En una recepción en Canadá, sentaron a Churchill junto a un austero
metodista. La camarera se acercó con una bandeja con vasos de jerez. WSC cogió
una copa y luego la camarera se dirigió a su vecino, que se ofendió por la
invitación a beber alcohol: "Joven dama, preferiría cometer adulterio
antes que tomar una bebida alcohólica". Entonces, Churchill llamó por
gestos a la joven: "Vuelva señorita, no sabía que teníamos elección"
Con lo que está pasando da la impresión que no hubo tiempos peores, o al
menos tan coñazos. A la compleja situación internacional, agravada por la
radicalización de la política norteamericana, se le suma la permanente queja de
los ultrajados por unos y por otros, la proliferación de cofradías de ofendidos
por los españolistas, los periodistas, los nacionalistas, los que llaman
croqueta al cachopo, los que pintan los camiones con frases ofensivas… etc etc
etc acaba uno añorando involuntariamente otros tiempos, que por muchos más
dramáticos también eran mas sencillos, o más bien, ingenuos. Wiston Chuchill
nunca tuvo buena opinión de los franceses, y eso que una vez le preguntaron que
opinaba de ellos y contestó que no los conocía a todos…. Como primer ministro
entendió desde el principio que su primer aliado en la guerra contra Hitler era
Francia, de ahí la anécdota que se trae aquí en plena invasión alemana.
El 10 de mayo de 1940, la Wehrmacht (fuerzas
armadas de la Alemania nazi) iniciaba la ofensiva para ocupar Francia. Paul Reynaud,
Primer Ministro, y Charles de Gaulle, secretario del Consejo
de Defensa Nacional, eran partidarios de continuar la resistencia en las
colonias si Francia caía, pero la mayoría de miembros del Gobierno, ante la
potencia del ataque alemán, eran partidarios del armisticio… Ante aquella
crítica situación, Reynaud recibió una llamada de Londres que abría una puerta
a la esperanza…
El 16 de junio de 1940, Winston Churchill, de acuerdo con
de Gaulle, llamó a Reynaud:
Los dos Gobiernos del Reino Unido y la República Francesa debemos
hacer una declaración de unión indisoluble y una resolución inflexible en
defensa de la justicia y la libertad contra el sometimiento a un sistema que
reduce a la humanidad a una vida de robots y esclavos. Los dos Gobiernos
declararemos que Francia y Gran Bretaña dejarán de ser dos naciones y se
convertirán en la Franco-British
Union. Todo ciudadano de Francia disfrutarán
inmediatamente de la ciudadanía del Reino Unido. Cada súbdito británico se
convertirá en un ciudadano de Francia. Las fuerzas armadas del Reino Unido y Francia
estarán bajo la dirección de un Gabinete de Guerra único.
Reynaud, ilusionado por aquella propuesta, la comunicó a los miembros de su
Gobierno… pero para éstos fue casi un insulto y la rechazaron. Reynaud dimitió
y se nombró Primer Ministro a Philippe Pétain que a los pocos días firmó el
armisticio con Alemania en el vagón
de la venganza.
Cuando Churchill se enteró de los ocurrido en Francia, dijo: Pocas veces una propuesta tan generosa topó con una
acogida tan hostil.
Lo del “Vagón de la venganza tiene su
historia propia:
El armisticio entre los Aliados y Alemania ponía
fin a los combates en la Primera Guerra Mundial. La firma del armisticio se
produjo a las 5 am del 11 de noviembre de 1918 en un vagón situado en una vía
muerta en el bosque de Compiègne (Rethondes, Francia) entre el Comandante
en Jefe de las Fuerzas Aliadas, el francés Ferdinand Foch,
y el político alemán Matthias Erzberger pero no entró en vigor
hasta las 11 am… aquellas seis
horas fueron fatídicas para algunos.
En 1940, y tras la batalla de Francia, alemanes y franceses firmaban un
armisticio el 22 de junio de 1940 por el que Francia quedó dividida en una zona
de ocupación alemana en el norte y el oeste, una pequeña zona de ocupación
italiana en el sureste, y una zona no ocupada, la zona libre, en el
sur. Y no fue una casualidad, sino una exigencia de Hitler, el hecho de que se
firmase en el mismo lugar que el armisticio de 1918, en el bosque de Compiègne.
Pero no sólo eso, Hitler – haciendo leña del árbol caído – quiso que se firmase
en el mismo vagón. El vagón en cuestión, de la Compagnie des Wagons-Lits,
estaba en un museo desde 1927… Hitler ordenó sacarlo y situarlo en el mismo
lugar para que los franceses sufriesen la misma humillación y en el mismo
sitio.
Tras la firma fue trasladado a Berlín donde fue expuesto como un símbolo de
la recuperación alemana. En 1945, con el avance de las tropas aliadas fue
enviado a la ciudad de Ohrdruf donde las SS decidieron quemarlo antes de que
cayese en manos del enemigo.
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