4/25/2005

los dineros de la Iglesia

.."Poner fecha de caducidad a los pagos del Estado con cargo al Presupuesto es un trago politicamente dificil para Zapatero, al que es episcopado ha acusado de anticlerical y laicista. (...) La iglesia Católica española es un conjunto de 40.000 instituciones: 67 diocesis, cientos de ordenes y congregaciones, 23.000 parroquias, mas de 14.000 fundaciones y asociaciones. Casi un tercio de su presupuesto de 2004 fue proporcionado por fondos públicos. La Iglesia católica conserva parroquias, construye templos, sostiene a unos 20.000 sacerdotes, ejerce el apostolado, se emplea en acciones sociales ¿Podría vivir por si misma?..."

Esto es parte de un articulo que sale hoy en El Pais, ¿donde si no?, referido a los dineros de la Iglesia Católica en España, que tendra continuacion los proximos dias y que os recomiendo. Algo hay que hacer, desde luego, con la ofensiva que estan lanzando, visto que la parte mas conservadora de la Iglesia ha logrado hacerse fuerte en el Vaticano, con tal osadia que recomiendan, ordenan casi, a los funcionarios que se nieguen a casar homosexuales, aun en el caso de que pongan en riesgo su trabajos, ¡¡Toma ya !! estan perdiendo los papeles a toda velocidad. Pedirle a los funcionarios algo asi es como si les dejaran sin el cafetin mañanero o los vinos del aperitivo. Ademas de la induccion a incumplir las leyes, (es como si a nosotros, humildes cartografos, nos piden que eliminemos el bonito pueblo castrillonense de La Ramera, la de Arriba y la de Abaxu, por sus connotaciones morales) desconocen los mecanismo mas intimos que mueve a los empleados públicos, exceptuando algunos laborales y estatutarios que son los que dan el "callo", que nos mueve unicamente el dinero y los agasajos.
Como se que estais muy ocupados, incluso algunos que son funcionarios, os acerco un articulo de hoy de LNE, de Victor Vazquez, anterior Director General de Medio Ambiente, cesado por los de Gijon, que tiene su interes porque responde a las manifestaciones del recien nombrado Obispo Auxiliar sobre los descubrimientos en Atapuerca.
Por lo demás, ayer segunda etapa de la ruta Oviedo-Covadonga por las caleyas, (Emilio tiene en proyecto Oviedo-Lourdes por ruta Transpirenaica y Oviedo- Fatima, por Tras os Montes) buen tiempo, barro hasta la rodilla y comida al aire libre. Tiempo para tomar un cafe y ver a Alonso en Nava, y como nuevos.

Salud
Alvaro


Carbono 14

VÍCTOR M. VÁZQUEZ

Que el mundo fue creado el año 4004 antes de Cristo, y más concretamente un domingo, el 23 de octubre, ya lo había sentenciado James Ussher, sesudo arzobispo de Armagh y primado de Irlanda, mediado el siglo XVII. Para ello sólo necesitó retroceder por la Biblia manejándola como una simple calculadora hasta alcanzar el Génesis.
Un par de siglos más tarde, a mitad del XIX, cuando Charles Darwin ya había formulado su teoría de la evolución, otro religioso británico, el obispo de Oxford, Samuel Wilbeforce, polemiza con Thomas H. Huxley durante una sesión de la Academia Británica para el Avance de la Ciencia, interrogándole sobre si su descendencia de los monos era a través de abuelo o de abuela y demostrando, ante el público y la historia, un total desconocimiento de la obra de Darwin, de la que el segundo fue un brillante conocedor y aguerrido defensor.
Pues bien, sólo hay que bucear un poco a través de la red de redes para descubrir cientos y cientos de páginas en los que el creacionismo sigue intentando desautorizar al evolucionismo. Esta cuestión, que en sí no es preocupante y que carece en general del más mínimo interés, salvo para los amantes del razonamiento absurdo, ha adquirido alguna relevancia en los últimos tiempos y a mí me ha producido una cierta desazón.
Así, LA NUEVA ESPAÑA del pasado domingo 17 de abril recogía las afirmaciones de otro prelado a propósito de los descubrimientos paleonto-antropológicos de la Sierra de Atapuerca; en este caso las del burgalés Cecilio Raúl Berzosa Martínez, a la sazón obispo auxiliar electo de Asturias -electo por designación directa de Juan Pablo II-, durante años director de informativos de COPE-Burgos, profesor de Teología Dogmática y preclaro discípulo del oficio santo del hoy ya Benedicto XVI.
La oportunidad mediática no fue casual; unos días antes se inauguraba en Gijón, en el marco de los actos del 25.º aniversario de la Fundación Príncipe de Asturias, una exposición sobre este notable yacimiento, también burgalés como el futuro obispo, en el que está sepultado, al menos, el último millón de años de la evolución del hombre; singularidad que le ha valido el título de Patrimonio de la Humanidad otorgado por la UNESCO.
El planteamiento de Raúl Berzosa es muy sencillo, se trata nada más que de pedir explicaciones a los científicos que interpretan los hallazgos en la Sierra y de desautorizar sus trabajos sobre la base de que no los demuestran desde su propia perspectiva dogmática. ¡Con la Iglesia hemos topao! Y digo yo, ¿no sería mejor que la Iglesia -ésta y las otras- aplicaran el método científico para explicarnos el origen de sus dogmas?
Con Juan Luis Arsuaga me une una joven pero enraizada amistad, asimismo le profeso un gran respeto y admiración por su trabajo y el de su equipo, y coincido con él en que no nos preocupan, ni nos ocupan, las perspectivas creacionistas. Es posible que allá para un domingo de octubre de 4004, tal vez día 23 -no lo pienso calcular-, ya encuentren su piedra filosofal. Es probable que en alguno de los universos de las variadas dimensiones que establece Stephen Hawking resuelvan sus enigmas. A lo mejor basta con que razonen por qué de los 4 trillones de estrellas existentes -y no sé cuántos astros más-, sólo en uno de ellos, un hombre y una mujer que jugueteaban a contarse los lunares de la piel, vigilando el firmamento, fueron expulsados de un supuesto paraíso.
Por otro lado, aquí en la tierra de los mortales, la Iglesia debería explicar desde la teología del dogma por qué denigra y margina a la mujer, por qué impide frenar pandemias como el sida, o al menos pone morrillos en el camino, por qué no ayuda a detener el crecimiento desorbitado de otras plagas como el hambre y la pobreza en el llamado Tercer Mundo, por qué no colabora en dar respuestas a la degradación ambiental que atenta contra la biodiversidad, por qué no condena todas las dictaduras y las guerras, y un largo etcétera. De ahí mi desesperanza antes mencionada.
A la Iglesia, en este nuestro pequeño mundo llamado Asturias, se la respeta con carácter general, ya sea por su compromiso en épocas recientes con los problemas de la región, o por su papel de custodia de los lugares emblemáticos en los que se originó y desarrolló el «asturorum regnum». La cristianizada Covadonga, santuario para católicos, ateos, paganos, agnósticos y demás -con Virgen pero sin pastorcillos-, es un referente para todos los asturianos. Lo mismo ocurre con los monumentos prerrománicos, civiles o religiosos, e incluso con las reliquias del Arca Santa y otras que se salvaguardan en la Catedral ovetense.
Acérquese, pues, a Asturias, señor obispo, con la humildad que se requiere para tan alto magisterio en su oficio (hay modelos anteriores en los que mirarse), aplique sus propias declaraciones mundanas a los razonamientos de su dogmática teología y sea bienvenido a una tierra donde todo el mundo es acogido con respeto y hospitalidad, en la que el agua sólo sabe a agua -aunque sea de otra marca- y la sidra sólo sabe a sidra.

Víctor M. Vázquez es miembro numerario permanente del Real Instituto de Estudios Asturianos.

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