12/30/2007

Queriendonos mas

La manifestación de hoy en Madrid, convocada por la Archidiocesis local para la defensa de la familia ha dado esas imagenes tan tiernas de las monjitas con pancartas en contra del matrimonio homosexual o el divorcio express, tambien la oportunidad de ver a kiko Argüello cantando acompañado a la guitarra eso de "que alegría cuando me dijeron..." que le han hecho lider del movimiento Neocatecumenal, lo Kikos para los amigos. Algunos obispos con cargas de profundidad contra el gobierno asegurando que la ley en España va por detrás de los Derechos Humanos, señalando "el fraude de la cultura del laicismo que conduce a la desesperación por el camino del aborto, el divorcio express (y dale) y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes". No sabemos si el obispo de Tenerife portaba pancarta denunciando a los menores que van por ahí provocando. Antes de disolverse anunciaron la "disolución de la democracia", debe ser para darnos fuerzas para afrontar el año entrante.

Mejor hubiera hecho Kiko en cantar aquello que entonabamos de jóvenes en Casa Manolo de Oviedo:


"Esti mal que tu tienes,
como el que yo tengo,
se nos curaría queriendonos mas,
bailando juntinos esta habanera,
y a la media vuelta, pirin, pin , pin.
Prueba y verás, prueba y verás,
como se nos cura, como se nos cura,
la enfermedad"

Quedaremos de momento con el consejo de Manuel Vicent para encarar el año con prudencia.

Ser Joven. Manuel Vicent

A cualquier edad, ser joven consiste en gozar de una salud aceptable y tener proyectos. No valen de nada esos retos que uno se impone a sí mismo el primero de enero todos los años. Me gustaría saber cuántos de aquellos sesentones que ese día, de buena mañana, se echaron a la calle a hacer footing siguen vivos todavía (...) La máxima hazaña que puede hoy realizar cualquiera consiste en cargar con el horizonte, como si se tratara de un decorado de teatro, y montarlo un poco más allá, siempre a tres meses de distancia, y ante él representar la obra de su propia vida simulando las más altas pasiones. Por mi parte, tengo la gran aspiración de llegar sano y salvo a la próxima primavera. Si logro alcanzar ese horizonte, lo cargaré de nuevo al hombro para plantarlo en el verano. Frente al decorado de cada estación del año, la vida puede cobrar una intensidad insospechada. De pronto, regar la maceta del geranio o cambiarle el agua al canario adquieren una dimensión planetaria; aporrear el tabique para que el vecino baje la radio redime toda una historia de cobardía; excitarse viendo cómo se desnuda la chica en la ventana de enfrente supone una aventura más fuerte que enamorar a una diva y pasearla de la mano por los templos de Luxor, como un hortera. Basta con pegar la nariz al horizonte para que te conviertas en un joven lleno de hazañas




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