10/12/2007

¡Viva España!

Como dijo un tal Caneda, "Antes de empezar a hablar quisiera decir unas palabras", lo primero que nuestro contertulio ha cumplido extraordinariamente su promesa de hacernos probar una paella auténtica, para lo cual no solo se trajo a su cocinera preferida sino tambien los ingredientes y los complementos. Como resumen, una casi completa asistencia en la que se ha echado de menos a Nacho, al que deseamos una pronta recuperación, y alguno mas con otro compromiso, el resto en su puesto y con inmejorable compañía, el aspecto gastronómico impecable, el musical bien con matices: va a ser cierto que tenemos algo descuidado el cancionero astur, como dijo alguien. No así el caribeño-cubano, en homenaje a nuestro hombre en el Istmo (de Maracaibo salieron, dos palomitas volando, a la guaira volveran pero a Maracaibo cuando...). Como en reunión de esta guisa se corria el riesgo de inclumplir la norma básica de toda tertulia, que dice que una buena conversación debe agotar el tema , no a los interlocutores, se pasó de puntillas sobre las noticias recientes y dejarlas aparcadas para mejor ocasión. Hoy mismo, Millás se ocupa del mensaje patriotico de Rajoy, cuya actitud, la de Rajoy, alguien apuntó ayer que le recordaba la clásica cita de Cocteau "muchos rios no están de acuerdo con su curso", en atención al caracter gallego y supuestamente de buena persona del lider de la derecha española española.

Cine gore. JUAN JOSÉ MILLÁS

Rajoy está empeñado en que seamos españoles al modo en que Arzalluz u Otegi son vascos. Lo grave del vídeo con el que el jefe de la oposición se ha convertido en la estrella de YouTube no es que trate de imitar al Rey en su mensaje de Navidad, sino que evoca a Carlos Arias Navarro en otra producción audiovisual de gran éxito también en la historia de este país. No hay más que comparar el tono de ambos y medir la cantidad de toxinas que despiden por fotograma para advertir lo que decimos. Pero, si a alguien le queda alguna duda, que proyecte sobre una sábana las imágenes superpuestas de los dos ayatolás: la sábana deviene, a los 30 segundos, en un sudario. Cine gore, en fin, de una eficacia acojonante.

No es raro que todo esto coincida en el tiempo con la resistencia de los dirigentes del PP al intento de honrar la memoria de las víctimas del franquismo. Donde aseguran que esa ley hurga en heridas antiguas, conviene escuchar que no se les provoque. Conocemos muy bien la clase de patriotismo de los que se niegan a reprobar las dictaduras y sabemos que entre nosotros sólo se grita viva España para liquidar a algún español que se resiste a ser español español a la manera en que otros se niegan a ser vascos vascos. Fusilar españoles en nombre de España es un rasgo de humor muy nuestro. Ahí tienen a los obispos ordenando que se rece por el Rey mientras le aplican la picana en los medios de comunicación de su propiedad.

Las costumbres, por bárbaras que sean, resultan muy difíciles de abolir. Todo esto de lo que hablamos está muy en la tradición de la Iglesia y del patriotismo con halitosis. Torquemada pronunciaba una jaculatoria cada vez que apretaba la tuerca del potro en el que agonizaba un pobre infeliz partidario de la doble circulación de la sangre. Destrozaba fríamente su cuerpo al tiempo que rezaba por su alma sin advertir en ello contradicción alguna (Rouco, seguramente, no entiende de qué se queja el Rey). Ahora mismo acaban de condenar a cadena perpetua en Argentina a un cura que torturaba a los detenidos sin dejar de pedir por su salvación. Quiere decirse que el vídeo de Rajoy, como las humoradas de los obispos, nos harían gracia si no tuviéramos memoria (histórica).


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