4/21/2008

Valle-Inclán

Bien conocidos son los apuros económicos que Valle Inclán pasó en buena parte de su vida, en gran medida porque se especializó en dimitir de cuanto puesto oficial buscaban para él. Sobre aquellos se cuenta que el casero subió a su casa para cobrar el alquiler , escondiendose Valle en un armario. A pesar de que el criado le insistió que el escritor no estaba en casa, el casero rebuscó hasta dar con él, y cuando lo hizo, lejos de mostrarse avergonzado le espetó: "Es usted un grosero y un maleducado. Podría encontrarme aquí desnudo y usted ha abierto la puerta sin tan siquiera llamar".
Este es el personaje, pontevedrés de Villanueva de Arosa, que compartía con su paisano Mariano Rajoy ese frenillo lingual que provoca el defecto de pronunciar las eses como Zetas o Shs. Como últimas voluntades dejó escrito en La Voz de Galicia del 6 de enero de 1936 "No quiero en mi entierro ni cura discreto, ni fraile humilde, ni jesuita sabiondo", siendo enterrado en el cementerio de Boisaca de Santiago. Le despide uno de sus grande biografos, Ramón Gomez de la Serna:

"¡Adios, mi querido y admirado don Ramón, rey sin corona y sin un cobre: tu melena debía campar aún entre nosotros; tu barba, que era tu raiz en el aire, debía estar aún viva".

Para la crítica literaria pasa del Modernismo mas decadentista para ir evolucionando hacia un expresionismo descarnado paralelo a una evolución ideologica que le llevó desde el "carlismo estético" hasta el comunismo y el anarquismo en sus últimos años. Pero si alguien resume como nadie los tipos singulares que poblaban las tertulias de Madrid de finales del XIX, era él, en palabras de Pío Baroja, uno de sus grandes amigos, "Había tertulia que era muestrario de tipos raros, que se iban sucediendo: literatos, periodistas, aventureros, policias, curas de regimiento, cómicos, anarquistas; todo lo mas barroco de Madrid pasaba por ellas".
En una de aquellas tertulias, en el Nuevo Café de la Montaña, que estaba en los bajos del hotel París, llegó Valle y pidió un café con leche y una botella de agua, donde se daban conversación entre otros el editor Ruiz Castillo, el cronista Manuel Bueno y el pintor Paco Sancha. La discusión había subido de tono al abordar el tema de un duelo que se iba a celebrar a los pocos días entre un aristócrata andaluz y un artista portugues, el asunto del honor excita a Valle que levanta la voz como siempre imponiendo su criterio, a lo que Manuel Bueno replica que todo lo que se está diciendo carece de validez pues el artista portugues, Leal da Camara es menor de edad y por tanto no podrá batirse, a lo que Valle contesta dolido: "¿y usted que sabe de eso, majadero?" y le intenta agredir con la botella de agua en la mano, a lo que responde Bueno con su bastón que le provoca lo que al principio parecia un rasguño superficial en la muñeca al incidir sobre un gemelo, pero que mas tarde se apreciaron fracturas en el antebrazo que le provocaron una gangrena que obligó a los pocos días a la amputación del brazo izquierdo.

La próxima puesta den escena de "Los Cuernos de don Friolera" nos da la oportunidad de acercanos al universo literario de Valle-Inclán y comprobar que, como se decía entonces, Valle no escribía para sus coetáneos sino para la posteridad.


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