5/13/2006

Queridos fresnedianos

A Emilio, como a Grace Kelly, le sienta bien cualquier cosa que se pone (algo muy distinto ocurre con Yola Berrocal, la clase de mujer a la que solo le sienta bien cualquier cosa que se quite, decía el maestro Alvite) por eso ayer con su camisa de rayas y la montera picona mantuvo el tipo y la dignidad suficiente para dar el pregón de las fiestas y ser aplaudido y felicitado, sobre todo porque nos recordó de donde venimos e hizo votos para mejorar algunas cosas, al tiempo que nos aconsejó que nos divirtieramos y eso lo cumplimos a rajatabla, algunos en exceso. No se lo que habria pensado algun politico local, en el caso de que hubiera asistido al pregón, pero a veces uno tiene con ellos la sensación, al margen de quien gobierne, de aquello que dijo Pio Cabanillas:
"Cuerpo a tierra que vienen los nuestros".
Hasta ahora sabiamos lo que eran bienes tangibles, la diversión sin ir mas lejos, una comida con los amigos, un paseo por la montaña, el apeadero del tren que pedia Emilio para nuestro pueblo o, como no, dinero contante y sonante, para ser algo materialistas. Pero no, ahora nos enteramos que a lo que han venido llamando inversiones en bienes
tangibles son las que se hacen en la compra de sellos y objetos artisticos. Y claro, semejante tonteria no podia acabar mas que en un monumental fraude (el de la estampita, claro) con mas de 350.000 afectados y 3000 millones de euros en el aire. Hoy El Pais lo ve asi:


(...) "Todo el tinglado se basaba en la credulidad espontánea de muchas
personas, unida a su ignorancia sobre algo tan misterioso como el mercado de
los sellos, no regulado ni protegido con garantías y cautivo de ambas
empresas, que, dado el volumen de timbres que controlaban, fijaban precios
de manera arbitraria. Al respecto resulta llamativo que algunos de los que
más suelen clamar contra la regulación de los mercados reclamen ahora que la
Administración se haga cargo de los destrozos provocados por su pasividad
reguladora. Escándalos como el de Gescartera sirvieron para regular aspectos
esenciales de las sociedades gestoras de valores (e incluirlas en los fondos
de garantía de inversiones); sería lógico que una consecuencia del fraude
filatélico fuera la prohibición de operaciones de captación de ahorro que no
contase con garantías como el método de valoración de los activos, los
cálculos precisos para determinar su revalorización y los sistemas de
inspección y control de las inversiones..."

Salud

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