Por alguna razón, por estas fechas de Reyes mas que en Navidad me viene a la memoria la niñez de los años finales de los cuarenta y cincuenta, tan distintos y sin embargo reconocibles, en Madrid y tambien en Oviedo. No se porque esa sensación se hace fuerte con el reciente atentado de ETA en Barajas y volver atras con la seguridad de no haber avanzado nada, como en aquellos momentos de postguerra, que relató tan bien Manuel Vazquez Montalban en su "Cronica Sentimental de España" publicada en la Revista Triunfo a partir de 1969.
"Habia tanta tuberculosis que los niños se reían de la tuberculosis y cantaban una canción que decia:
Somos los tuberculosos
los que mas
los que mas nos divertimos
y todas nuestras reuniones
arrojamos, arrojamos y escupimos
Es el bacilo de Koch
el que mas
el que mas nos interesa
y estamos llenos de taras
de la cabeza, de la cabeza
a los .... (cordones, decían los niños mas tímidos)"
Comienza el relato en los años cuarenta, recien acabada la guerra civil y con la guerra europea filtrandose por las noticias que llegaban. De fondo un regimen brutal bendecido por la Iglesia.
"llevaban extraños abrigos con muchas hombreras, mucha solapa, mucho peso, sobre no menos extraños cuerpos, con mucho hueso o mucha grasa, mucho bigote o mucho pecho. Hablaban mucho. Callaban mucho. Pero por encima de todo trataban de olvidar todo lo que podian, y el derecho a la supervivencia de sus razones para sobrevivir era la mejor terapeutica automática que podían aplicarse. En verano, en los barrios populares, era muy posible verlos en camiseta; gastada camiseta sin mangas, transparente de lavadas, incluso con ventanas-agujeros abiertas al tacaño aire fresco. Hablaban de la guerra, de lo que hicieron y no hicieron en la guerra. Hablaban de la presente y corriente Segunda Guerra Mundial , de lo que hacían y de lo que harían los vencedores en la guerra. hablaban de Manolete, de Pepe Luis Vazquez, de Amparo Rivelles, de Lina Yegros, de Indalecio Prieto, de Roosevelt, de Rommel, de la Pasionaria...Hablaban del hermano que tenian en Francia, en Mejico o muy bien empleado en el Banco Español de Credito. Cantaban. Cantaban canciones de lenta y larga moda, aún no abierto el apetito voraz de disc-jockey. Pasodobles... Suspiros de España... o aquella cancion "yo tenía veinte años y él me doblaba la edad/ en sus sienes habia noches y en la mia claridá... Y en las escuelas los niños recitaban de corrido:
España es la patria mía
y la patria de mi raza
Miras hacia el Nuevo Mundo
el viejo vuelve la espalda"
Juan Palomo
Que os traigan mucho los Reyes
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