. Escribo estas líneas al sol de abril, en la terraza de una cafetería.
Nadie, a mi alrededor, da muestras de haber sufrido una gran pérdida, pero debe ser un efecto óptico porque los telediarios hablan de un duelo universal, que afecta a todos y cada uno de los habitantes del planeta. Me rindo, mamá, y en este acto abomino del condón y me adhiero al discurso único.

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