4/18/2007

Sindonologos

Según el presidente del Centro Español de Sindonología "el sudario encaja como un guante en el caso de la muerte y pasión de Jesús", se refiere al sudario que se encuentra en la Camara Santa de la catedral de Oviedo y que ha sido objeto de un congreso internacional, que ha tenido una cobertura sorprendente por parte del diario La Nueva España y que ha congregado a unos cuantos especialistas reunidos en torno a una para-ciencia que han dado en llamar Sindonologia, en honor al termino italiano sindone, con que se conoce la sabana santa de Turín.
Entre las conclusiones , a lo que se ve ninguna definitiva, destaca la que pretende que este sudario está intimamente ligado a la sindone turinesa, tanto que el propio alcalde de Oviedo ya ha anunciado un rumboso hermanamiento de Oviedo con la ciudad italiana para reforzar el valor del hallazgo arqueologico. No importa que la datación de uno y otro con el carbono 14 establece que no son coetaneos, el sudario esta datado en el siglo VII y la sindone en el XIV, y que las similitudes son escasas; la respuesta de los sindonologos es negar la evidencia, como corresponde a especialistas de esta disciplina, a medio camino entre la ciencia y la fe, como dicen ellos. Complicada tarea la de estos especialistas sindonologos, en el que abundan los religiosos, intentar aunar la fe en la resureccion de Jesús con los resultados de minuciosos analisis que, como en el caso de la sabana santa de Turin, se han hecho en tres laboratorios distintos en Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza y y cuya fiabilidad se estableció en un 95 % y fue publicado en 1989 en la revista "Nature" y hasta hoy nadie ha demostrado que sean erroneos.
Ya lo habia advertido un notorio articulista del diario conservador asturiano, no hay ninguna necesidad de saber la verdad sobre estos simbolos religiosos como tampoco sobre la infalibilidad del Papa o el misterio de la Santisima Trinidad, y el mismo presidente de la Sociedad Sindonologica española ya avisaba antes de celebrarse el congreso que "sea cual sea el resultado, lo cierto es que el Santo Sudario no es ningún fraude". Toda una declaración de principios.
Para seguir con el hilo, me quedo con el articulo de Manuel Vicent sobre los milagros, sin perder de vista que a la sombra de las elucubraciones sindonologicas se han levantado curiosas teorias como la que atribuye a Leonardo Da Vinci la ejecución de la sabana santa, como consecuencia de un encargo del papado para reforzar la fe del pueblo.

Milagros MANUEL VICENT 15/04/2007

Cada órgano de nuestro cuerpo es una bomba de relojería unida a un temporizador increíblemente sensible, que no estalla gracias al prodigio de la fisiología. La Tierra gira alrededor del Sol sometida a una atracción cuyo rigor impide que se pierda en el espacio. Aparte de estos hechos admirables, existen otras maravillas más a mano, por ejemplo, que en este mundo cada planta y cada insecto tenga un nombre, que Velázquez haya pintado el retrato de Inocencio X, que todavía existan arroyos incontaminados que bajan directamente de la nieve. Pese a esto, hay gente que necesita más milagros. Al Papa Karol Woytila lo van a hacer santo por haber curado un caso de supuesto parkinson a una monja francesa, una minucia pedestre, que desdice del esplendor secular de la Iglesia, si se compara con los prodigios que realizaban los santos antiguos, entre ellos san Vicente Ferrer cuya festividad se celebra mañana en mi tierra. Para darle de comer lo mejor que tenía en casa, una devota familia de Morella preparó a un hijo de seis meses a la brasa y lo sirvió al santo en una bandeja como un cochinillo asado. Vicente Ferrer, después de agradecer el detalle, resucitó al niño y todos quedaron admirados. En otra ocasión, en mitad de un sermón en el mercado de Valencia anunció a la multitud que acababa de recibir una misteriosa llamada interior. Alguien estaba a punto de morir y había que ir a socorrerle. "¿Adónde?", exclamó el gentío. "Seguid, seguid a mi pañuelo". A continuación el santo echó al aire su mocador que comenzó a volar por las calles y finalmente se coló en una buhardilla donde una familia se estaba muriendo de hambre. Caso solucionado. Tal era el poder de este hombre que el obispo le prohibió hacer más milagros por la algarabía que armaba, pero un día vio a un albañil cayendo de un andamio y le gritó: "de momento párate en el aire". Vicente Ferrer fue a pedirle al obispo que le permitiera bajarlo. Después de recibir el permiso, hizo que el albañil aterrizara suavemente en la acera. Milagros de esta categoría Vicente Ferrer tenía 980 constatados cuando Calixto III lo elevó a los altares. Si hoy este santo valenciano viviera, sus prodigios estarían a la altura de las circunstancias. Haría que no se licuaran los casquetes polares, que no se incendiara la Amazonía, que hubiera agua potable para mil millones de africanos igual que hizo manar la fuente seca de Liria. Estos son hoy los milagros de verdad, aparte de que sigamos vivos y que el planeta no se haya ido al carajo.



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