Salud
Los médicos «beben y conducen» el doble que otros titulados superiores
Los sanitarios españoles «dan mal ejemplo» con sus hábitos, dice un estudio
Miguel Carbonell. La Razón. 12/abril/2007
Madrid- Los médicos españoles fuman, beben alcohol y después conducen en una proporción «preocupantemente» mayor que otros licenciados universitarios, de acuerdo a un estudio realizado mediante encuestas personales por la Universidad de Navarra.
La investigación, que revela que hasta un 30 por ciento de los profesionales consultados reconoce haber conducido «algunas veces» bajo los efectos del alcohol, sin especificar la cantidad o si lo hicieron en ayunas o durante las comidas, lo que supone un 20% más que otros universitarios y se sitúa en el «rango alto» de otros estudios internacionales. En el caso de médicos y enfermeros varones, esa proporción aumenta hasta el 100%. En muchos casos, beber y conducir estaba asociado además a otras prácticas «poco saludables», como las borracheras, el tabaquismo, el consumo diario de bebidas alcohólicas o no utilizar el cinturón de seguridad.
Según explica María Seguí-Gómez, profesora del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública del citado centro y directora del estudio, «las conclusiones son preocupantes» por dos motivos: Primero, «porque la capa de la sociedad más educada, la formada en la universidad y que ocupa puestos importantes, se supone más responsable». «Si reconocen comportarse así, ¿cómo será la situación a otros niveles?», se cuestiona.
Predicar con el ejemplo
Segundo, porque los profesionales sanitarios, «en su calidad de educadores de la sociedad en temas de salud, tienen la responsabilidad de transmitir que la carretera puede ser muy perjudicial, por la gran siniestralidad que hay en España, y no parece que prediquen con el ejemplo», sentencia. Según los datos del estudio, sólo en Europa, los accidentes de tráfico provocan 127.000 muertes al año, 2,4 millones de heridos y unos gastos que suponen cerca del 2 por cien del PIB.
Las encuestas fueron realizadas desde 1999 a casi 17.000 especialistas de toda España -a los que se accedió a través de asociaciones de antiguos alumnos y colegios profesionales-, 12.000 de los cuales respondieron a un cuestionario cada dos años. «Su colaboración y franqueza han sido fundamentales, por eso tampoco hemos querido usar un tono recriminador con ellos, sino más bien mostrar nuestra preocupación, por el riesgo para su propia salud y porque son un importante referente social», asegura Seguí-Gómez. Sin embargo, reconoce que «si ese porcentaje lo reconoce, es muy probable que el número real sea bastante mayor».
La típica imagen asociada al médico, sin horarios bien definidos, sometidos a una gran presión, en muchos casos con un cigarrillo perenne en la boca, parece que se mantiene inalterable. En efecto, «alrededor de un 35 por ciento también admite fumar habitualmente, una proporción entre las más altas del mundo, lo que no deja de ser también llamativo, porque se les supone garantes de la prevención, y no hay nada menos previsor para la salud que el tabaco y el alcohol».
No hay comentarios:
Publicar un comentario