Ya dijo Borges que
la Teologia es la rama mas excelsa de la ciencia ficción, estoy seguro que Ana
Esther como experta en el tema, (de la ciencia-ficción, claro) no le llevará la
contraria. Asi lo expone Borges en esta interesante charla con Sábato. Viene a
cuento por el artículo de Ponte hoy en El Faro de Vigo, sobre el robo de hostias
consagradas en una iglesia gallega y las disquisiciones teológicas que conlleva
la posible caducidad de sus propiedades benéficas.
Charla entre Jorge Luis Borges y Ernésto
Sábato
(...)
- Borges: No se que escritor dijo: "Las ideas nacen
dulces y envejecen feroces"
- Sábato: ¡Hermosa frase! Además son
siempre los pensadores los que mueven la
historia.
- Borges:
Pienso que toda la historia de la humanidad puede haber comenzado en
forma
intrascendente, en charla de cafe, en cosas así, no?
- Sábato:
Perdone que me quede tocado por esa frase que usted cito. Recordemos
las
cosas feroces que se hicieron en nombre del Evangelio. Y las atrocidades
que
hizo Stalin en nombre del Manifiesto Comunista.
- Borges: ¡Que
extraño!... nada de eso a ocurrido con el Budismo.
- Sábato: (Con
tono esceptico) Pero digame, Borges, ¿A usted le interesa el Budismo
en
serio?. Quiero decir como religion. ¿Ó sólo le importa como género
literario?
- Borges: Me parece ligeramente menos imposible que el
cristianismo (ríen). Bueno,
quiza crea en el Karma. Ahora, que haya cielo e
infierno, eso no.
Por un instante las risas se confunden con las
palabras. Los dos se divierten
¿Y qué opina de Dios, Borges?
-
Borges: (Solemnemente irónico) ¡Es la máxima creacion de la
literatura
fantastica!. Lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada
comparado
con lo que imagino la teologia. La idea de un ser perfecto,
omnipotente,
todopoderoso es realmente fantástica.
- Sábato:
Si, pero podria ser un Dios imperfecto. Un Dios que no puede manejar
bien el
asunto, que no haya podido impedir los terremotos. O un Dios que se
duerme y
tiene pesadillas o accesos de locura: serían las pestes,
las
catastrofes....- Borges: O nosotros
(Se ríen). No se si fue Bernard Shaw que dijo: "Dios
esta
haciendose"
- Sábato: Es un poco la idea de Strindberg, la
idea de un Dios histórico. De
todas maneras las cosas malas no prueban la
inexistencia de Dios, ni
siquiera la de un Dios perfecto. Usted acaba de
insinuar que cree mas bien
en los budistas. Si un niño muere, de modo
aparentemente injusto, puede ser
que este pagando la culpa de una vida
anterior. También puede ser que no
entendamos los designios divinos, (que
pertenecen a un mundo transfinito).
- Borges: Eso coincide con los
ultimos capitulos del libro de Job.
- Sábato: Pero digame, Borges,
si no cree en Dios ¿Por que escribe tantas
historias teologicas?
-
Borges: Es que creo en la teologia como literatura fantastica. Es la
perfección
del genero.
- Sábato: Entonces, suponiendo que fuera
el Gran Bibliotecario Universal, ese
bibliotecario que toda la vida soño ser.
Borges pondria en el primer lugar la
Biblia, no?
- Borges: Y
sobre todo un libro como Summa Teológica. Es una obra fantastica muy
superior
a la de Wells.
(...)
Cuando se roban hostias
- Borges: No se que escritor dijo: "Las ideas nacen dulces y envejecen feroces"
- Sábato: ¡Hermosa frase! Además son siempre los pensadores los que mueven la
historia.
- Borges: Pienso que toda la historia de la humanidad puede haber comenzado en
forma intrascendente, en charla de cafe, en cosas así, no?
- Sábato: Perdone que me quede tocado por esa frase que usted cito. Recordemos
las cosas feroces que se hicieron en nombre del Evangelio. Y las atrocidades
que hizo Stalin en nombre del Manifiesto Comunista.
- Borges: ¡Que extraño!... nada de eso a ocurrido con el Budismo.
- Sábato: (Con tono esceptico) Pero digame, Borges, ¿A usted le interesa el Budismo
en serio?. Quiero decir como religion. ¿Ó sólo le importa como género literario?
- Borges: Me parece ligeramente menos imposible que el cristianismo (ríen). Bueno,
quiza crea en el Karma. Ahora, que haya cielo e infierno, eso no.
Por un instante las risas se confunden con las palabras. Los dos se divierten
¿Y qué opina de Dios, Borges?
- Borges: (Solemnemente irónico) ¡Es la máxima creacion de la literatura
fantastica!. Lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada comparado
con lo que imagino la teologia. La idea de un ser perfecto, omnipotente,
todopoderoso es realmente fantástica.
- Sábato: Si, pero podria ser un Dios imperfecto. Un Dios que no puede manejar
bien el asunto, que no haya podido impedir los terremotos. O un Dios que se
duerme y tiene pesadillas o accesos de locura: serían las pestes, las
catastrofes....- Borges: O nosotros (Se ríen). No se si fue Bernard Shaw que dijo: "Dios esta
haciendose"
- Sábato: Es un poco la idea de Strindberg, la idea de un Dios histórico. De
todas maneras las cosas malas no prueban la inexistencia de Dios, ni
siquiera la de un Dios perfecto. Usted acaba de insinuar que cree mas bien
en los budistas. Si un niño muere, de modo aparentemente injusto, puede ser
que este pagando la culpa de una vida anterior. También puede ser que no
entendamos los designios divinos, (que pertenecen a un mundo transfinito).
- Borges: Eso coincide con los ultimos capitulos del libro de Job.
- Sábato: Pero digame, Borges, si no cree en Dios ¿Por que escribe tantas
historias teologicas?
- Borges: Es que creo en la teologia como literatura fantastica. Es la perfección
del genero.
- Sábato: Entonces, suponiendo que fuera el Gran Bibliotecario Universal, ese
bibliotecario que toda la vida soño ser. Borges pondria en el primer lugar la
Biblia, no?
- Borges: Y sobre todo un libro como Summa Teológica. Es una obra fantastica muy
superior a la de Wells.
(...)
José Manuel Ponte
Viene en la
prensa. En un pueblo de Galicia, de cuyo nombre no conviene acordarse, se
produjo no ha mucho un robo en una iglesia del rural. Las iglesias no abundan en
dineros constantes y sonantes, los cepillos ya no se llenan como antaño y a poco
que suene algo de calderilla dentro de ellos hay que aliviarlos de peso
rápidamente (con la diligencia propia de un buen recolector de huevos de
gallina), para evitar tentaciones a los amigos de lo ajeno. Que son muchos, cada
vez más, por culpa de la crisis. No obstante, las iglesias acumulan todavía
otros objetos de mucho valor artístico que encuentran salida en el mercado
clandestino de arte, como muy probablemente ocurrió con el famoso Códice
Calixtino hurtado en la catedral compostelana y del que no se ha vuelto a saber
nada. Cada poco nos dan la triste noticia de que una iglesia ha sido asaltada y
los ladrones se han llevado una imagen, una pintura, un copón, una cruz, o algún
otro objeto dedicado al culto. Desgraciadamente, el patrimonio artístico
español, incluido el eclesiástico, está muy mal defendido y no hay medios
bastantes para conservarlo dignamente. En algunas iglesias se ha llegado al
recurso de sustituir el original por una copia, pero incluso esa solución es
demasiado onerosa en los tiempos que corren. O inconveniente porque el material
de que está hecho el sustituto no posee las condiciones milagreras del anterior
que las recibió seguramente de alguna piedra o madera antiguas que fueron objeto
de idolatría en los tiempos oscuros del paganismo. En el robo de la iglesia
gallega que comentamos, a falta de dinero, los ladrones se llevaron un copón
bañado en oro, y lo que es peor, según la crónica del periódico, las hostias
consagradas que contenía. Lo del copón tiene arreglo porque el párroco ya ha
evaluado su coste y espera sustituirlo en breve a poco que funcione una colecta
popular que ha puesto en marcha. Pero lo de las hostias consagradas, ya preocupa
más. No tengo a mano un teólogo de confianza para que me explique cuánto tiempo
dura la consagración en una hostia que queda sin repartir, y me queda la duda de
si esa condición de sagrada se esfuma con el tiempo o, por el contrario,
permanece perenne por los siglos de los siglos. Unas hostias consagradas en
manos de unos ladrones que no saben de su condición son una mercancía de alto
valor energético que habría que transportar con el mismo cuidado que utiliza la
Iglesia Católica en sus desplazamientos, bien para acudir en auxilio de enfermos
o moribundos, bien para ser llevada en solemne procesión rodeada de señoritas
con mantilla, dignísimas autoridades, bandas de música y bizarros militares. Yo
estoy por apostar que, en cualquier caso, la energía que desprenden esas hostias
será positiva y propiciará la bonhomía de quienes estén cerca de ellas. Si
todavía viviese mi buen amigo el jesuita José María Díez Alegría, le
interrogaría sobre el dilema de si la consagración tiene un efecto duradero
sobre la hostia o, muy al contrario, la va perdiendo con el tiempo. Como era
hombre de humor, supongo que se hubiera reído.
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