11/25/2006

Asturiano oficial

Con aquello de "la patria es la infancia" de fondo, dice Andrés Trapiello en un articulo reciente que "la infancia es una suave patria sin fronteras donde nadie es menos que nadie, y eso es algo que toda persona noble respeta al llegar a ser adulta (...) la infancia no entiende mas que de un lenguaje propio, singular, el que hace que dos niños de clase, raza, lengua o cultura diferentesque acaban de conocerse en un parque puedan ponerse a jugar juntos formalizando un entendimiento prodigioso e instantaneo" al hilo de la conmemoración de los 50 años de television española, TVE.



Viene a cuento, debe ser que me traiciona el subconsciente al asociar infancia, patria e idioma, de la tan debatida oficialidad del asturiano y la posición encontrada de los que argumentan en uno y otro sentido. Es evidente que falta un debate en profundidad, porque si bien ha habido un gran consenso en la la Ley de promocion y uso, tambien en la creación y mantenimiento de la Academia de Llingua, no lo hay con la normalización impuesta sobre la unificación de las diversas variantes y mucho menos de la oficialidad, o cooficialidad del asturiano. Hay una corriente relativamente novedosa de los favorables a la oficialidad que se basa en asegurar que la oficialidad no supone obligatoriedad, el mismo profesor Llera lo utiliza como argumento. Pero a estas alturas, y vista la experiencia de otras Comunidades respecto a la practica de sus respectivas lenguas oficiales, nadie se cree que aqui no se van a dar el caso de la "inmersión lingüistica" del asturiano, en contra del español, con el "noble"proposito de mejorar la posición de aquel, supuestamente "minorizado". Tal vez, el rechazo hacia estas posturas "oficialistas" viene de la actitud dogmatica de los que las promueven, que ha generado no pocas guerras internas, y que se hacen visibles en la propia ejecutoria de la Comisión de toponimia que ha "oficializado" la toponimia de los primeros diez concejos de Asturias y cuyo resultado no ha dejado a casi nadie conforme. Otra cuestion, tampoco menor, tambien defendida por el profesor Llera, es atribuir como practicantes del Asturiano a la mitad de la poblacion actual de Asturias, lo que no tiene visos de realidad, como minimo es una exageración.
El articulo del profesor Llera resume muy bien los argumentos a favor de la oficialidad.



Oficialidad no es obligatoriedad

FRANCISCO J. LLERA RAMO


Vuelvo a leer con estupor las declaraciones del secretario general de mi partido (el socialista) en Asturias sobre la cuestión lingüística asturiana. A la vista de su reiteración, no sólo por él, sino por otros dirigentes del partido y del Gobierno asturianos, es obvio que no son circunstanciales, sino que responden al ideario «oficial» y a la estrategia de competición del mismo, lo que las hacen más preocupantes, si cabe, por el inmovilismo y la cerrazón que denotan. Perdón por mi atrevimiento, pero reivindicar o demandar la oficialidad de una lengua minorizada como el asturiano no es un síntoma de irredentismo nacionalista o de un radicalismo absurdo, salvo que cometamos el gravísimo error ideológico de entregar la defensa de los derechos lingüísticos o la promoción del bilingüismo o la identidad regional a las ideologías nacionalistas, dando por bueno el automonopolio que éstas están tentadas a atribuirse. Perdón de nuevo, pero hablar de una amenaza nacionalista en Asturias vinculada a la reivindicación lingüística, y, por tanto, seguir promoviendo una especie de cruzada local contra tal «molino de viento», es, como mínimo, una solemne majadería, que, por cierto y al contrario, sirve para catapultar a alguno de los preclaros y extremistas ideólogos locales de la misma a otras «gestas nacionales» que poco tienen que ver con los intereses o el ideario socialista. Si el problema fuese el nacionalismo, que lo dudo en nuestro caso, a éste se le discute y combate, democráticamente, de otras maneras, con otras políticas y, desde luego, no dándole por ganados espacios o demandas sociales como ésta. Vuelvo a insistir, una vez más, que toda esta confusión es fruto de una «ensalada ideológica» preocupante, que se está mostrando incapaz de resolver, por pereza intelectual o una suerte de neurosis obsesiva, la cuestión identitaria y lingüística asturiana de una forma pragmática, creativa e inclusiva, siguiendo la estela marcada por el espíritu y la letra de nuestra Constitución y el desarrollo que de la misma viene haciendo buena parte de las comunidades autónomas. Pero, además, bastaría con que nos inspirásemos y recuperásemos el hilo de nuestra vieja tradición ilustrada jovellanista y otras corrientes locales del pensamiento progresista, que nos dieron a los asturianos un puesto en la historia de las vanguardias modernizadoras de nuestra nación.
Uno espera de los partidos, en general, y muy especialmente de su partido, que sean coherentes, tanto en sus principios como en sus políticas, y, además, lo hagan de acuerdo con el diseño democrático de nuestro marco constitucional. La FSA del PSOE, que es y ha sido el principal responsable del autogobierno asturiano, es un partido nacional en su ideario, su ámbito y su estrategia, organizado de forma, más o menos, federal, aunque con asimetrías territoriales evidentes. Refleja en su organización, con mucha probabilidad, mejor que ningún otro la idea de la España «plural» que inspira nuestra Constitución democrática. Pero esta pluralidad tiene sus límites no sólo en la propia Constitución, sino también en el ideario socialista y podría decirse que hasta en el sentido común. En efecto, la pluralidad, para no desbordarse en particularismo egoísta e insolidario, debe tener su tope en la igualdad de derechos de todos los ciudadanos españoles, en la cohesión social solidaria y en la cooperación centrípeta interterritorial. Todo ello viene muy a cuento en las actuales reformas estatutarias y, muy particularmente, en el caso asturiano y su situación lingüística. Pero, en todo caso, en esos principios tan fundamentales no debería haber diferencias entre los grandes partidos nacionales, llamados a alternarse en la responsabilidad superior de la gobernanza avanzada de nuestro sistema constitucional. Ambos han gobernado, gobiernan o han respaldado las leyes de oficialidad y las políticas de bilingüismo, que afectan a más de diecisiete millones de ciudadanos españoles (más del 40 por ciento del total) en siete de sus comunidades autónomas, y son consecuencia obligada del reconocimiento y protección de los derechos lingüísticos previstos en el artículo 3 de la Constitución española y los respectivos estatutos de autonomía.

Sólo la clase política asturiana mantiene la excepcionalidad lingüística de nuestra comunidad. Por un lado, a pesar de reconocer estatutariamente la existencia de la lengua asturiana, de crear la Academia de la Llingua Asturiana y apoyar su acción normativizadora, de aplicar políticas de escolarización en asturiano o de promoción de la creación literaria, de aprobar una ley de Promoción y Uso, de respaldar por unanimidad en la última legislatura el plan de normalización y los sucesivos decretos de normalización bilingüe de la toponimia local; en definitiva, a pesar de reconocer la realidad bilingüe de la sociedad asturiana, nuestra clase dirigente, tanto popular como socialista, mantienen a la lengua asturiana en el «limbo constitucional». Al no comprometerse a aplicar el citado artículo tercero mediante la declaración de oficialidad del asturiano, como han hecho en el resto de comunidades autónomas, le hurtan a nuestra comunidad el derecho al bilingüismo efectivo y, sobre todo, les niegan a más de medio millón de ciudadanos asturianos bilingües la plenitud de los derechos lingüísticos que esos mismos partidos les reconocen a millones de ciudadanos españoles en otras latitudes regionales. ¿Dónde están la igualdad de derechos de todos los españoles, la cohesión interterritorial o la pluralidad nacional prescritas por nuestra Constitución ? ¿No les escandaliza a nuestros políticos este agravio comparativo? ¿Piensan realmente que nos podamos creer que el problema sea la obligatoriedad ? No es verdad, salvo como confuso «engañabobos» para ocultar la propia responsabilidad política, en nuestro caso, o perversa aplicación de una política etnicista excluyente, en algún otro, que la oficialidad implique obligatoriedad para los hablantes, es decir, para los ciudadanos. No es obligación a hablar en asturiano lo que se demanda, sino derecho a poder hacerlo voluntariamente y en igualdad de condiciones y dignidad que el castellano. La única obligatoriedad de la oficialidad es la que nuestro sistema constitucional exige a las administraciones públicas a la hora de desarrollar políticas efectivas de bilingüismo. Sería muy de agradecer, y legítimo exigir, a nuestra clase política que deje de marear la perdiz y sea consecuente y coherente con el reconocimiento estatutario del asturiano y, por tanto, alcance el necesario consenso para que en la próxima reforma estatutaria quede resuelta, de una vez, la plena madurez constitucional de los asturianos y su lengua vernácula.

Francisco J. Llera Ramo es catedrático de Ciencia Política y director del Euskobarómetro en la Universidad del País Vasco, miembro de la Academia de la Llingua Asturiana, autor de las dos encuestas sociolingüísticas de Asturias y, más recientemente, de «El asturiano en Gijón».

11/21/2006

El caso "Mejillón"


Finalmente ha podido ser aclarada la extraña desaparición de F.E.D. alias "el
Mejillón" de la vida nocturna de La Fresneda, donde frecuentaba ambientes
delictivos.
Gracias a la intensa labor de la policía local, en contacto con Interpol, ha
sido localizado en un penal de Tiritistán, donde se encuentra actualmente,
cumpliendo trabajos forzados, en la construcción de una madrasa,
condenado al ser descubierto por la policía del país, llegando tarde a una
tertulia. Hemos enviado rapidamente a nuestro sagaz reportero Kiko Butifarra, que con
gran riesgo de su vida nos envía esta imagen, auténtica primicia mundial del caso
Mejillón.

El intrepido reportero, fue tambien capaz de conseguir una breve
declaración de F.E.D., Que a la pregunta ¿como se encuentra? respondió:

"toy como D...., lo unicu que no comen gochu,de aquí­ con el
entrenamientu que tengo, voy a Panamá a facer el canal"

THE SALAMANDROIDES TELEGRAPH

11/20/2006

La intimidad

Un invitado, G. Rebanal, con un relato inédito

LA INTIMIDAD

Necesitaba con urgencia conocer algo de sí mismo. La desorientación vital le llegaba a cansar. El periódico con los dientes del perro marcados en la foto de algún magno dignatario le recordó la presencia de la urgente actualidad. Después de un somero repaso a las grandes mejoras que se van a hacer en el reino de nunca jamás, encontró al fin la noticia que le trajo un poco de esperanza a su corazón atribulado.

El gobierno, preocupado por la intimidad y la privacidad de todos los ciudadanos, ofrecía una ley de protección de la intimidad, por la cual sería perseguido hasta el exterminio todo aquel que osara retener sin motivo, divulgar o incluso pensar en alguna característica que conociera de cualquier desconocido.

Estamos en un estado de oportunidades, se felicitó Edgardo. Voy a disponer de una información, quizá retenida durante años en polvorientos archivos, o que navega por la red informática en cualquier dirección, sin destino. El plan ya estaba urdido, sólo faltaba echarlo a andar. Decidió mantenerlo en secreto para su mujer. Se acordó del topo de jonlecarré, al cual smiley se confió con excesiva candidez. No podemos dar pistas.

Primero escribió al amado colegio de la infancia, regentado por unos beneméritos frailes, que habían instruido a medio concejo y amonestado al otro medio, con buenos resultados. La respuesta le llegó en estos términos:

A D. Edgardín López:

Perdone la confianza, pero para nosotros usted será siempre edgardín, un niño regordete, algo retraído, pero buen compañero, incluso amigo de soplar de vez en cuando en algún terrible examen. Entonces empleábamos métodos que ahora podrían pasar por poco pedagógicos, pero espero que no le hayan causado ningún trauma definitivo, y haya podido enderezar usted su vida, y dirigirla hacía un puerto seguro y provechoso. Suyo afectísimo, Hermano Perfecto.

Aclarada en parte esta temprana época de su vida, después de rebuscar y piratear algunos archivos informáticos, consiguió encontrar las señas de su primera novia, el primer amor, la que esperaba fuera su dulce compañera, que le dejó por un futbolista con porche de segunda mano:

Hola, Edgardo, me sorprende tu resurrección. Eres como un fantasma del pasado. Te preguntarás que fue del futbolista aquel. Se lesionó contra la real sociedad, no le volví a ver. Creo que tiene una tienda de coloniales. Me pides que te ofrezca los datos que tengo de ti. En fin, ahí van. Eras un pobre desgraciado, con alguna que otra idea, pero ya se veía que no ibas a llegar muy lejos, todo lo más a chupatintas de tercera. Tenías varias manías, que supongo que se habrán exacerbado y te habrán convertido en un ser extraño e inadaptado. Tacaño a más no poder, le tenías manía a los bares -la salud- y espanto a los restaurantes, la economía. Que te sea leve.

La carta le espantó en parte, pero su rompecabezas vital comenzaba a ordenarse.

Escribió a su amado cuartel, donde compartió tantos momentos entrañables con los que ha atacado a contertulios y desconocidos del parque. Su carta volvió con unas letras de desconocido, parece que donde estuvo el cuartel hoy se levanta un conjunto de viviendas, no precisamente para homeless.

Se armó de valor, y después de tentarse las ropas, se dirigió al ministerio de hacienda, de la suya, desde luego, no de la de él. Pero después de repetirse varias veces que él, Edgardo, era también hacienda, aunque no lo pareciera dada su escuálida cuenta corriente, les mandó el más aséptico mensaje posible.

La respuesta tardó 5 meses en llegar, pero llegó formalizada y en condiciones, modelo e24510, con sellos de hasta 5 personas que habían fiscalizado y dado el visto bueno, cada uno al anterior. Le recordaban que estaban a su completa disposición para todo lo que fuera ingresar en sus arcas, y que para ellos era un honrado contribuyente sin deudas fiscales aparentes, pero que se anduviera con ojo, que hay mucho mangante suelto, y se puede caer en esa categoría en cualquier desafortunado momento.

Escribió también a su banco del alma, el director había sido condiscípulo con los frailes, y pertenecía a la mitad que había sido amonestada.

Edgardo, le contestó, te dije que nuestra relación y amistad había terminado para siempre. Siempre fuiste un moroso y un agarrado. Para que lo sepas, he mandado publicar tu foto y tu perfil en todas las páginas bancarias habidas y por haber. Vete buscando algún prestamista o usurero, por que no te van dar nada ni en la cocina económica, por miedo a que les lleves la cucharas. Te dejo, que estoy con una persona respetable y con dinero, muy lejos del cantamañanas que siempre fuiste.

Después de una breve reflexión sobre la ingratitud de la amistad, para elevar la autoestima decidió escribir a su abuela, arrimándose a tablas.

Gary, querido, cuanto tiempo sin tener noticias tuyas. Si me pides la verdad verdadera, te diré que eras un niño insoportable, amigo de los juegos de palabras, de las bromas malas, de los chistes verdes, y de pedirle dinero a tu abuela. No sé como no arruinaste a tus padres con psicólogos y consejeros. Desde luego no eras como tu hermanito, modelo de niño majo y al cual se le veía el futuro en los ojos. No le llegas ni a la cintura, sino un poco más abajo. Afectuosamente, tú querida abuelita.

Abandonada ya casi toda esperanza de encontrar algún dato positivo, o al menos que le hiciera afrontar el futuro con algo de optimismo, le dejó una nota a su mujer, para que por favor le indicara virtudes, defectos y cosas mejorables. Su mujer, Anita, se sorprendió, `pero se rehizo y le adjuntó un memorandum.

Siempre había sido su príncipe azul, que había llevado la casa y el matrimonio con mano firme, nada dado a gastos suntuosos, y padre amantísimo de sus 5 hijos, quienes lo adoraban como a un verdadero amigo e ídolo.

Algo más reconfortado, se animó a dirigir la encuesta a su jefe, el cual había llegado a su puesto después de ímprobos esfuerzos por degollar a varios compañeros, cuyos cuerpos se encontraban como es lógico en el archivo muerto.

Administrativo López, le contestó, no sé como se le ocurre ahora la estupidez de preguntar por los datos que obran en mi poder sobre usted. Lo sé todo, lo que fuma, lo que no bebe, que rueda de su coche está más desgastada y no va a cambiar, y cuando le vence la letra del compacdisc. Déjese ya de bobadas, aplíquese a su trabajo, y si se le ocurre volver a llegar 2 minutos tarde, le voy a tener escribiendo el mismo documento durante dos semanas seguidas. A ver si en vez de leer el periódico a costa de los contribuyentes se dedica a cosas más serias, y conseguimos desatascar los expedientes de la subsección de animales perdidos en el extrarradio municipal, que es una vergüenza el retraso que llevamos, y el propio director general ha insinuado que ya no soy el de antes. Le espero.

Aterrado del mal paso dado, decidió en última instancia mirarse al espejo, uno de cuerpo y alma enteros que está en el armario. Se preparó bien, algo de maquillaje por aquí, la sonrisa estudiada, el gesto feroz, el ademán imperial.

El espejo le devolvió una figura algo desgarbada, en el declinar de la vida, con una mujer guapa y buena, eso sí, y unos hijos magníficos, pero con algo de mala leche y un rictus de inadaptado que venia de antaño.

Se acercaba la navidad, y le había llegado uno de esos calendarios sepia, con unos niños desnutridos a los que sonríen unas personas encantadoras.

La parroquia estaba al lado de su casa. Les llevó en mano una nota, para que por favor le mandaran copia de su paso por el archivo parroquial, que él presumía debía ser al menos decoroso.

La respuesta llegó escueta y demoledora.

Edgardo López no figura en nuestros archivos, es para nosotros un perfecto desconocido. Quizá sea ateo, o incluso filósofo. La determinación salió de lo más hondo de Edgardo, del fondo de su corazón, del centro de su alma.

Al día siguiente se bautizaría, iba a comenzar una nueva vida.

G. Rebanal



11/15/2006

Lewis Carroll

En la pagina de sexo de El Mundo han conceptuado como una simplificación estereotipada y machista el hecho que se mantenga que mientras para un hombre el físico es importante, para una mujer lo prioritario el estatus economico del marido, lo que se resume con este ejemplo tan grafico:

"Después de estar casados durante 25 años, un día miré a mi esposa y le dije: "Querida, ¿te das cuenta de que hace 25 años yo tenía un apartamento barato, un coche barato, dormía en un sofá cama barato, veía televisión en un televisor de 10 pulgadas en blanco y negro, pero dormía todas las noches con una despampanante rubia de 25 años? Y ahora tengo una hermosa casa, un coche último modelo, una cama grande, un televisor enorme de pantalla de plasma, pero duermo todas las noches con una mujer de 50 años. Me parece que no estás llevando bien tu parte de la situación."
Mi esposa es una persona muy razonable. Me dijo que saliera y buscara una despampanante rubia de 25 años para acostarme con ella, y que ella −mi esposa− se aseguraría de que yo volviera a vivir en un apartamento barato, tuviera un coche barato, durmiera en un sofá cama barato... Yo me callé la boca y saqué la basura".

Al final, callar y sacar la basura, no vaya a ser cosa...y hablando de basura, lo que ha removido el libro de Gustavo Bueno "Zapatero y el pensamiento Alicia", que se une a otras obras suyas ("Television: apariencia y verdad", "Gustavo Bueno y Gran Hermano") de este polémico filósofo que se ha buscado cobijo en el antiguo chalet del sanatorio Miñor, bajo la proteccion del alcalde Gabino. Como era de esperar, su pretensión de mostrar al Presidente de Gobierno como un ser simplista, que vivo una ensoñación infantil paralela al pais de las Maravillas de Alicia, en la obra de Lewis Carroll, ha tenido contestación y alguna destacable, como es el caso de la del periodista Faustino F. Alvarez que reproduzco.

Por cierto, la cita que hace sobre los personajes pintorescos de Oviedo, entre los que intenta encuadrar al filosofo, estan Manolin el Pinzu y Anton de la Madre, que corrian de boca en boca en aquella cancion de nuestra no tan lejana juventud alegre y despreocupada en el bar Sport (Cesu, cuanto te echamos de menos).

Manolin el Pinzu yera boticariu
Anton de la Madre vendia canarios
el hermano neñe, guardia municipal
y el enanu de Cerdeño
toque les campanes en la catedral
taratara tra taratara tra


FAUSTINO F. Alvarez

Cuando la Historia, aún siendo impostora, ponga las cosas en su sitio, y a cada merecimiento en sus límites, y a cada pleitesía en su deshonestidad, y a cada cantante en su coro, y a cada árbol en su bosque encantado, y a cada ola de hormigón es su mar, y a cada ruina en su jardín secreto, será cuando las generaciones venideras hagan un hueco para don Gustavo Bueno en ese entrañable epígrafe de los ovetenses pintorescos, los Cigaña, Antón de la Madre, Manolín el Pinzu, Josefa la Torera, Cilia la Tocha, el Torollu y Garrafundia , todos ellos dignos contribuyentes y de plenos derechos y obligaciones en la ciudad de los prodigios, y que no eran simios ni habían leído a Lewis Carroll ni habían postulado la pena de muerte para los etarras ni para cualquier heterodoxo, y que ni siquiera habían dicho que José María Aznar era un cultísimo experto en la poesía greco-latina o moderna, ni que a Gabino de Lorenzo había que rebautizarlo como Gabino de Médicis, epístola privada hecha pública vergonzosamente para arrastrar la quilla de la soberbia por la realidad del barro y para dar fe ante la colectividad de una conquista y de una rendición. El alcalde-ingeniero, perito en debilidades humanas ajenas de tan desgarradamente asomarse a las propias, le facilitó a don Gustavo un edificio de rango ateniense, negándoselo a los desfavorecidos de la ciudad, y el profesor actúa con la espontaneidad del paisano agradecido no por una vivienda social sino por un palacete de mágicas nostalgias mayéuticas, puesto que allí nacieron asturianos ilustres como la princesa Leticia Ortiz (a cuya familia ningunearon en Vetusta algunos poco previsores acólitos del catedrático del cierre categorial) y gentes de menor relumbrón: tantos y tantos ovetenses a quienes la cigüeña traía por aquellos tiempos a una clínica ribereña de un puti-club en la arteria que encaminaba a Vetusta hacía el oeste gallego, y palacete hoy reprivatizado y por cuya chimenea se envían a la atmósfera los residuos del pensamiento o las virutas del mito de la felicidad y las volutas del cierre categorial.

Este don Gustavo, reencarnación adoptiva de ovetenses celebérrimos, como los ya citados, a los que se podrían añadir Bocanegra, Arturín, Severino Camporro o Guillermo Carrocera (versificador ilustre con raíces en Olloniego, taurino, caballeroso y atormentado), se forjó una imagen heroica de sí mismo con calculada y reconocida dedicación académica y con indudable éxito para elaborar todo un tratado de mitología que incluye extravagantes arengas en las lampisterías de las madrugadas mineras.

Nunca ocultó su condición teatral, que comprendía una mezcla consentida de agitador y de bufón, con la complacencia de una izquierda gratificada porque un tipo de postín acudiese a la bocamina a proclamar no se sabía muy bien qué, ni por qué, ni para qué, cuando al final de la plática los picadores y los barrenistas y los artilleros descendían hacia el tajo tal como si la Hunosa del hábil Mamel Felgueroso les hubiese facilitado un número de circo antes de enfrentarse al grisú o a la dinamita, y poco más hasta la huelga siguiente. No está de más preguntarse, ahora que ya se van conociendo algunos trucos, qué cojones hacía Gustavo Bueno arengando a los mineros en una caricatura de las escenas románticas y atormentadas de Zola en Germinal . Ahora entiendo muy bien por qué, años más tarde y fatigosamente dedicado a darle otros vuelos a su propio personaje, este venerable jubilado se presta a defender la tele-basura, e incluso arma caballero a un descendiente para perpetuarse en tal condición genética de frecuentador de los platós de Boris Izaguirre y la ex de Jaime Ostos.

La última hazaña de don Gustavo es un libro que bien hubiese podido editar el sector lírico y financiero de la FAES aznarista, y en el que arremete contra el "pensamiento Alicia" o contra lo que el catedrático considera como la inconsistencia del presidente democrático Rodríguez Zapatero en el País de la Maravillas... Lo he leído un poco a saltos, pero con suficiente atención: es un tomo revelador y confesional, especialmente para entender algunos trucos de esta España tan incierta y también porque es un espejo de las fobias del analista transferidas teatralmente al analizado. No seré quien reproche ni a Platón ni a Sabino Arana que expresen, por escrito, lo que hayan pensado, tan distinto, y que cada palo aguante la vela con la que proyecta su luz en su caverna. Allá ellos. Pero lo que llama la atención en don Gustavo, aún con las cartas marcadas boquiabiertas, y lo digo desde una vieja cordialidad, es que haga de su presunta autoridad moral, tan discutible, un púlpito más proclive a la bronca que a la razón y a vociferar más que a entender. Será, en el futuro, un señor que inmigró a Asturias, con todo derecho, y que aquí plantó a su familia y su tinglado, y que en el paritorio que fue el sanatorio Miñor tiene su madriguera municipal financiada con dinero del procomún, y cuyos viejos discípulos, mayoritariamente, han ido desertando al tiempo que veían clarear ente las oscuridades boscosas del animal divino. Su célebre escuela filosófica cabe en el mismo coche que, ignominiosamente, le incendiaron unos fascistas a la puerta de su casa, atentando que sigue mereciendo memoria solidaria y reprobación sincera.

No estamos ante una sofista confrontación ideológica entre la izquierda y la derecha, ni entre el marxismo y el capitalismo, ni entre Zapatero y Aznar, sino ante el nuevo libro de un caballero listo de solemnidad y que, vestido de pastor protestante, ha encontrado un filón para su santonismo demagógico que sólo en ciudad tan complaciente y tan dormida como es Oviedo se aplaude a medias. Y, por favor, don Gustavo, abandone, si le place, las formas de sus airados monólogos públicos, también sus recitales de falta de respeto al discrepante, y contra éllo me hermano con la filóloga Inés Illán y con el arquitecto Toribio, algunas de sus más recientes reprendidos. Ya aburre, más que irrita, su exhibición de profundas advertencias políticas o morales que aparentan navegar desde la Grecia clásica y naufragan en el Oviedo de la escultura de "la gorda" de Botero, imagen inversa de la heroica ciudad de la elegancia: allí donde Alicia come bombones rellenos de niebla, y donde una Regenta de cartón-piedra mira hacía la aguja de la catedral con cara de idiota.

* Periodista



11/10/2006

Fundamentalismos


Para Juan José Millás el fundamentalismo religioso a ganado la guerra, porque definitivamente las nuevas normas de seguridad en los aeropuertos no son otro caso que "practicas religiosas" destinadas a humillarnos:

"Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que las medidas de "seguridad" adoptadas a partir de este semana en los aeropuertos son una locura. Nada es mas inseguro y humillante que cruzar un arco antimetales descalzo y sujetandose los pantalones ante la mirada irónica o suspicaz de un grupo de uniformados (...) el problema será cuando no nos dejen pasar con toda la masa encefálica o con cantidades de pensamiento superiores a las permitidas por la directiva europea o por Alá..."

Y el caso es que cuando mayores son los aeropuertos, mas lujosos y mas inaccesibles, como las catedrales modernas diseñadas por los arquitectos de moda, en donde entras en un restaurante mas o menos rápido y antes de nada tienes que preguntar como hay que hacer para comer, si el primer plato te lo sirven o has de pedirlo en un mostrador y el resto, menos la bebida y el postre, te lo dispensa una maquina, sin olvidarte que en la caja de la salida debes decirle el codigo de cada uno de los productos y su lugar de origen. Pues, como decia, en un entorno así, desfila una coleccion de pasajeros en calcetines y con bandejas en la mano y una bolsa de plastico donde se ven todos los frasquitos recogidos en los hoteles sospechosos de contener acido bórico, por lo menos.
Total, que tanto entorno de ultimas tendencias arquitectonicas y artisticas no tranquiliza nada y sabiendo lo que nos espera, nos deja tan frios como a Alvite en sus visitas a exposiciones.

"(...) Recuerdo los cuadros que exponía una señora en cierta galería compostelana. Rebosaban colorido pero no pude captar una sola idea en ninguna de aquellas obras. Era como si a la buena señora las pisadas del perro le hubiesen vaciado a boleo sobre el lienzo los tubos de los óleos. "¿Qué te parece este cuadro?", me preguntó la artista adoptando esa actitud casi condescendiente que adoptan los pintores presuntuosos cuando cazan al vuelo a un espectador algo encogido al que suponen dispuesto a la adulación. Mi respuesta, tan sincera como lacónica: "Mi madre tiene una colcha así". Ignoro qué respuesta le dieron las otras personas a las que les hubiese consultado. Al salir de la sala me crucé una sonrisa cómplice con la señora de la limpieza. No nos dijimos nada. Fue una intercomunicación rápida, silenciosa y concreta, suficiente para intuir que la buena de la señora de la limpieza se volvería aquella noche a casa con la frustración de no haberle pasado a toda la exposición la bayeta del retrete empapada en sosa cáustica..."

Salud
P.D.: De ilustracion, un curioso mapa de "la Europa de los pequeños estados".

11/01/2006

¡Cual gritan esos malditos!

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ACTO PRIMERO
LIBERTINAJE Y ESCANDALO

Hostería de Cristófano Buttarelli. Puerta en el fondo que da a la calle: mesas, jarros y demás utensilios propios de semejante lugar.

ESCENA PRIMERA

Don Juan, con antifaz, sentado a una mesa escribiendo. Buttarelli y Ciutti, a un lado esperando. Al levantarse el telón, se ven pasar por la puerta del fondo máscaras, estudiantes y pueblo con hachones, músicas, etc.

DON JUAN:

¡Cuál gritan esos malditos!
Pero ¡mal rayo me parta
si en concluyendo la carta
no pagan caros sus gritos!

(Sigue escribiendo.)

Junto con la representacion del D. Juan de Zorrilla, la tradición celebra el primero de noviembre en España el Dia de Todos los Santos y al dia siguiente el Dia de Difuntos, que coincide, o lo ha hecho coincidir la Iglesia catolica, con la fiesta celta del fin del año y el comienzo del invierno, y que los paises anglosajones exportan como una "chabacana fiesta de disfraces" que como todo lo que viene del Imperio está arraigando en nuestros pequeños, y no tanto, de la mano del cine, la television y los restaurantes de comida basura, que se dedican a recorrer las casas con eso de "truco o trato" vestidos de carnaval de vampiros y brujas.