7/09/2006

¿Carlitos o Groucho?

Sabed cuánto me gustaría poder degustar tamaña sobrasada. La compraré en el Mercadona y mañana, antes de ir a ver a Sara Baras en Lucentum (Alicante romano e íbero) la degustaré acordándome de vosotros y echando de menos departir amigablemente sobre el tan deseado viaje del papa.

En la SER, nada sospechosa, anteayer se oía primero a un obispo parafrasear a Escrivá de Balaguer, sobre la historia de una mujer que había casado bien a sus ocho hijas porque eran recatadas en el vestir y prudentes en el proceder. Posteriormente, una señora pedía al gobierno, desde la tribuna de las familias, que se habilitaran playas para familias “de bien” porque los espectáculos de las actuales no permitían a esas familias ir a bañarse con dios, si no con el demonio.

Se ve que tengo que desempolvar a Marx, ¿Carlitos o Groucho?… pensándolo bien, puede que la situación sea de Groucho y no lo sepamos llevar, (algunos)

Yo

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